En los últimos años hemos podido ver una auténtico resurgir del género cyberpunk en la gran pantalla, aunque no es que nunca se hubiera ido del todo, simplemente se le ha empezado a prestar más atención de manera mainstream. Estesubgénero de la ciencia ficción ha fascinado a creadores de todo tipo durante décadas, y en el cine hemos visto levantarse grandes franquicias en esta ambientación, como The Matrix (que volverá a los cines con una cuarta película) o Blade Runner y su secuela.
Hace poco os hablábamos de series y películas cyberpunk casi imprescindibles, y es verdad que un buen número de los títulos que os proponíamos eran de origen nipón... Y es que los japoneses han hecho todo un arte y una ciencia de eso de crear obras cyberpunk tanto para cine como en formato serie: Ghost in the Shell, Alita, ángel de combate, Akira, Cowboy Bebop, Psycho-Pass...
El cyberpunk está fuertemente ligado a la nueva ola de ciencia ficción que surgió allá por los años 60 y 70 del siglo pasado, con escritores como Philip K. Dick o Harlan Ellison, que se iban desasociando de las fantasías utópicas y perfectas que exploraba el género anteriormente y se centraban en un ambiente un tanto más oscuro. Neuromancer, la novela de William Gibson publicada en 1984 fue crucial para el asentamiento de este género, mientras que en Japón el manga Akira de Katsuhiro Otomo y su adaptación a película catapultó la popularidad del cyberpunk.
En cine empezamos a ver las primeras avanzacillas con Blade Runner de Ridley Scott, que precisamente adaptaba uno de las novelas de Philip K. Dick, y a lo largo de las últimas décadas ha ido asentándose más y más en el mundo audiovisual con una lista de producciones a sus espaldas. ¿Pero qué es eso del cyberpunk y por qué ha fascinado tanto a creadores y público? ¿Por qué ha calado tanto en nuestra sociedad a través del cine y la televisión?
Un reflejo oscuro de nuestra sociedad
Como os decíamos más arriba, el cyberpunk es un subgénero de ciencia ficción, así que por supuesto cuenta con ciertos elementos futuristas y casi imposibles para nuestros estándares actuales. El cyberpunk resulta tan fascinante porque en cierta manera nos permite explorar en lo que podría convertirse la humanidad en su faceta más turbia.
Este subgénero se caracteriza, entre muchas otra cosas, claro, por las terribles distopias en las que se ambienta, con inmensas desigualdades sociales entre ricos y pobres, con una parte de la sociedad siendo especialmente vulnerable frente a los increíbles avances tecnológicos que ya no se encuentran al servicio de la mayor parte de la población.
Ya este escenario de base se presenta como un ambiente perfecto para explorar las relaciones y reacciones humanas a este mundo, y además es perfecto para meternos en temas como búsquedas de identidad, la importancia del individuo frente a la sociedad o cuestiones filosóficas como la existencia de Dios y nuestro propósito en la tierra. Vamos, que se convierte en un cóctel con elementos de ciencia ficción existencialista y distopias socialmente desiguales, con lo que ya es lienzo más que apetitoso para muchos creadores.
Nos gustan los perdedores
Los ambientes cyberpunk son corruptos, con importantes megacorporaciones o entidades que controlan el mundo o el universo y que convierte al individuo en un ser cada vez más pequeño frente a ellas. Estas historias nos transportan de lleno a enormes escenarios, con grandes ciudades llenas de neón, cristal y metal en las que los protagonistas viven a los márgenes de la sociedad. Estas enormes ciudades futuristas, en apariencia llenas de color y avances, terminan contrastando fuertemente con la pobreza y marginalización de la mayor parte de sus habitantes.
Porque esa es otra, los protagonistas no suelen ser héroes limpios y perfectos que luchan por un bien común y un futuro brillante. Los personajes principales de las historias cyberpunk suelen ser antiheroes, criminales frente a las leyes establecidas por las grandes corporaciones, desertores y marginados que distan mucho de ser la flor y nata de la sociedad.
Esto no significa que nuestro protagonista sea mala persona, ojo, pero el que estén llenos de imperfecciones y tengan las cosas difíciles permite que también queramos verles tener éxito contra el resto del mundo... aunque el final no resulte tan feliz como esperamos, o tenga un regusto agridulce. Porque recordemos, este futuro que nos ha tocado vivir no es tan perfecto como se nos prometió.
Por si todo esto fuera poco, el género cyberpunk casa a la perfección con historias de crímenes, investigaciones y noir, con lo que no es de extrañar que muchos creadores se hayan encontrado cómodos en ambientaciones cyberpunk.
Mundos virtuales, transhumanismo, ciudades interminables, los márgenes de una sociedad desigual... El cyberpunk es ciencia ficción, sí, pero un tipo de ciencia ficción y futurismo que cada vez parece estar más cerca de nuestra propia realidad y que parece incluso una fábula distópica para advertirnos sobre cómo podría volverse nuestro presente si nos despistamos demasiado.
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