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¿Roger Federer es fan de Street Fighter?

Lara Rábano

Roger Federer es el deportista con más potencial comercial del mundo, ganando casi 60 millones de dólares (50 millones de euros) en acuerdos de patrocinio en 2016.

Hay muchos famosos enganchados a los videojuegos, especialmente a aquellos que más están de moda como Fortnite. De hecho, a los jugadores de un equipo de beisbol de los Estados Unidos se les ha prohibido jugar al título de Epic Games porque afecta a su rendimiento. Pero si hay un deportista del que no esperábamos que fuese fan de  los videojuegos es Roger Federer y parece que nos hemos equivocado por completo. En el siguiente tuit, publicado por Juan Ignacio de Chela, podemos ver a Federer lucir una camiseta de Street Fighter.

Esta imagen ha sorprendido a muchos ya que la afición del tenista por el mítico juego de lucha no era nada conocida. Sin embargo, la relación de Federer con este título no es nueva. El tenista, ganador de 20 títulos individuales en torneos Grand Slam, es uno de los personajes con los que podemos jugar en uno de los títulos de la saga, aunque no es el único. En el siguiente vídeo podemos verle intercambiar golpes (o raquetazos) con Rafael Nadal. 

La verdad es que los personajes están llenos de detalles muy significativos, a pesar de la poca calidad gráfica. Podemos ver a Nadal tirar de su pantalón antes de comenzar el combate, igual que hace en los partidos de tenis antes de cada saque, mientras que Federer se retira el pelo de la cara. Resulta muy curioso ver cómo de vez en cuando, durante la pelea, Federer sale limpiándose el sudor con una toalla. Los movimientos de los personajes son propios de los jugadores de tenis (especialmente los deslizamientos) y los personajes de cada jugador incorporan sus celebraciones características. 

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A pesar de todo esto, no sabemos si Federer es un jugador ocasional o un auténtico fanático de Street Fighter, ni tampoco a qué otros videojuegos suele jugar el tenista pero lo que está claro es que conoce el juego y luce su camiseta con orgullo. Eso, o no tenía otra cosa que ponerse. 

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