Crítica de Solo asesinatos en el edificio temporada 2: más y mejor, con mucho humor meta

Para muchos de nosotros, Solo asesinatos en el edificio se convirtió en una de esas series que podríamos llamar "un lugar feliz en la ficción". Razones múltiples para ello: se trata de una agradable y fresca combinación de misterio y humor al más puro estilo Puñales por la espalda, viene refrendada por tres intérpretes estelares y el propio lugar en el que sucede el crimen tiene entidad propia.

Si la primera temporada fue un caramelo que se degustaba con fruición hasta el final, ni que decir tiene que las expectativas eran altas de cara a la segunda: queríamos regresar al Arconia y queríamos hacerlo de la mano de Charles, Mabel y Oliver y su magnífico podcast convertido en profecía autocumplida.

En todos los sentidos posibles, Solo asesinatos en el edificio se consolida con su segunda temporada por encima de su predecesora: hay más humor autoconsciente, se dibujan aún mejor las personalidades de nuestros tres intrépidos investigadores y tenemos de por medio un nuevo misterio que ya quedó esbozado en el último episodio y que iremos desgranando poco a poco.

Por el camino, muchos cameos divertidos, nuevos personajes y una potente crítica al negocio del espectáculo en cada una de sus vertientes (el gafapastismo de las galerías de arte, la apropiación de contenidos en el ecosistema de la radio, los reboots televisivos con injustificables enlaces con los personajes originales, etc.).

Destaca la incorporación de la magnética Cara Delevigne en un rol que va a descolocar bastante a Mabel, Shirley MacLaine como Leonora Folger y de Amy Schumer haciendo de sí misma. 

Pero antes de entrar más en materia, nos toca recapitular un poco para recordar en qué punto nos quedamos: tras esclarecer el caso de la primera temporada, Mabel se retiró a buscar una botella de champagne con la que brindar con sus compañeros de aventuras... mientras ellos recibían un mensaje muy claro: debían abandonar el edificio cuanto antes.

Poco después encontraban a Mabel ensangrentada sobre el cadáver de Bunny Folger (presidenta de la junta de vecinos), apuñalada por unas agujas de punto, a quien apenas unos minutos antes ella había calificado como "la persona más odiada del Arconia".

En resumen: tal y como se titula el primer episodio ("Persons of Interest"), se han convertido en los principales sospechosos y por tanto la investigación policial se va a centrar en ellos desde el principio... sin bien pronto descubriremos la historia de fondo de Bunny y su vinculación, muy íntima, con el Arconia: un edificio que esconde sus propios enigmas.

Asimismo, se irá desvelando la relación de nuestro trío protagonista con esta historia puesto que cada uno de ellos tendrá una implicación personal relevante. Y para colmo, serán pasto de la comidilla no solo de los vecinos sino también del podcast de la competencia, dispuesto a devorar esta historia y presentarla a su audiencia neoyorquina.

Una de las principales características de esta segunda temporada de Solo asesinatos en el edificio es que en realidad los espacios cobran más relevancia que nunca: Nueva York se convierte en un magnífico escenario en el que representar la gloria o caída en desgracia de los protagonistas y, por supuesto, el Arconia es un personaje más de la historia con sus laberintos y recovecos.

Pero para que todo funcione, tiene que estar bien engrasada la relación de los tres protagonistas, algo que está muy bien calculado. La brecha generacional entre Mabel y sus dos curtidos acompañantes, sigue dando pie a chascarrillos divertidos pero su personaje también empieza a respirar relacionándose con otros de su edad.

El papel de Selena Gómez era probablemente el más áspero de la primera temporada, pero le vamos viendo el corazón en los nuevos episodios.

Respecto a los personajes de Steve Martin y Martin Short, también tendremos abundantes revelaciones que nos llevarán incluso a su infancia para comprender de dónde provienen sus pasiones y sus miedos. A pesar de que sus personalidades estaban muy bien definidas, este nuevo arco argumental le va a añadir muchas capas a sus personajes de modo tal que no se puede uno despistar.

En pocas palabras y a modo de resumen Solo asesinatos en el edificio 2 es un pasatiempo magnífico que regresa con sus virtudes intactas y limando sus defectillos. Mención especial a su deliciosa banda sonora compuesta por Siddhartha Khosla (This Is Us) que le aporta una gran personalidad propia diferenciando con unos pocos acordes los momentos divertidos de los dramáticos. Un gustazo.