Disney presentó su rendimiento económico del tercer trimestre del año fiscal ayer con unas pérdidas operativas de 170 millones de dólares, algo que, si bien es "calderilla" para una compañía que maneja las cifras con las que trabaja la Casa del Ratón, no deja de molestar a los accionistas. Sin embargo, a la hora de depurar responsabilidades, Disney ha fijado el objetivo en X-Men: Fénix Oscura como una de las principales responsables de este mal balance trimestral.
Si bien es cierto que X-Men: Fénix Oscura no ha tenido el rendimiento en taquilla que Disney habría deseado, recaudando 252 millones de dólares de un presupuesto declarado de 200 millones de dólares, películas como Stuber Express y El niño que pudo ser rey tampoco es que hayan tenido unos números en taquilla como para tirar cohetes. Sin embargo, las declaraciones de Bob Iger, CEO de Disney, se enfocaron más en la última película de X-Men producida por Fox.
También hay que ser justos y decir que los infortunios durante la producción, y los numerosos cambios realizados durante el proceso, que incluían pasar de dos películas a una solo, y cambiar todo el acto final para que no se pareciera al de Capitán América: Civil War no han ayudado a que X-Men: Fénix Oscura aterrizase con buen pie en los cines. Con esto, la película de X-Men se convierte en el segundo gran batacazo de la saga para Fox después de X-Men: La decisión final, que curiosamente también abordaba a su manera la trama de Fénix Oscura.
¿Igual es un arco maldito?
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