Aunque muchos nos hayamos quedado prendados por el cine moderno, todos los directores actuales que nos hacen ahora mismo disfrutar se han inspirado antes en el cine clásico que vieron nuestros padres o nuestros abuelos.

Por suerte, gracias a las plataformas de streaming, podemos disfrutar del cine clásico sentados en el sillón de nuestra casa, y una de las mejores películas épicas que puedes encontrar es Lawrence de Arabia, película británica de 1962 del género épico histórico.

Como buen amante del cine, Steven Spielberg también tiene a Lawrence de Arabia como una de sus películas favoritas y cuenta una anécdota que vivió en uno de los cines en aquellos años cuando era todo un niño.

Comentó que cuando se estrenó Lawrence de Arabia fue al cine con su padre y quedó emocionado por una escena que se desarrolla en la inmensidad del desierto.

En esta escena, el protagonista se tambalea por las dunas del desierto mientras parece que va a fallecer debido a la falta de agua y a la intensidad del sol.

Todo el mundo en el cine estaba completamente callado ante una escena que parece alargarse mientras se acorta la vida del protagonista, con un sol que incluso amenaza en salirse por la propia pantalla del cine.

Por suerte, la escena termina con el protagonista y sus compañeros encontrando un consuelo en un pequeño oasis.

Pero en ese momento, Steven Spielberg quedó totalmente sorprendido porque una gran parte de las personas que estaban viendo la película se levantaron del asiento y abandonaron el cine.

“Luego hay un corte discordante en el que los camellos y los jinetes beben de un gran oasis y la tensión se rompe drásticamente. Cuando terminó la secuencia, decenas de personas entre el público se pusieron de pie de repente y abandonaron la sala. No entendí lo que estaba pasando. Todos habíamos visto uno de los mejores momentos de la historia del cine y la gente se marchaba... incluido mi padre".

Desconcertado, y porque también vio a su padre levantarse del asiento, continuó viendo la película, pero unos minutos después, todas esas personas que habían abandonado la sala regresaron, pero no lo hicieron solas, sino con un montón de bebidas en sus brazos.

Con esto vio el poder que podía provocar el cine sobre las personas, en una escena del desierto cálido que provocó sed a muchos de los asistentes.