Crítica de Truth Seekers con Nick Frost y Simon Pegg en busca de lo paranormal

Prime Video se asegura un gran fin de semana de Halloween estrenando Utopía y Truth Seekers, una serie en la que se dan cita el humor y el terror derivado de lo sobrenatural.

La serie, que consta de ocho episodios de media hora, se ve del tirón sin gran esfuerzo y construye una historia bastante curiosona de la que no os desvelaremos más que el punto de partida.

Truth Seekersha sido creada por el prolífico binomio de cómicos formado por Simon Pegg (Misión Imposible Fallout) y Nick Frost (Tomb Raider), especialmente conocidos por su Trilogía del Cornetto formada por las películas Zombies Party, Arma Fatal y Bienvenidos al fin del mundo junto a Nat saunders (Misery Bear) y James Serafinowicz (Baja por enfermedad).

Gus trabaja para Dave en un servicio de reparación de averías llamado Smiley. Además es aficionado a las investigaciones paranormales, algo que explota en su canal de YouTube llamado Truth Seekers. Obsesionado por el más allá, siempre que tiene ocasión se desplaza a lugares en los que se supone que han sucedido cosas inexplicables, pero lo cierto es que lo suyo es más la palabrería que la acción.

Dave le asigna como compañero a un joven principiante llamado Elton John con quien comenzará a tener experiencias cada vez más terroríficas. A ellos se unirá Astrid, una mujer acosada por presencias amenazadoras que buscará ayuda acudiendo a ellos.

De este modo este extraño trío se propone investigar un puñado de lugares que, a lo largo de la geografía de Reino Unido reúnen las condiciones para albergar sucesos paranormales: viejas iglesias encantadas, búnkeres subterráneos y hospitales abandonados. ¡Con una ventaja! Gus conoce a la perfección toda clase de artilugios analógicos que les permitirán detectar la actividad paranormal e incluso interactuar con aquello que la produce.

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Puede que en un primer momento, leyendo esta sinopsis y viendo quién está detrás de la serie Truth Seekers, estéis tentados a pensar que esto tiene más de comedia y de rollo "Scooby Doo" que de serie de terror, pero la verdad es que el humor, contra todo pronóstico, no es su punto fuerte y hay en todos los episodios al menos dos o tres jump scares destinados a hacer brincar al espectador en el sofá. 

Buenos e inesperados sustos, juegos con lo que sucede en segundo plano, giros de guión que hacen que las historias se salgan del redil habitual... Entre sus virtudes desde luego, está que juega bien con el factor sorpresa así como la realización, de la que se ha encargado Jim Field Smith (Criminal).

Sí que resultará un tanto decepcionante para los fans de la química entre Frost y Pegg porque comparten pocos momentos en la serie en los que estén juntos y se echa en falta algo más de su humor británico y local, que tan bien les ha funcionado en otras ocasiones. Respecto a los sustos antes mencionados hay una tendencia a abusar de las estridencias acústicas bastante.

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En el reparto destaca el gran Malcolm McDowell dando vida al padre de Gus y protagonizando los momentos más hilarantes de esta primera temporada.

La serie no le pone fácil al espectador encariñarse con los personajes, porque no empieza presentándolos de forma eficiente, entre otras cosas, y porque hasta que comprendemos cómo son y cuáles son sus intereses pasa un tiempo. Cuesta tomarle el pulso a Truth Seekers hasta comprender por dónde quiere ir y esto viene derivado de todo lo anterior: lo lógico era esperarse una comedia en la que el humor estuviera muy presente... mucho más que los sustos y la trama paranormal que es la que lleva las riendas de la narración.

En cualquier caso, se trata de un pasatiempo halloweenesco muy digno. No es una serie que vaya a cambiar la vida de nadie, pero en términos generales está formulada de forma acertada para estas fechas. Afinando el tiro con el humor y sacándole más partido al dúo de cómicos, podría haber sido memorable.