The Gunk Análisis del juego de puzles y plataformas, de los creadores de Steamworld

Image and Form Games es un estudio sueco que se ha consagrado con la saga SteamWorld. Quizá sería más adecuado hablar del universo SteamWorld, porque sus juegos abarcan diferentes géneros. SteamWorld Dig y Dig 2 son aventuras de acción 2D con un desarrollo de estilo "metroidvania". 

SteamWorld Quest es un RPG de cartas coleccionables, Heist apuesta por la estrategia y SteamWorld Tower Defense... se explica por sí mismo. Ahora, este equipo independiente se atreve con una aventura de plataformas y puzles, The Gunk, que tiene lugar en un universo diferente. 

Rani y su compañera, la "capitana" Becks, son las protagonistas del juego. Dos jóvenes que se dedican a la exploración y obtención de recursos por el espacio a bordo de su nave, la Rabbit y con la única compañía de su robot CuRT. 

En el momento en que las conocemos, se encuentran al borde de la bancarrota. Así que no es de extrañar que piensen que les ha tocado la lotería cuando encuentran un planeta virgen, lleno de extrañas formas de vida.

Entre estos hallazgos se cuentan plantas de belleza exuberante, animales exóticos y The Gunk. A falta de un mejor nombre para definirlo, el Gunk es una sustancia viscosa, que se comporta como un ser vivo y contamina distintas zonas del planeta. 

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Este mando con botones intercambiables y configurables se ha coronado como uno de los mejores, si no el mejor para Xbox One, tanto por prestaciones como por autonomía de batería.

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Los animales huyen, las plantas se marchitan, y allí donde se encuentra esta materia, nacen alienígenas peligrosos. De modo que Rani se decide a acabar con cualquier traza de Gunk que encuentre en su camino.

Para ello cuenta con una única herramienta; un guante mecánico que le sirve para escanear los elementos del entorno, recoger los recursos que vaya encontrando y para aspirar la dichosa masa negra. 

El hecho de aspirar esta sustancia nos recuerda a Mario utilizando el A.C.U.A.C. en Super Mario Sunshine, sólo que en esta ocasión el tono es mucho más oscuro y las plataformas se alternan con sencillos puzles.

Se trata de puzles bien diseñados, que superamos sin apenas dificultad, pero igualmente resultan muy satisfactorios. Casi siempre se resuelven aprovechando elementos del entorno para descontaminar una zona y así abrir el paso a la siguiente. 

Puede ser que tengamos que volar escombros con frutos explosivos o bien plantar semillas en zonas específicas para que crezcan hongos que hagan de plataformas. En cualquier caso, nunca nos quedamos atascados y el avance fluye.

La exploración también gana interés, a medida que descubrimos más sobre una antigua civilización y encontramos materiales con que mejorar las habilidades del guante en el correspondiente banco de trabajo de nuestra nave. 

Un planeta exótico

Queremos destacar el diseño de niveles, al más puro estilo Souls. El planeta es un mundo semiabierto bastante grande, que nos permite volver sobre nuestros pasos y abrir diferentes atajos. 

En este caso, no hay hogueras, pero en su lugar podemos plantar balizas, que activan el viaje rápido entre localizaciones. 

The Gunk combina este buen diseño con un apartado artístico muy creativo, que nos muestra el contraste entre las zonas "grises" infectadas por el Gunk, y las que hayamos limpiado, llenas de color y vida. 

La vegetación y las ruinas alienígenas construyen un mundo muy sólido, que nos anima a  avanzar para descubrir cómo serán los siguientes escenarios. Lamentablemente, la sensación se acaba demasiado pronto. 

No sólo es un problema de duración (apenas 6 horas para completar el juego consiguiendo todas las mejoras del guante), sino que las mecánicas, puzles y enfrentamientos no evolucionan demasiado en todo el desarrollo. 

En cuanto al apartado técnico, nos encontramos con luces y sombras. Entre lo mejor del juego hay que destacar un estilo muy personal, con personajes que parecen sacados de una película "stop motion" y una gran recreación del Gunk.

La sustancia se mueve, crece y se absorbe de una forma orgánica. Y en general los escenarios transmiten la sensación de sorpresa que tenemos al visitar un planeta desconocido. Hay que reconocer el buen trabajo del estudio, que hasta ahora sólo nos había brindado juegos en 2D.

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Las animaciones cumplen, pero el comportamiento de los enemigos es errático -en algunas ocasiones se han quedado congelados en lugar de atacarnos- y también hay algunos fallos en la detección de colisiones.

Lo hemos jugado en Xbox Series X, con una resolución 4K, y sin embargo nos hemos encontrado con tiempos de carga muy poco optimizados. 

Experiencia contenida 

The Gunk es un juego ""contenido" que no se pierde en planteamientos demasiado ambiciosos. Su desarrollo se apoya en tres pilares: plataformas, puzles y exploración, y los tres están bien ejecutados. 

Hemos disfrutado mucho recorriendo el planeta y descubriendo pistas sobre el origen del Gunk y la civilización alienígena que lo habitaba. Y sus puzles se encuentran en un punto justo de equilibrio para que no nos quedemos atascados en ningún momento.

Sin embargo, se nos ha quedado corto en otros aspectos. La personalización del guante (hay que escanear elementos del escenario para desbloquear mejoras y acumular recursos para equiparlas) es muy básica. 

Xbox Series S

Esta consola de Microsoft es compatible con todo el catálogo de Xbox, incluido Game Pass Ultimate. Además, es bastante más barata que su hermana mayor.

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Y lo mismo podemos decir de los enfrentamientos contra escasos enemigos, que no ofrecen demasiada profundidad.  

Desde luego merece la pena darle una oportunidad, más si tenemos en cuenta que está disponible en Game Pass desde el día de lanzamiento. Es un "indie" muy notable, cargado de buenas ideas, y con una sólida ejecución. 

Pero nos deja con la sensación de que podía haber llegado mucho más allá, de cuidarse un poco más en los aspectos que hemos mencionado más arriba.