God of War Ragnarök: una oda a la mitología nórdica digna de los dioses de Asgard

God of War Ragnarök, convertido ya enuno de los juegos con mejores valoraciones de la historia, está a punto de asaltar las gélidas y exclusivas tierras de PlayStation 5 y PlayStation 4. A partir del 9 de noviembre, podrás disfrutar de la nueva aventura de Kratos y Atreus, aún más brutal que la que ambos protagonizaron en 2018.

Aquel juego sacó ya un gran partido a la mitología nórdica, pero esta secuela va aún más lejos, merced a una interpretación que incluye infinidad de personajes, lugares y objetos de la tradición escandinava. Hoy, en este artículo, y gracias al conocimiento aportado por la historiadora Laia San José Beltrán durante la grabación del documental que le dedicamos al juego, repasamos las referencias mitológicas de las que bebe God of War Ragnarök.

Un invierno hacia el fin del mundo

Para empezar, la propia denominación de “God of War Ragnarök” es una declaración de intenciones, pues el Ragnarök es el acontecimiento central en torno al que pivota la mitología nórdica. Todo en ella va encaminado a la batalla del fin del mundo entre las fuerzas del bien, representadas por los dioses principales, y las fuerzas del caos, encabezadas por Loki y sus huestes.

El juego de Santa Monica Studio es precisamente eso, aunque con el evidente giro de que Kratos y Atreus ejercen el papel de buenos de la película (nunca mejor dicho, dado que está concebido en plano secuencia). Además, ese hilo argumental entronca directamente con el final del anterior juego, ya que una de las premisas para que se produzca el Ragnarök debe ser la muerte del dios Baldur.

Eso desata el Fimbulvetr, un largo invierno que motiva que todo se hiele, no haya buenas cosechas y los hombres acaben enfrentados entre sí. Ese invierno interminable está perfectamente representado en el juego, con buena parte de los nueve reinos de la mitología nórdica cubiertos por la nieve y el hielo.

Lo que está por ver, y lo que más sorprenderá a los jugadores, es ver qué vuelta de tuerca ha dado el estudio de desarrollo a otras premisas del Ragnarök. En especial a la que dice que, antes de él, Loki ha de engendrar, junto a Angbroda, a sus tres pérfidos hijos: el lobo Fenrir, la serpiente Jormungandr y la diosa de los muertos Hela. O a la que dice que todos los dioses acabarán pereciendo…

La morada de los dioses

El Ragnarök no sería nada sin todos esos dioses y, precisamente, el juego va bien servido de ellos y los presenta a través de la mirada de un forastero como Kratos. El más destacado para la historia no es otro que Loki, principal responsable del Ragnarök, que juega un papel determinante en la historia y, como en la mitología, debe deshacer el caos que él mismo ha creado.

En ese sentido, hace su debut en la serie Angbroda, una giganta que es la esposa de Loki. En la tradición apenas hay referencias a ella, pero Santa Monica Studio ha aprovechado su reinterpretación para ponerla en valor.

También se incorpora Fenrir, el hijo lobuno de Loki que, en la mitología, era apresado por Tyr, dios de la guerra escandinavo. En el juego, es imprescindible buscar la ayuda del ‘compañero de profesión’ de Kratos para tener una oportunidad frente a los dioses de Asgard.

Precisamente, los dos dioses supremos se estrenan también en este juego, tras su ausencia en el anterior. Por un lado, está Thor, un grandullón muy dado a los placeres y, sobre todo, a guerrear. Por otro lado, está Odín, sabio mandamás del pantéon nórdico y encargado de guiar a valquirias y demás guerreros del Valhalla en la batalla del fin del mundo.

Y, por supuesto, también regresan viejos conocidos del juego de 2018. Tal es el caso de los hermanos enanos Sindri y Brok, dedicados a la forja de armas, o el de Mimir, cuya sabionda cabeza vuelve a acompañar a Kratos y Atreus para informarles de todo lo que se cuece en el mundo.

Un santuario escandinavo

Otro aspecto destacado de God of War Ragnarök es que, esta vez sí, están incluidos los nueve reinos de la mitología nórdica. A saber, Midgard, Alfheim, Helheim, Jötunheim, Muspelheim, Niflheim, Vanaheim, Svartalfheim y Asgard.

Los tres últimos no eran accesibles en 2018, pero aquí lucen en toda su gloria. Vanaheim es el hogar de los Vanir, el clan de los dioses más mundanales, en tanto que Svartafhleim es un reino habitado por enanos. Sin embargo, la estrella absoluta de la función es Asgard, donde moran los Aesir, los dioses más poderosos, y donde se encuentra el lustroso salón del Valhalla.

Y, para rematar, no falta a la cita el arma por antonomasia de la mitología nórdica: Mjölnir. Cada vez que aparece en escena, Thor lleva su icónico martillo, que sólo puede ser empuñado por él mismo y que, igual que el Hacha Leviatán de Kratos, tiene la capacidad de volver al puño de su dueño tras haber sido lanzado.

Son sólo algunos ejemplos de la oda al fin del mundo nórdico que es God of War Ragnarök, que os recordamos que se pone a la venta el 9 de noviembre y que se puede adquirir en varias ediciones para PlayStation 5 y PlayStation 4, a través de GAME.

Así, puedes hacerte con la Edición Estándar, la Edición Limitada (incluye el juego y un minilibro de arte), la Edición Coleccionista (incluye una réplica del martillo de Thor, un juego de dados, figuras de cinco centímetros, una caja metálica sin el juego y varios DLC) y la Edición Jötnar (suma a la Coleccionista un mapa de tela, un anillo, un set de pines, un vinilo y otro juego de dados).