He pasado el fin de semana en Educa Gaming. Se trata de un festival centrado en videojuegos que se ha celebrado en Ciudad Real (por segundo año consecutivo) y que este año giraba en torno a la integración y la educación. Estoy acostumbrado a ir a eventos más grandes, en que la presencia de figuras reconocidas de la industria, el anuncio de novedades o las competiciones de eSports copan la atención del público; las colas son enormes, el ruido ensordecedor y la presencia de tiendas de juegos y merchandising es abrumadora.
Pero Educa Gaming es diferente. Parte de una iniciativa de tres asociaciones manchegas: Gamuza (que se dedica a la promoción de los videojuegos y celebra una liga de manera regular en la capital manchega), Amaoto (asociación para promocionar el idioma y la cultura japonesa) y Puerta de Hades, dedicada a los juegos de rol, concursos y otras actividades "frikis". En este caso, hay que aplaudir el apoyo institucional, ya que las jornadas se celebran en el Espacio Joven de Ciudad Real y han contado con la participación de a concejalía de juventud en la mesa redonda "Educación y videojuegos".
Como decía es un evento reducido, en que la asistencia del público (unas 800 personas según la organización) permite que todos los visitantes puedan asistir a las mesas redondas y talleres sin problema, o que no sea necesario esperar mucho para jugar a los títulos retro desplegados en recreativas tipo "bartop" o consolas de todas las épocas. Incluso es un escaparate para que algunos desarrolladores de la ciudad muestren sus proyectos al público.
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Este año Hobbyconsolas ha estado invitada a participar en diferentes actividades, pero ha resultado mucho más satisfactorio asistir a los talleres de la propia organización. Ahí es donde he descubierto el motor y el potencial de nuestra industria. El entusiasmo con que Celia ha preparado un taller de creación de personajes o con que Luz presentó la evolución del personaje femenino. Queda mucho por pulir, pero el hecho de que dos chicas tan jóvenes se impliquen para buscar una dimensión más profunda en los videojuegos es buena señal.
Acompañando a estos jóvenes, hay un equipo de trabajadores sociales y docentes, que están investigando en las posibilidades del videojuego como herramienta educativa y en su vocación integradora. Cada vez que hablaba con ellos, o con los miembros de estudios como Akura Games y Cosmic Works, surgía inevitablemente la sensación de que no se puede hacer mucho más en una capital pequeña, y que aunque cuenten con la universidad, los estudios para trabajar se encuentran en Madrid o Barcelona.
Pues bien, el hecho de que Educa Gaming se celebre es un primer paso. La implicación institucional y el entusiasmo y la juventud de sus participantes, son casi una garantía de que vamos por el buen camino. Y ver cómo Daniel, profesor universitario y promotor del evento se esfuerza por generar inquietud entre sus alumnos, me hacen pensar que "en un lugar de la mancha" quizá esté generándose un entramado industrial y cultural en torno al videojuego que podría estallar en el futuro. Ojalá más profesores, más ayuntamientos y especialmente más jóvenes sigan este camino.
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