Una escritora se lamenta de las pocas personas que acudieron a su firma de libros y recibe el apoyo de Stephen King o Neil Gaiman

Si hay algo bueno que tiene Twitter es la capacidad de conectar a personas que normalmente no podrían ni hablarse, por la distancia o por su status social, y que en la red social, sin embargo, están a solo un tuit de distancia. Lo que consigue que tu lamento pueda ser leído por autores de la talla de Stephen King o de la canadiense Margaret Atwood. 

Esto es lo que le ocurrió a la escritora Chelsea Banning después de lamentarse a través de Twitter que a su firma de libros en Ohio solo hubiesen acudido dos personas. "Solo 2 personas vinieron a mi firma de libros de ayer, así que estoy bastante desanimada. Especialmente después de que 37 personas marcasen la opción "voy al evento". Algo triste, la verdad, y un poco avergonzada". 

Un lamento que llegó a las cuentas de autores como Stephen King o Margaret Atwood que respondieron a Banning con sus propias experiencias decepcionantes. "En mi primera firma de El misterio de Salem's Lot, solo tuve un cliente. Un niño gordo que me dijo: "hey tío, ¿sabes dónde están los libros sobre los nazis?", recordaba King. 

"Únete al club. Una vez hice una firma de libros a la que no acudió NADIE, excepto un tío que quería comprar cinta americana y se pensaba que yo le podría ayudar", escribía Atwood, autora de la novela de El cuento de la criada. 

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Neil Gaiman también compartió su propia experiencia 

"Terry Prachett y yo hicimos una firma de libros en Manhattan por Buenos presagios y no vino absolutamente nadie. Así que nos ganas por dos", recordaba divertido Neil Gaiman también a través de su Twitter. "Yo tengo demasiados que compartir. Como el día en el que el personal de la librería fingió ser clientes para que no me sintiera mal, siempre lo recordaré", escribía David Nicholls. 

Experiencias que demuestran que hasta llegar a convertirse en un autor como Stephen King hay que pasar por una serie de momentos en los que el glamour o el éxito no están tan a la orden del día.