Hace poco, me he visto del tirón “Friends”, un serie que no vi en su día, pero a la que le tenía ganas tras todo lo que había de oído de ella… Incluida la chapa de un gran amigo mío, que la tiene como su serie preferida. Y me gustó… en parte.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesariamente o exactamente con la posición de Axel Springer o de Hobby Consolas.
Pese a que es una serie “blanca”, que no pretende más que ser una comedia entretenida y graciosa, muchos episodios, situaciones y diálogos me dejaron un regusto muy amargo. Es verdad que es una serie con tres personajes masculinos y tres femeninos, todos bien dibujados. Es verdad que introduce la homosexualidad como no se había hecho antes en televisión y es verdad que intenta luchar contra estereotipos de género ya desde el episodio 1, en el que Rachel huye de un matrimonio que la habría convertido en la típica mujer florero… Pero es una serie de los 90, y se nota.
“Friends” se puede apreciar un tufillo machista bastante cantoso. Ejemplos, a patadas, desde la consternación de Ross porque su hijo prefiere una Barbie a un G.I. Joe, a lo de no entender que puede haber “niñeros” en lugar de “niñeras”. Y las relaciones de pareja están cuajadas de arranques absurdos de celos, cierta propensión al control exagerado y un pelín de toxicidad en algunos casos.
Vista en su día, en el momento social y cultural en el que se creó, seguramente todo esto lo único que provocaba era una carcajada. A mí, que la vi en 2020, muchas de esas situaciones, diálogos e incluso tramas completas, me disgustaron. Me sonaron anacrónicas y fuera de lugar.
Sinceramente, no creo que la serie pretendiera ser machista, todo lo contrario. Probablemente fuera muy moderna para su época, pero viéndola ahora, con los ojos del siglo XXI, puede resultar hasta ofensiva. Aunque no es justo juzgarla así y, menos aún, etiquetarla porque, como tantas otras cosas, fue hija de su época.
Una mujer despampanante se bajaba la cremallera de su ajustado traje de cuero para anunciar una colonia buscando a Jaq’s. Los asesinatos machistas eran tratados por la prensa de “crímenes pasionales” (si hay pasión, todo se entiende), el diario deportivo As llevaba en su contraportada una chica ligera de ropa sin saberse muy bien porqué, y las únicas que usaban productos de limpieza y electrodomésticos en los anuncios de TV eran las mujeres.
Recuerdo una vez a mi madre, muy enfadada con mi padre, diciéndole: “que sea la última vez que me regalas una plancha por nuestro aniversario”. Y mi madre es ama de casa, orgullosa de serlo, y nada feminista, que mi hermano no podía pasar la aspiradora, que para eso estábamos nosotras…
Loquillo ya dijo que nunca volvería a cantar “La mataré”. Y qué me decís de las canciones infantiles, como la niña de los payasos de la tele, que nunca podía jugar porque tenía que planchar (también la han rehecho, como tantas otras). Willy Fog era aventurero y gran señor, pero las virtudes de Rommy eran ser dulce y fiel… Y paro ya, que me caliento. Aunque cuando me acuerdo de la película “Una proposición indecente”…
Los videojuegos de la época no eran distintos, y he puesto ya tantos ejemplos que no quiero cansaros con ellos. Como ocurría con las colonias para hombres, el reclamo solía ser una mujer de las que quitan el hipo y con la ropa justa para no ser escandalosas. Y la prensa de videojuegos no se quedaba atrás replicando el modelo. Nosotros, los primeros.
Como sabéis, por el 30 aniversario de Hobby Consolas estamos publicando en redes sociales una portada cada día, desde el 1 de enero. Hoy toca la portada 69, que era nada menos que esta. Fue coincidencia.
Nos quedó preciosa, con el rojo de la escasa ropa de la luchadora de Fighters Megamix entonando con la cabecera de la revista y ese rosa de fondo que destacaba su figura imposible. A mí, ya en su día me pareció un poco fuerte, pero si era lo que los lectores demandaban…
Vaya por delante que la imagen era del juego, no la creamos nosotros ni nada de eso, pero cuando la vimos, nos pareció perfecta. Incluso hubo que forzarla un poco para que nos diera el tamaño adecuado para la portada. Y sí, ahora, más de 25 años después, me parece una barbaridad. Usar a la mujer como objeto, como reclamo de compra, no está bien.
No era lo único que hoy día desentona. En todos los reportajes del E3 había unas cuantas páginas dedicadas en exclusiva a las preciosas azafatas que adornaban los stands. Y dimos algún que otro regalo sonrojante, como aquella lámina de Lara Croft en sus exuberantes 3D (que, por suerte, no conservo y no puedo mostrar)…
Sí, Hobby Consolas también es hija de su tiempo. Y su tiempo ha sido largo. Si una marca como Hobby Consolas ha sido capaz de cumplir 30 años, ha sido porque ha ido evolucionando y ha sabido adaptarse a los cambios. A los cambios en los videojuegos, en la manera de consumirlos y a la importancia que han ganado hoy día como producto cultural.
Los videojuegos se han hecho mayores y nosotros con ellos. Y no me refiero a la edad, me refiero a la madurez. Hemos cambiado y me encanta el cambio. Enfrente de aquella portada del número 69 tenemos esta otra del número 289.
Porque sí, el rol de la mujer en la sociedad ha cambiado, el rol de la mujer en el videojuego ha cambiado y su rol en la prensa también ha cambiado. Le pese a quien le pese, la mujer tiene derecho a no ser un objeto y a vivir la vida que le dé la gana. Ser ejecutiva de éxito, o feliz ama de casa. Lo que ella elija.
Hobby Consolas también tiene derecho a elegir, y hace mucho que decidimos elegir (aun inconscientemente) huir de patrones que no hacen más que repetir estereotipos. Hobby Consolas sigue siendo hija de su tiempo y en estos tiempos las mujeres tienen derecho a ser valoradas por lo que son, no por lo que parecen.
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