El final de Heridas abiertas, explicado con spoilers

El último episodio de la serie Heridas abiertas (Sharp Objects), titulado "Milk" ("Leche"), contiene un giro de guión final de lo más desconcertante. 

Si habéis seguido con atención esta serie de HBO basada en la novela homónima de Gillian Flynn (la autora de "Perdida"), no se puede decir que sea del todo inesperado, sino más bien una plasmación brutal y de última hora de una realidad que es probable que vinieras barruntando desde el mismo comienzo de la serie.

CUIDADO, SPOILERS SOBRE EL FINAL DE HERIDAS ABIERTAS

Camille Preaker (Amy Adams) y el policía Willis (Chris Messina), apodado como Mister Kansas, suman dos más dos y descubren que fue Adora quien mató a Marian cuando ella no era más que una niña. La justificación es el Síndrome de Munchausen por poderes: una compulsión que lleva a un progenitor, en este caso la madre, a hacer enfermar a su descendencia con la finalidad de sentirse necesitado.

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Comienza a aplicar la misma táctica con Amma y posteriormente con Camille cuando va en su auxilio, si bien la reportera consigue avisar in extremis a su editor y mentor Frank Curry (Miguel Sandoval) antes de regresar a su casa y ser víctima de su madre (sí, la misma que le espetó que nunca la había querido).

Gracias a esta maniobra, Frank acude con Richard y el jefe Vickery a rescatarlas a la mansión familiar, donde encuentran los alicates con los que le fueron extraídos los dientes a Natalie.

Llegados a ese punto, no hay más que mirar el reloj para darse cuenta de que este final de Heridas abiertas tiene gato encerrado... Camille se hace cargo de su hermana Amma, reclamando la custodia y creando una nueva vida junto a ella en Saint Louis y Adora va a la cárcel mientras se abre el juicio por las muertes de Ann Nash y Natalie Keene, en el que se declara inocente.

¿Quién es la Dama de Blanco?

Si has leído la novela, sabrás que la verdadera asesina de este drama de HBO es en realidad Amma. En ella, relatan cómo Adora empezó a prestar su atención a Ann y Natalie, despertando en su hija unos irrefrenables celos a los que dio rienda suelta junto a sus amigos.

Ahora bien, ¿cómo lo descubre una atónita Camille en Heridas abiertas? Cuando, escudriñando la casa de muñecas de Amma, el suelo de la habitación de su madre, que estaba hecho de marfil, encuentra uno de los dientes de la víctima (es el momento de darse cuenta del celo de Amma para hacerse cargo de la dichosa casa de miniaturas).

Cuando Amma se acerca al quicio de la puerta, sus palabras son demoledoras: "No se lo digas a mamá". Ella, que se había presentado como Perséfone, la reina del Inframundo de la mitología griega, está realmente enferma y no solo por el matarratas que su desquiciada madre le ha ido administrando a lo largo de los años, sino porque es una psicópata y asesina en serie.

Igual que hiciera anteriormente Westworld, Heridas abiertas utiliza material adicional en los títulos de crédito finales y en una brevísima escena postcréditos que terminan de subrayar lo expuesto. En primer lugar, vemos en un montaje rápido y violento a Amma y sus amigos atacando a Ann en el bosque, golpeando a Natalie en el apartamento de su hermano y estrangulando a Mae a solas (su tercera y última víctima es reciente). El esmalte de uñas de Mae, mientras se agarra desesperadamente a la cerca de alambre, resuelve también el misterio de la manicura de Natalie, que su hermano no consideraba propio de ella.

Pero ojo que, ya al final, vemos la que puede que sea la imagen más inquietante de todas: era Amma esa Dama de Blanco que aparecía en el bosque y que formaba parte de las leyendas de Wind Gap. La vemos claramente ocultarse entre la vegetación en la primera imagen de la serie, que no está vinculada directamente con la percepción y los recuerdos de Camille. Si no te recorre un escalofrío la espina dorsal, es que no alcanzas a comprender la brutalidad del concepto que arroja la serie: básicamente que la pureza y la destrucción van de la mano.

Heridas abiertas, no obstante, juega sus cartas de forma irregular. Con un final tan bestia, tendría que haber compuesto un tramo más dinámico, puesto que ya en el séptimo episodio (si no antes) era más que evidente que Amma no era ningún angelito.

Por otra parte, se nos escamotea información importante. ¿Qué sabe Alan? Por el toque de atención que da a Adora con ese "No te pases" conoce las consecuencias de su medicación, pero... ¿También conoce los hobbies de Amma? ¿De qué hablan Adora y Amma cuando esta última va a visitarla a la cárcel? ¿Qué hará Camille ahora que sabe el secreto de su hermana? Marti Noxon y Jean-Marc Vallée nos dejan espacio para rellenar los huecos que faltan y que vuele nuestra imaginación por este desolador y turbio paisaje en el que la envidia, el salvajismo e incluso la búsqueda de notoriedad son las tónicas predominantes.

Si te ha quedado apetito para más, éstas son las series que han llegado o están por llegar en lo que queda de año de terror y misterio: