No es una práctica nueva, ni mucho menos, pero no deja de ser asombroso que cada vez pongan más a prueba la tolerancia al asco de los espectadores: los cubos de palomitas que ofrenden en los carísimos menús de los cines, son cada vez más locos.

Si nos atenemos a los de Dune Parte 2, es de traca: tienen forma de gusano de arena y hay que sacar el delicioso aperitivo de sus fauces... no es de extrañar que algunos como Dave Bautista se nieguen a meter ahí la mano y que al propio director, Denis Villeneuve le generen sentimientos encontrados... Todo por promocionar la película pero... ¡qué asquete!

La próxima película que va a seguir una estrategia semejante es Cazafantasmas: Imperio helado. El cubo de palomitas es un Moquete... O Slimer, si nos ponemos pijos. Solo les ha faltado meter dentro palomitas de caramelo de color verde o echarles guacamole (voy dando ideas... ¡de nada!).

¿Quién no querría tenerlos en casa? Aunque quizás no para meter dentro comida. Lo que sí es infernal es el precio que te cobran por este tipo de objetos, que al final son de coleccionista y no llegan ni siquiera a todas las salas comerciales. ¿Se les va a cabeza con este tipo de apuestas o se agotarán a los cinco minutos?

Se entiende que sirven para hacer caja, por supuesto, y que además cuanto más arriesgado es el diseño más capacidad tiene de viralizarse en redes sociales. Suma publi.

Antes de estas dos películas y coincidiendo con el estreno de Wonka vimos su chistera convertida en recipiente para las palomitas y unas "exclusivas" y carísimas tabletas de chocolate que no sabemos si contendrían o no un billete dorado pero que desde luego se cotizaban a precio de oro. 

¿Eres de los que pica o de los que se pica con este tipo de prácticas? ¿Palomitas saladas o de caramelo? ¿A qué huelen las nubes? Recuerda que lo importante es la peli y que si te dejas más pasta en la cafetería que en la taquilla una de dos: o ibas canino al cine o no te importa hacer ruido en la sala, así que has elegido regular.