"Los favoritos de Midas es un Cluedo en el que lo importante no es quién es el asesino" - ¡Entrevistas!
Hoy mismo llega a Netflix la miniserie de seis episodios Los favoritos de Midas dirigida por Mateo Gil (Las leyes de la termodinámica) que además se encarga de la adaptación del relato original de Jack London "The Minions of Midas" junto a Miguel Barros (Gigantes).
Con motivo de su estreno, hemos tenido ocasión de charlar con él así como con tres de los intérpretes principales: Luis Tosar, Marta Belmonte y Guillermo Toledo.
Los favoritos de Midas narra la historia de Víctor Genovés (Luis Tosar), el heredero de un imperio mediático que se ve asediado por un misterioso grupo que trata de chantajearlo para que pague una inmensa cantidad de dinero: cincuenta millones de euros. De no hacerlo, una persona anónima morirá de forma inesperada y repentina.
Aunque al principio duda de la veracidad de las amenazas, los hechos constatan que Los favoritos de Midas están capacitados para cometer asesinatos sin dejar huellas, por lo que no le quedará más remedio que dejar el caso en manos del inspector Conte (Guillermo Toledo).
De forma paralela conocemos a Mónica Báez (Marta Belmonte), una periodista rigurosa que ha conseguido una información confidencial que pone en tela de juicio la integridad del periódico para el que trabaja: El Observador, que a su vez forma parte del grupo Malvar.
Crítica de la miniserie Los favoritos de Midas
Marta Belmonte define Los favoritos de Midas como "una especie de Cluedo en el que lo importante no es quién es el asesino". Y Mateo Gil constata sus palabras subrayando que espera "haber hecho el trabajo lo suficientemente bien para que los espectadores no se estén preguntando quiénes son Los favoritos de Midas sino que piensen en los dilemas morales a los que se enfrentan los personajes".
Tosar sentencia: "La serie habla de muchos miedos que tenemos, que a veces expresamos en voz alta y otras veces los callamos y nos los guardamos", algo que desde luego enlaza de maravilla con el relato original de Jack London.
En un momento dado, el inspector Conte define al grupo como un virus que ha infectado la sociedad y que se expande en las sombras (no deja de ser curioso a la luz del momento que vivimos). Preguntados acerca de cuáles son los virus que infectan nuestra sociedad, Guillermo Toledo lo tiene clarísimo "el capitalismo", responde tajante.
Por su parte, Mateo Gil señala que es la indiferencia lo que más le preocupa, la forma en la que hay personas indolentes al sufrimiento ajeno y que asumen con facilidad pasmosa, por ejemplo, cómo está afectando la crisis sanitaria a sus congéneres que hace que mueran diariamente cientos de personas. "¿Somos así? ¿Nos adaptamos de un modo tan terrible a una realidad atroz? ¿Está nuestro sistema democrático a punto de ser tumbado y convertirse en otra cosa, y nosotros permanecemos impasibles?", se pregunta de forma retórica.
Gil abunda en los cambios que se han introducido en la adaptación: "Cuando hace casi 20 años Miguel Barros y yo nos pusimos a trabajar en Los favoritos de Midas, la idea era prácticamente la misma. Ha cambiado la subtrama periodística, porque entonces internet no había hecho el daño que actualmente observamos en los medios de papel. Al principio habíamos trabajado pensando en una naviera o en una siderúrgica, como la empresa del protagonista. El marco económico era distinto, no había ocurrido la crisis financiera de 2008. Quizá por eso cuando tratamos de vender la idea, no era recibida con entusiasmo. La crisis actual ha hecho más fácil ahora que se diera luz verde a la producción. Abrimos los ojos a una realidad que resulta ser más turbia de lo que habíamos pensado entonces. Las aristas morales son mucho más afiladas".
Luis Tosar nos ha contado acerca de su personaje que una de las mayores dificultades que ha encontrado ha sido desarrollar toda la trama de Víctor Genovés con su hijo. En la miniserie Los favoritos de Midas él está separado de su esposa y tiene una relación bastante fría y distante con él, sobre todo debido a su falta de tiempo generada por sus compromisos laborales y la dificultad añadida que entraña convivir con el enorme cargo de conciencia que supone saber que hay gente muriendo, de forma indirecta, por su inacción y su negativa a entregar el dinero que le piden.
Marta Belmonte, sin embargo, considera que ha sido el plano emocional el que más le ha costado desarrollar: los momentos en los que Mónica "tiene que dar un puñetazo sobre la mesa e imponer su punto de vista". "Ahí te das cuenta de que quizás no eres tan asertiva como piensas". A la hora de elaborar la personalidad de Mónica ha encontrado buenos referentes en su entorno inmediato siendo sus amigas sus grandes inspiraciones.
Su personaje es la brújula moral de la serie si bien considera que “hay un contraste entre lo que uno cree que es y como es realmente. El carácter de un personaje se suele revelar cuando más aprieta la cosa”.
Las escenas íntimas son también una parte importante de la trama. Luis Tosar considera que se ha generado en el equipo una buena química que ha permitido que el rodaje haya ido sobre ruedas y Marta Belmonte está de acuerdo con esta afirmación aunque se haya sorprendido de que se les vea tan poco. "Esperaba ver más piel, grabamos mucho material".
En este punto la serie es elegante y está grabada con mimo. Preguntados acerca de la figura del coordinador de intimidad que se ha impuesto en las producciones estadounidenses, Tosar considera que es un reflejo de "el exceso de celo de la industria por controlarlo absolutamente todo y que genera a veces situaciones tan ridículas como la de las tres sábanas: la chica se levanta de la cama y tiene una sábana para cubrirse, el chico tiene otra y todavía queda otra más sobre la cama".
Chascarrillos aparte, Belmonte sí que considera que una figura de intermediación que sirva para dejar claras las escenas de desnudos y para que los actores y actrices tengan derecho a determinar el corte final puede ser interesante, "siempre y cuando no se pierda de vista que lo importante es la historia que se quiere contar". Esto se debe a que en algunas ocasiones hay detalles que de dejan para el trabajo sobre la marcha y así se pueden evitar equívocos. "A veces hace falta piel, desnudo, porque el sexo cuenta la historia. Pero hay que prestar atención y hay que pactar las cosas. Puedes sentirte realmente 'en pelotas', no solo físicamente. Una figura que ayude a aclarar las cosas, sin que limite la narración, puede estar bien".
Respecto a las interpretaciones Mateo Gil valora mucho la colaboración de Carmelo Gómez: "su papel es pequeño pero decisivo. Está en un momento en el que tiene ganas de regresar a la ficción rodada pero quiere hacerlo poco a poco y ha sido un honor trabajar con él".
Los tres intérpretes principales tienen una larga trayectoria en el cine y la televisión. Luis Tosar considera que en cuanto a los tiempos y al nivel de implicación, el rodaje de Los favoritos de Midas (que se desarrolló a lo largo de cuatro meses), ha sido muy similar al de cualquier película. Marta Belmonte ya había trabajado previamente bajo el paraguas de Netflix el largo Gente y viene y bah, pero sí que considera que ha sentido más el cambio ya que venía de grabar una serie diaria en la que la producción es distinta. En cualquier caso ambos concuerdan en que Netflix "lo tiene todo muy bien atado".
Respecto al boom de las plataformas digitales Guillermo Toledo tiene una valoración muy positiva y recuerda que un estudio de hace apenas unos años los profesionales del sector en España estaban mayoritariamente viviendo en riesgo de exclusión y trabajando en condiciones precarias de modo que ha generado buenas perspectivas de trabajo y recuperado talento que se estaba perdiendo. "Según un informe que publicó El País, se hablaba de un 85% de paro. Y además, se tratan temas actuales, como en la serie Antidisturbios, o Los favoritos de Midas, que entronca con la actualidad también al describir las empresas, los medios, la policía, el suprapoder. Se abordan debates que están en la calle y en las redes sociales".
Tosar señala: "tienes la sensación de que ahora se está haciendo otro tipo de televisión, que presenta unas dimensiones muy distintas a las de la que se hacía antaño, en que se trabajaba a destajo. Son tiempos nuevos, en que se han aproximado las formas de hacer cine y televisión".
Descubre más sobre Raquel Hernández Luján, autor/a de este artículo.
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