El director tuvo que filmar a toda prisa la que se convertiría en una de las secuencias más evocadoras del Séptimo Arte, incluso con un fallito técnico.
Si quieres ganar dinero con una película, James Cameron es la opción lógica siempre. El Rey Midas de Hollywood tiene tres filmes de su filmografía en el Top 5 de cintas más taquilleras de toda la historia. Titanic fue la primera en ostentar la corona, allá por el alegre 1997.
Leonardo DiCaprio y Kate Winslet conquistaron el mundo con el drama romántico a bordo del transatlántico más famoso y trágico del siglo XX. Titanic fue un hito técnico en muchos sentidos, pero una película de esa magnitud no está exenta de errores.
James Cameron aún lamenta uno que no pudo evitar, pese a ser muy consciente de él. Y es que se produjo en la que, sin duda, es la escena más icónica de las más de tres horas que dura Titanic.
Nos referimos, claro, a la escena del "estoy volando, Jack", cuando Rose y Jack se encaraman a la proa del RMS Titanic al atardecer para vivir un momento tan romántico que se grabó a fuego en el Séptimo Arte.
Titanic y su escena más bella… y borrosa
Pero esa puesta de sol idílica se cobró su precio en la película de 1997. James Cameron se empeñó en filmarla con el atardecer real, por lo que solo disponían de una ventana de tiempo muy reducida para poder capturar imágenes antes de que el disco solar se hundiese en el océano. Hablando con Entertainment Weekly, Cameron y Winslet rememoran aquel momento tan intenso.
"Rodamos dos tomas antes de perder la luz", recuerda el director. " La primera, completamente desenfocada. La segunda está desenfocada durante unos cuatro segundos y luego aparece: esa es la que está en la película".
"Lo hicimos con una puesta de sol real", añade Kate Winslet. "Fue muy gracioso porque Jim decía: 'La puesta de sol es increíble, ¡vamos, vamos, vamos!'
Y nosotros, '¿Qué?'. De repente, Leo y yo básicamente tenemos que subirnos a esa grúa por esa maldita escalera. "Lo vamos a perder, lo vamos a perder". Entonces subíamos allí y de repente decíamos: 'Oh, acción'. Y teníamos como dos minutos haciendo este clinch sin cesar. Dios no lo quiera si empezamos a reír. Fue realmente hilarante".
Con ese ligero desenfoque en ella y todo, Titanic consiguió una de las escenas más recordadas del cine: una que a muchos aún nos viene a la mente de forma instantánea al hablar de la primera película de James Cameron en conquistar la taquilla mundial.
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