Como ya sabréis a estas alturas (y si no, ya venimos nosotros a recordároslo), en unos meses llegará al cine la película de imagen real de Superlópez, un proyecto largamente postpuesto y que ha ido cambiando más de manos que una moneda de un euro. La versión final de esta adaptación, que llevará al cine al personaje de tebeo creado por el dibujante JAN para la editorial Bruguera allá por los 70, contará con la participación del cómico y actor Dani Rovira.
No entraremos a valorar la idoneidad de Dani Rovira como Juan López, alter ego de Superlópez, principalmente por aquello de que llegamos ya un poco tarde. En su lugar, el jefe (Dani Quesada, para más señas), me ha encomendado la labor de hablar de una cuestión que, aparentemente, parece importante: ¿Qué debería ofrecer la película de Superlópez para funcionar?
Yo, como en el chiste, le propuse si no prefería mejor el puente de tres carriles que uniera Coruña con Nueva York. Pero la decisión ya estaba tomada. O, más bien, era esto o volver a servir de conejillo de indias para otro invento del Profesor Bacterio, actual responsable de I+D de Axel Springer España. Y como no quiero volver a correr detrás de los coches durante una semana, aullando y ladrando, mejor me ciño al planteamiento del "Super" Q.
El caso es que, chacota aparte, hablar de las claves del éxito para que una película de Superlópez funcione tiene miga. Principalmente, porque los antecedentes que tenemos, no te creas tú, que son para echar cohetes.
¡Sapristi, cachis la mar!
En España, aunque no os lo creáis, llevamos mucho tiempo tratando de hacer eso que se llama live actions, películas de acción real, de nuestros personajes de tebeo. Allá por los años 50/60 ya se hizo una serie televisiva de Carpanta, que se grabó por el Manzanares en Madrid. Y en los años 80 tuvimos una película de Zipi y Zape que... en bendita hora, oiga.
Los 90 nos traerían las dos películas de Makinavaja y la de Historias de la Puta Mili, cuyos guiones mezclaban las historietas de Ivá para El Jueves. Sobre estas no nos pronunciaremos, salvo para alabar a Pajares, Bonilla y Echanove. Solo las mencionamos porque merece la pena puntualizar su existencia, como también la de una película de El Coyote de José Coronado de 1998. Y, entre medias, una serie bastante rancia y olvidable de El Botones Sacarino.
Hubimos de esperar a los 2000 para que se haiciera algo distinto y llegara Javier Fesser con su La gran Aventura de Mortadelo y Filemón para dar un salto cualitativo en el género de las adaptaciones de personajes. Esta película y su secuela, y a pesar de sus carencias, demostraron que era viable (aunque complejo y no exento de contradicciones) llevar el humor de Ibañez y de los personajes de la editorial Bruguera al cine.
Esta película hizo que se diera el pistoletazo de salida a diversas producciones más. Algunas se realizaron, otras no. Entre las que llegamos a ver, destacamos Zipi y Zape y El Club de la Canica, Zipi y Zape y La isla del Capitán y la película de Anacleto de Imanol Arias y Quim Gutiérrez. ¡Ah, y que no se nos olvide El Capitán Trueno y el Santo Grial, fracaso estrepitoso de taquilla y crítica por méritos propios!
Llegados a este punto, solo nos centraremos en las live action de Mortadelo, Zipi y Zape y Anacleto, cinco producciones que tienen algo en común: sus personajes son hijos de la editorial Bruguera, compartiendo una serie de rasgos narrativos, convenciones y planteamientos comunes. Esto, por cierto, también es un dato clave a la hora de valorar sus adaptaciones cinematográficas. Y es que todas coincidían en algo: el planteamiento personalista de sus guionistas y directores, que fallaban a la hora de trasladar la atmósfera y tono de los tebeos al cómic.
Vamos, que si bien las de Mortadelo se acercaban a los relatos de Ibañez, no tuvimos una película más o menos fiel a las de los tebeos de Francisco Ibáñez hasta Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo. En tanto, las dos películas modernas de Zipi y Zape y la de Anacleto se parecían como un huevo a una castaña a los tebeos de Escobar y Vázquez. Estas hondas diferencias, por otro lado, deben entenderse también en base a que estos cuatro personajes pertenecen a un modelo narrativo anacrónico, cuyas historias difícilmente se pueden plantear dentro de una película sin que haya que sacrificar algo de la "esencia" del tebeo original.
Sin embargo, tanto Superlópez como el Pafman (otro de los pocos personajes de tebeo español que sobrevivió a los 90) de Joaquín Cera, ofrecen un modelo distinto. Ambos personajes, aunque son parodias de Superman y Batman, discurren en modelos de tebeo cercanos al BD francés, lo que hace que sus aventuras estén más cohesionadas y no segmentadas en "capítulos autoconclusivos". Debido a ello, son material mucho más fácilmente adaptable. Pero dejemos de lado al cabestro oscuro de Cera y ciñámonos a la medianía de acero de JAN.
Un outsider dentro de Bruguera
Una de las características más destacadas de Superlópez es la de que es un personaje que se creó dentro de las convenciones propias de los cómics de Bruguera, pero trascendió los canones narrativos de su escuela. JAN demostró pronto ser un autor muy influenciado por el cómic francobelga (el anterior citado BD). Desde la historia de La semana más larga, descubrimos que el autor va diluyendo la segmentación de la trama, difuminando las partes que separan un capítulo de otro. Desde La Caja de Pandora, en adelante, la acción de los tebeos de Superlópez es cada vez más fluida y cohesionada. Esto es, una misma historia que no se divide en episodios.
Esta fórmula es la que se lleva imponiendo en el personaje desde mediados de los 80 hasta nuestros días y es la que se ha mantenido. Además, según tenemos entendido, debido a la influencia de la esposa del dibujante, las historias tienen una patente politización. Tras Viaje al centro de la Tierra se hace evidente la vena activista del autor, impregnando sus historias con metáforas y denuncias sociales. Esto lo vemos en aventuras como las de En el país de los juegos el tuerto es el Rey, Cachabolik Blues Rock, Monster Chapapote...
Por otro lado, y siguiendo la línea del BD, JAN se ha preocupado de crear una continuidad y una mitología para su personaje. El Inspector Holmez y su hija Marta, Escariano Avieso, Lady Araña, Refuller D'Abastos, Al Trapone... Por no mencionar las parodias de personajes de Superman que, explícitamente, conforman el grueso de secundarios que rodean a Superlópez: El Jefe (Perry White), Luisa Lanas (Lois Lane), Jaime (Jimmy Olsen), amén del queridísimo Supergrupo. Y eso sin mencionar gags reiterativos como el del café con el croissant o el desprecio de Luisa por por la personalidad secreta de su novio...
Hemos de señalar que, visual y estéticamente, Superlópez también cuenta con una serie de elementos propios que definen su mundo. El primero es la recreación de Barcelona (escenario principal de sus aventuras), tratando de ser más o menos realista con la arquitectura, distribución e, incluso la luz de la Ciudad Condal.
¿Te falta algún tebeo de Superlópez? Pues en Amazon los encontrarás todos
El otro se refiere a la representación de sus personajes, que sufren una cierta atemporalidad: bigotes y peinados de los años 70; ropa de distintas décadas del siglo XX (el bombín de Al Trapone o el vestuario de Holmez, por ejemplo); el propio traje de Superlópez, que resulta anacrónico y "pobretón" respecto a los diseños actuales de superhéroes...
En muchos aspectos, como veis, Superlópez cuenta con una serie de elementos identificativos propios, que favorecen su adaptación más o menos fiel a un medio audiovisual. Al menos, si se hace en base a un estudio de los más de 50 álbumes publicados del personaje. El tráiler nos ha tratado de vender ya que la película protagonizada por Dani Rovira va a respetarlos o tirar de ellos (el croissant, la "cutrez" del traje). ¿Pero son estos elementos gratuitos para darnos gato por liebre o van a hacer algo serio?
A nosotros, personalmente, nos da mucho miedo esta recreación. Por un lado, porque el director no es otro que Javier Ruiz Caldera, responsable de la fallida Anacleto. Por otro, porque los guionistas son Diego San José y Borja Cabeaga, autores de los guiones de Pagafantas, Ocho apellidos vascos y Ocho apellidos catalanes y cuyo humor está dirigido a un tipo concreto de público y enmarcado dentro del registro cómico de Rovira. Debido a esta conjunción, sospechamos que este equipo ignorará el trabajo de JAN durante más de cuatro décadas y decidirán arrogantemente hacer "su" película, presentando un Superlópez que tenga del personaje tan solo el bigote y la ese del traje.
Que, oye, lo mismo nos equivocamos y resulta que las estrellas se alinean y el estreno es un pepino, con lo que Superlópez se convierte en la mejor película de acción real de un personaje de tebeo español. Pero que, además, el reparto sea el "mismo de siempre", con rostros que vemos de manera reiterada en una serie de producciones, nos hace temer que la producción además vaya a sufrir de cierta endogamia profesional (un mal recurrente en el medio audiovisual español, por cierto). Si su trabajo resulta óptimo y creíble, al menos ganaremos en calidad actoral, pero no pondríamos la mano en el fuego por ello.
En fin, habrá que esperar al 23 de noviembre, fecha de estreno de Superlópez, para ver por dónde sale el tiro. A ver si la bala da en el blanco o sale disparada por la culata, vaya. Por lo que pueda pasar, nos pondremos a cubierto y en las últimas filas, que no solo hay mejor protección, sino que también está más cerca de la salida y del baño.
Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.