Sekiro no tiene un mapa único, como otros juegos de From Software (en particular Dark Souls), y aquí os indicamos cómo llegar al segundo mapa del juego, la hacienda Hirata, donde podemos encontrar mejoras para nuestro brazo prostético, como el hacha o el cañón llameante, que nos servirá de ayuda en combate. En una casa derruida que encontramos en el muro exterior de los dominios Ashina en Sekiro Shadows Die Twice hay una anciana que busca a su hijo Inosuke. Si hablamos con ella, nos entregará una campanilla. Podemos avanzar hasta la siguiente estatuilla haciendo frente a los centinelas (cuidado porque en la parte alta del portón hay un guardia que porta un cañón muy peligroso) o regresar a la anterior... depende de los riesgos que queráis asumir.
La campanilla se utiliza en el Templo Desolado, así que cuando lleguemos allí, tras hablar con Emma, podemos entrar a ver al escultor, que nos indicará la presencia de un Buda que no ha tallado él. Es en esta escultura donde Sekiro debe colocar el cascabel como ofrenda y rezar. De ese modo, hacemos un viaje en el tiempo, hasta el asalto de la Hacienda Hirata, varios años antes de lo que ocurre en la línea temporal actual.
La Hacienda transcurre de manera paralela, con sus propios jefes finales, secretos y mejoras que necesitaremos para cumplir la misión el lobo de un solo brazo. Podemos viajar entre ambos escenarios desde cualquier estatua, como si se tratase de las hogueras de Bloodborne o Dark Souls. Y os aconsejamos que lo hagáis cada vez que os quedéis atascados -lo que puede ser frecuente- porque la solución a un jefe de Ashina puede estar en Hirata y viceversa.
Si queréis más trucos y guías de Sekiro Shadows Die Twice, aquí os indicamos cómo derrotar al primer jefe, el ogro encadenado.
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