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Si echas de menos los Zelda clásicos, Echoes of Wisdom es justo lo que necesitas: impresiones tras probarlo

The Legend of Zelda Echoes of Wisdom
Foto del redactor Álvaro AlonsoFoto del redactor Álvaro Alonso

La princesa Zelda es la gran protagonista de The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom para Nintendo Switch. Pero que eso no te engañe: es un Zelda con todas las de la ley. Lo hemos jugado y en estas impresiones te contamos qué nos ha parecido.

Hace unos días me acerqué a las oficinas de Nintendo para probar durante algo más de una hora The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom para Nintendo Switch. Y te voy a ser sincero: desde que fue anunciado me ha llamado mucho la atención, en primer lugar porque es un Zelda, evidentemente, pero sobre todo porque la princesa es por fin la gran protagonista. Y eso se celebra.

Pero, al mismo tiempo, me dejó un poco frío que optasen por convertir a la princesa en una suerte de hechicera que derrota a los enemigos sin mancharse las manos. Porque anda que no molaría una Zelda con espada, ballesta (a lo Linkle) o, no sé, un arma un poco más directa.

Y también que pese a llevar el nombre The Legend of Zelda en el título, me daba la impresión de que Echoes of Wisdom era una especie de spin-off, algo así como lo que ha sido el reciente Princess Peach: Showtime! para la saga Mario.

Pero amigo o amiga… nunca me había alegrado tanto de estar equivocado. Salí de la sesión de prueba flotando y con una sonrisa de oreja a oreja. En lo que va de año, ningún otro juego había conseguido convencerme de semejante manera en la primera toma de contacto. Y ahora te cuento por qué.

Impresiones de The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom

La demostración tenía lugar justo al principio de la historia, que nos lleva a un reino de Hyrule en el que han aparecido unas misteriosas grietas que están causando el caos entre sus habitantes. Link ha desaparecido, así que a la princesa Zelda no le queda más remedio que armarse de Sabiduría y salir ahí fuera para salvar a su pueblo.

No voy a contar más sobre la historia, pero sí voy a decir algo que me llamó mucho la atención: la princesa no habla. Al igual que Link en los juegos que protagoniza, Zelda no dice ni pío durante las conversaciones con otros personajes. Entiendo que lo han hecho por preservar la tradición del héroe mudo (o heroína, en este caso). Pero eso me lleva a preguntarme: cuando veamos a Link… ¿hablará?

Sea como sea, al tratarse del principio de la historia tuve la oportunidad de familiarizarme con las mecánicas de juego, que tienen muchísima miga. De base, The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom recupera el desarrollo de las entregas clásicas con perspectiva isométrica, juegos como A Link to the Past o Link’s Awakening.

The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom

Pero la forma en que Zelda interactúa con el mundo y los enemigos es completamente diferente a todo lo que se ha visto antes. Y aquí es donde entra en juego el pequeño Tri, una misteriosa criatura de color dorado que la acompaña en todo momento y le confiere sus poderes a través de un cetro.

Gracias a Tri, podemos memorizar objetos para después replicarlos. A grandes rasgos, esto significa que cada vez que veamos un objeto con un brillo de color dorado a su alrededor, debemos acercarnos y pulsar ZR para añadirlo a la enciclopedia. De esta forma, podemos replicarlo siempre que queramos.

Ahora bien, hay una limitación muy importante: sólo podemos replicar tres objetos al mismo tiempo, algo que se indica mediante la estela de triángulos que deja Tri a su paso. Esto nos obliga a ser creativos para resolver situaciones. Por ejemplo, puede que necesitemos alcanzar un punto elevado, y para ello, vamos a tener que replicar tres mesas en una posición muy concreta.

The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom

Pero ten en cuenta que te estoy hablando de los primeros minutos de juego; a medida que vamos engordando la enciclopedia con nuevos objetos, como jarrones, cajas o incluso camas, las opciones van aumentando. De manera que una misma situación se puede resolver de diferentes formas… algunas realmente sorprendentes. Además, al progresar en la historia, el límite de Tri aumenta.

Es inevitable acordarse de la Ultramano de Tears of the Kingdom y sus infinitas posibilidades a la hora de construir cualquier cosa que se nos pasase por la cabeza. Echoes of Wisdom plantea exactamente el mismo enfoque creativo, que nos hace sentir inteligentes al cruzar un abismo combinando tres camas o al ver la reacción de un guardia cuando le plantamos una caja en su trayectoria.

Me sorprendió descubrir que este reino de Hyrule también es reactivo a los elementos. Para que te hagas una idea, hubo una habitación llena de enemigos que logré derrotar incendiando los matojos de hierba que se encontraban bajo sus pies. Y también vi puzles en los que el peso de los objetos era clave.

The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom

Y, por cierto, la interfaz de usuario es clavada a la de Breath of the Wild y Tears of the Kingdom. De hecho, la forma de seleccionar objetos para replicar es exactamente la misma que para cambiar rápidamente de armas, arcos y escudos en ambos juegos. 

Así que da gusto navegar por esos menús tan sencillos pero efectivos, que responden con rapidez y precisión. Aunque tengo que reconocer que cuando tuve muchos objetos memorizados, era un pelín engorroso encontrar el que buscaba. Por suerte, existe la posibilidad de marcar favoritos para tener los que más usamos siempre a mano.

Hasta ahora he hablado únicamente de replicar objetos, pero lo cierto es que también es posible memorizar enemigos. Este es el principal método de defensa que tiene Zelda: cuando nos topamos con rivales, debemos replicar a alguno de los monstruos que tengamos memorizados para hacerles frente.

The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom

Aunque no tenga mucho que ver, no pude evitar acordarme de los combates Pokémon, pues estás sacando a tus criaturas a combatir y tú adoptas un papel observador. Puedes hacer cosas, como lanzar piedras o jarrones, pero por lo general es mejor dejar que los “bichos” replicados se encarguen de todo.

Y hay cierta estrategia, pues cada criatura tiene un comportamiento muy concreto que puede ser efectivo o no frente a otros, así que debemos ir probando hasta encontrar el que mejor se las apañe. Como curiosidad, explorando el overworld me topé con varias cuevas opcionales que me llevaron a descubrir enemigos muy poderosos… que por supuesto añadí a la enciclopedia.

Aquí de nuevo es importante tener en cuenta el límite de Tri, pues los monstruos más débiles requieren únicamente un triángulo para ser replicados, pero también hay otros que requieren dos o incluso tres. Y habrá situaciones en las que sea buena idea replicar a una única criatura de gran tamaño y fuerza… y otras en las que sea mejor replicar a tres murciélagos.

The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom

En último lugar, Tri también nos da acceso al poder de vincular, que consiste en enlazar a Zelda con un objeto o un enemigo y moverlo a la ubicación que deseemos, sin importar su tamaño o su peso. Este poder también se puede usar a la inversa, dejando que sea el objeto o el enemigo el que dirija los movimientos de Zelda, algo a lo que se le saca mucho partido durante los puzles.

Y, como el resto de habilidades, también tiene usos muy creativos que no llegué a ver en esta demostración, pero que se han mostrado en los tráileres. Por ejemplo, es posible vincularse a una araña que puede escalar paredes y dejar que guie el movimiento de Zelda para alcanzar puntos que de otra manera sería imposible.

Con todo esto, Echoes of Wisdom ya me había ganado. Su forma de jugar es muy diferente a la de cualquier otro Zelda, lo que hace que sea muy refrescante. Pero con lo que me terminó de encandilar, fue al descubrir que tiene exactamente la misma estructura que los Zelda clásicos.

The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom

Ya he mencionado el overworld, o supramundo, aunque no pude explorarlo porque tenía caminos bloqueados que me llevaban en una única dirección. Pero estoy convencido de que fue así porque eran los primeros compases de la aventura y más adelante se podrá recorrer con libertad. Por cierto, la banda sonora del overworld es genial; cuando me quise dar cuenta, ya la estaba tarareando.

Además de eso, Echoes of Wisdom también tiene ciudades, con sus NPCs, e incluso mazmorras. Pero mazmorras de las clásicas; de las que tienen múltiples habitaciones repartidas a lo largo de varios pisos, un mapa, llaves para abrir puertas, un minijefe y un jefe final. De hecho, lo último que hice en esta toma de contacto fue completar la primera mazmorra del juego.

Y como en los Zelda más clásicos, en la mazmorra obtuve una nueva habilidad que era justo aquello que tanto echaba en falta en este juego: una espada. Con ella, Zelda se puede transformar básicamente en Link durante varios segundos, lo que nos permite “ensuciarnos las manos” y acabar con los enemigos de forma tradicional. Algo que venía muy bien para atizar el punto débil del jefe.

The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom

¿Cosas malas? Pues la verdad es que lo único realmente malo que puedo decir de The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom es que, una vez más, el framerate deja mucho que desear. Como ya pasaba en el remake de Link’s Awakening, las caídas son bastante frecuentes. No llegan a ser molestas ni perjudican la jugabilidad, pero son muy evidentes. De hecho, puede que incluso más.

Pero quitando eso, y como ya decía al principio, he salido encantado de esta toma de contacto con Echoes of Wisdom. Es un Zelda clásico con todas las de la ley y, al mismo tiempo, es algo verdaderamente nuevo y refrescante dentro de la saga. Y lo que es más importante: funciona. Es un juego tremendamente divertido, creativo y entrañable. Puro Nintendo.

En definitiva, que tengo marcado en el calendario (con un triángulo) el día 26 de septiembre. Memorízalo bien si quieres replicarlo.

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