Crítica de Todas las criaturas grandes y pequeñas y su entrañable primera temporada
Crítica de Todas las criaturas grandes y pequeñas, temporada 1. La serie está creada Ben Vanstone, dirigida por Andy Hay, Metin Hüseyin y Brian Percival y está basada en la novela homónima de James Herriot. La primera temporada ya está disponible en Movistar +.
Cuando llega la Navidad y el fin de año a todos nos vienen a la cabeza esos títulos que son imperdibles alrededor de los polvorones y la estufa: Solo en casa, Qué bello es vivir, Pesadilla antes de Navidad o, cómo no, Jungla de Cristal. Hoy podemos sumar un título más a la lista: Todas las criaturas grandes y pequeñas.
La serie creada por Ben Vanstone basada en la novela original homónima de James Herriot ha lanzado su primera temporada, al fin, en Movistar +. Una serie bienintencionada, excelentemente producida y tan reconfortante como el chocolate con churros.
La primera temporada de Todas las criaturas grandes y pequeñas nos cuenta la historia del recién licenciado veterinario James Herriot, un escocés que consigue trabajo en la consulta del excéntrico Siegfried Farnon en Skaldale House, Darrowby, un pueblecito encantador en los valles de Yorkshire.
En su hogar, adaptado para pasar consulta, vivirá junto al propio Farnon, así como con Tristán, el hermano pequeño del doctor; y la Señora Hall, ama de llaves y la guía de cada uno de los personajes de la serie. El cielo tiene ganado.
En línea con otras series británicas como Los Durrell en fondo, e incluso Downton Abbey en forma, Todas las criaturas grandes y pequeñas nos lleva a los años 30 y 40 para introducirnos en un mundo de buenos modales, trajes y bombines, animales de granja y un pueblecito en el que todos se conocen. Un viaje absolutamente encantador.
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Y es que la serie se ha trabajado la etiqueta "TP" para todos los públicos. Blanca como la mismísima nieve invernal. Como ya lo fue la serie original de los 80, la actualización de la serie viene como anillo al dedo para compartir con la familia en estas fechas.
Sus capítulos y su evolución son predecibles, y a quién le importa. Su primera temporada entra como el aroma a pan recién horneado, con la misma delicadeza tan acogedora con la que entraríamos de pequeños en casa de nuestros abuelos.
Siegfried Farnon es un personaje excéntrico, extremadamente metódico, pero con un corazón mucho más grande de lo que quiere demostrar. Su único objetivo es salvar y proteger a los animales. Da igual su tamaño. Y así lo practican su nuevo ayudante y nuestro protagonista principal, Herriot, como su joven y disparatado hermano Tristan.
La serie cuenta con unos valores de producción exquisitos. Los paisajes del valle de Yorkshire, unidos a la excelente fotografía de Vanessa Why y Erik Molberg Hansen consiguen darle ese aura de cuento infantil que su secuencia de apertura, en clave de dibujos animados de la campiña inglesa, termina de rematar.
En el apartado interpretativo, todos y cada uno de los componentes del reparto artístico hacen un trabajo espléndido. Nos gustaría destacar particularmente a Anna Madeley, que consigue desde un segundo plano convertirse en el personaje más entrañable de la serie.
Y es que no nos apetece ni lo más remotamente encontrarle un pero a esta serie. Es inteligente, es fresca, dinámica y tiene tanto corazón que tendrás que demostrar que el tuyo sigue ahí para no sentir una pizca de ternura devorando sus capítulos.
Que sí, que no todos encontrarán en ella una trama satisfactoria. Habrá quien encontrará tanta bondad exagerada un tanto impertinente, amantes del original que no aceptarán algunos de sus cambios narrativos y de personajes, y, ciertamente, quien espere que se meta en algo más de barro para contarnos una historia con la que podamos sentirnos identificados.
La primera temporada de la serie escapa de los temas más escabrosos y pierde una pizca de ese amor incondicional por los animales que sí encontramos en las novelas. Aún así, es absolutamente indiferente. Llegaremos al final de las navidades con un par de kilos más, pero que nos quiten lo «bailao».
En definitiva: Todas las criaturas grandes y pequeñas en su primera temporada es una delicia de visionado para todos los que formen parte de tu casa. Grandes, pequeños, mascotas. Todos serán bienvenidos a ese embrujo infantil que puede ayudarnos a levantar los ánimos en estos años.
VALORACIÓN:
La primera temporada de Todas las criaturas grandes y pequeñas es puro corazón: acogedora, entrañable y hecha a la medida para acompañar el frío invernal. La producción ha mimado con la misma ternura los escenarios y la fotografía, y es fácil salir de ella con una sonrisa de gratitud.LO MEJOR:
Podrían venderla en pack con una tetera: es reconfortante y bienintencionada a más no poder.LO PEOR:
Su pureza es tan excesiva que puede resultar demasiado naif.74
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