Jugamos durante varias horas a Aeterna Noctis, metrodivania desarrollado por los españoles Aeternum Game Studios que forma parte de la plataforma PlayStation Talents. Estas son nuestras impresiones.
Si sois seguidores del género metroidvania, es bastante probable que llevéis un tiempo siguiéndole la pista a Aeterna Noctis. Este juego, obra del equipo español Aeternum Game Studios y parte de la iniciativa PlayStation Talents, se ha ido dejando ver poco a poco a través de imágenes y tráileres en los que queda patente una fuerte influencia de grandes clásicos modernos como Hollow Knight o ambos Ori.
El último tráiler, publicado hace tan solo unos días, desvelaba al fin que Aeterna Noctis se lanzará en diciembre de 2021 para PS4, PS5, consolas Xbox, Nintendo Switch y PC, y lo hará además doblado al castellano.
Antes de que llegue el esperado momento, en Hobby Consolas hemos tenido la oportunidad de pasar unas horas en La Forja, uno de los 16 niveles que componen el mundo de Aeterna, para comprobar de primera mano cómo avanza el desarrollo. Os lo contamos en nuestras impresiones de Aeterna Noctis.
El camino del dolor
Y lo primero que nos ha sorprendido es que pese a tratarse de un metroidvania, el avance a través de Aeterna Noctis es diferente al de otros títulos similares. Normalmente, en esta clase de juegos, nos encontramos con una combinación de combates, saltos y exploración; Aeterna Noctis cuenta con esos tres elementos, pero los estructura de una forma diferente: prácticamente cada "habitación" del mapa es una sala de desafío.
¿Qué significa esto? Que en lugar de abrirnos paso por el mundo derrotando (o esquivando) a los enemigos de forma relativamente sencilla, cada sección del mapa supone un reto que nos invita a demostrar tanto nuestra pericia ejecutando saltos con máxima precisión como nuestra habilidad para derrotar enemigos, todos ellos con patrones de ataque y debilidades bien definidos.
Y lo siguiente que nos ha sorprendido de Aeterna Noctis es que es difícil. Muy difícil, diríamos, aunque ya sabéis que esto al final depende de la habilidad de cada uno a los mandos. Sus responsables nos cuentan que La Forja es un nivel medio-avanzado con una dificultad que oscila entre el 5 y el 7... Pero tenemos que reconocer que hemos recibido palos hasta en el carné de identidad.
Cuchillas, pinchos, interruptores que abren puertas por tiempo limitado, suelo y paredes mortales, combinaciones de todo lo anterior... Parece que todo en Aeterna Noctis, o al menos en este nivel, está diseñado para acabar con nosotros. Desde luego, no hemos sido capaces de superar ninguna habitación a la primera; todas nos han llevado un elevado número de intentos. Algo un tanto extenuante, dada la enorme envergadura de La Forja, porque si las otras 15 zonas del juego son similares en tamaño, Aeterna Noctis promete ser una aventura gigantesca. Y por supuesto podéis esperar una gran cantidad de secretos y desafíos ocultos.
En este nivel, el objetivo del Rey de la Oscuridad, el mezquino y arrogante protagonista de Aeterna Noctis, era apagar los tres hornos para poder continuar. Cada uno de los tres esperaba tras una larga sucesión de salas mortales, en algunos casos con enfrentamiento final incluido. Por suerte, una vez activado un horno, podíamos volver de forma rápida a la sala central desde la que acceder al resto. Una gran idea, porque sólo de pensar en tener que rehacer el camino de vuelta superando de nuevo todas las salas de desafío, nos entran sudores fríos.
Por suerte y pese a su elevada dificultad, Aeterna Noctis se controla a la perfección. Algo muy necesario, dada la enorme precisión que requieren ciertos desafíos plataformeros. Se nota que en Aeternum Game Studios le han puesto especial mimo a los controles para que respondan con exactitud.
En ese sentido encontramos lo habitual en otros metrodivania: salto, doble salto, salto de pared, dash, ataques de espada, ataques a distancia... También contamos con la posibilidad de invertir puntos en un árbol de habilidades de gran tamaño, mejorando aspectos como el tiempo de espera antes de volver a usar el dash, daño de los ataques cuerpo a cuerpo y a distancia... Ya sabéis.
Pero hay dos elementos que nos han llamado mucho la atención. Por un lado, tenemos un sistema para recuperar salud que recuerda en gran medida a lo visto en Hollow Knight: al acabar con los enemigos obtenemos sangre, y una vez rellenamos un orbe, podemos mantener pulsado el botón asignado para recuperar un segmento de salud.
Ahora bien -y aquí viene lo interesante-, además de ataques de espada, el Rey de la Oscuridad puede usar también una guadaña. Los ataques con esta arma son mucho más lentos, pero cuentan con el añadido de provocar que los enemigos expulsen sangre antes incluso de morir. De esta forma, se convierte en una interesante mecánica de riesgo recompensa que puede ayudarnos a darle la vuelta a una situación complicada.
El segundo elemento que nos ha llamado la atención es la habilidad de teletransporte. En cualquier momento, y pulsando el gatillo derecho, podemos alternar entre dos tipos de ataque a distancia: el habitual que causa daño a los enemigos y el teletransporte. Como su nombre indica, este último nos permite desplazarnos de forma instantánea hasta la posición del proyectil, convirtiéndose en un movimiento muy útil en las secciones de plataformeo.
De hecho puede que sea incluso demasiado útil, pues sospechamos que se trata de la clase de habilidad que se puede explotar para "romper" el juego, permitiéndonos superar zonas sin seguir el camino intencionado o alcanzarlas antes de lo previsto (algo que suele ser señal de que estamos ante un gran metroidvania, por otra parte). Desde luego, ya en este nivel se nos invitaba a sacar partido del teletransporte de formas muy ingeniosas, hasta el punto de que por momentos las secciones de plataformeo se convertían en una suerte de puzle.
Por ejemplo, en una debíamos averiguar el orden correcto en el que debíamos golpear una serie de interruptores para ir abriendo el camino, usando el teletransporte para lograr llegar al siguiente interruptor antes de que el tiempo se agotase. Y todo esto sorteando trampas de todos los tipos, claro.
En cuanto al apartado visual, ya veis que se trata de un juego realmente colorido y llamativo. Su principal problema es que al verlo en movimiento es inevitable pensar en Hollow Knight, pues escenarios, enemigos, personajes, etc. tienen un estilo demasiado similar, con la diferencia de que a nivel artístico Aeterna Noctis es algo menos refinado. Por el contrario, las animaciones del Rey de la Oscuridad están realmente cuidadas y gozan de una gran suavidad, algo que contribuye a lograr una satisfactoria sensación de movimiento.
En definitiva, si os gustan los metroidvania y los buenos desafíos, tenéis motivos de sobra para marcar diciembre en vuestros calendarios y no quitarle el ojo de encima a Aeterna Noctis.
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