Las películas de Quentin Tarantino son completamente únicas, pero si tuviéramos que elegir un adjetivo para las mismas sería la palabra violentas, una forma de hacer ver al público lo que son capaces de realizar los personajes.

Quentin Tarantino es un amante del cine, no obstante creció viendo cientos de películas, con ideas que luego ha llevado a sus propias cintas. Y todas han llegado a triunfar en casi todo el mundo.

Pero en lo que respecta a la violencia, Quentin Tarantino siempre ha puesto un límite sobre la mesa, y es que no está dispuesto a cruzar una línea que otros directores han hecho y por lo que posteriormente han sido criticados.

Tarantino jamás torturará ni matará animales en sus películas. A pesar de la gran cantidad de escenas sangrientas y violentas de sus escenas, en ninguna morirán animales.

Esto se debe a que es poco ético y eso el espectador no lo pasa por alto. Tarantino quiere asegurarse que sus películas sean recordadas por otras cosas.

Cuando se refiere a torturar o matar animales Quentin Tarantino tampoco mataría un insecto.

De esta forma, la décima y aparentemente última película de Quentin Tarantino es probable que siga siendo tan violenta como las anteriores, pero no veremos jamás pasar esta línea roja.

Y es que en varias ocasiones, Tarantino ha explicado que existe una separación entre la vida real y lo que se hace en sus películas, y que lo que se muestra en sus películas no necesariamente tiene que ver con su opinión real.