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Análisis de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom: 16 gigas de ORO PURO

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Desciende en picado desde los cielos de Hyrule nuestro análisis de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom para Nintendo Switch. ¿Conseguirá la secuela de Breath of the Wild estar a la misma altura... o será capaz de volar aún más alto?

No es ningún secreto que para conseguir revitalizar la saga The Legend of Zelda, Eiji Aonuma, Hidemaro Fujibayashi y el resto del equipo en Nintendo volvieron a las raíces, fijando la mirada sobre el origen de todo: el primer Zelda para Famicom y NES

Y el resto es historia: The Legend of Zelda: Breath of the Wild llegó en 2017 y revolucionó la forma de entender los juegos de mundo abierto, dando un nuevo sentido a la palabra libertad y convirtiéndose en la aventura total. Fue una mirada al pasado para construir un nuevo y brillante futuro.

¿Cómo mejorar eso? ¿Cómo superar al juego con mayor número de puntuaciones perfectas de la historia? ¿Cómo perfeccionar la perfección? La respuesta ha sido muy sencilla: volviendo a poner la mirada en el pasado

Pero en lugar de volver al primer Zelda, esta vez sus responsables han viajado en el tiempo hasta la que generalmente está considerada como la mejor entrega de toda la saga, así como uno de los mejores juegos de la historia. Hablamos, por supuesto, de The Legend of Zelda: Ocarina of Time.

De esta forma, han logrado que The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom combine la sensación de libertad y aventura de Breath of the Wild, con las mazmorras de diseño exquisito, los jefes memorables y una historia con esa clase de momentos épicos que sólo son posibles en The Legend of Zelda.

El análisis de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom para Nintendo Switch de HobbyConsolas:

Recuperando la esencia de la saga: historia, mazmorras, jefes y "momentos Zelda"

En el momento en que iniciamos la partida, Tears of the Kingdom deja claro que sabe muy bien cuáles eran los puntos flacos de Breath of the Wild y viene dispuesto a corregirlos

Desde el minuto uno, la narrativa es mucho más potente y está más centrada. Como en Ocarina of Time, cada región de Hyrule está afectada por un problema y Link debe hacer todo lo necesario para salvar a sus habitantes. 

Esto nos lleva a seguir una cadena de objetivos, siempre muy variados y entretenidos, que concluye en las mazmorras. Lo que más llama la atención es que dentro de estas cadenas hay secciones que, sin ser parte de la mazmorra, son igual de épicas y memorables.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

De esta forma, han conseguido que la historia esté mejor contada, pero también que los personajes secundarios que nos acompañan estén mejor integrados a nivel jugable y resulten muchísimo más interesantes. Y todo ello, sin restar ni un ápice de libertad.

Las referencias a Ocarina of Time son constantes: personajes, situaciones, melodías, puzles... Incluso las mazmorras, que en Tears of the Kingdom reciben el nombre de templos. En lugar de volver al estilo clásico, su diseño sigue apostando por la libertad de acción, así que nada más llegar se nos dan una serie de objetivos que podemos cumplir en cualquier orden. 

Ahora bien, cada templo cuenta con algún elemento o mecánica protagonista, a menudo asociada al personaje que nos acompaña. Esto, unido a que todos tienen una identidad visual y una estructura únicos, consigue que cada mazmorra tenga mucha más personalidad. 

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Además, algunos puzles nos han parecido excepcionales, obligándonos a conocer muy bien las mecánicas de juego para darles usos que jamás se nos hubiesen ocurrido. Y hemos tenido que recurrir al mapa en muchas ocasiones. Hay templos a los que sólo les falta la brújula y unas cuantas llaves para poder considerarlos mazmorras clásicas.

En cuanto a los jefes, también suponen una mejora en toda regla. Todos son diferentes desde un punto de vista visual y mecánico y requieren estrategias concretas para derrotarlos. La única pega que les encontramos es que, salvo una excepción, nos han parecido muy fáciles... Aunque lo compensan con enfrentamientos realmente épicos.

Porque todo lo que no tenía de épico Breath of the Wild, lo tiene Tears of the Kingdom. Hemos perdido la cuenta de las veces que se nos han puesto los pelos de punta con la historia y podemos decir sin miedo que contiene algunos de los mejores momentos de toda la saga The Legend of Zelda. Sí, es así de bueno.

Jugabilidad y gameplay de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom en Nintendo Switch

The Legend of Zelda Tears: of the Kingdom conserva la misma base jugable de Breath of the Wild, así que aspectos como el desplazamiento o el sistema de combate son prácticamente iguales. Sin embargo, hay una novedad que lo cambia absolutamente TODO: en lugar de la piedra sheikah y los módulos, el misterioso nuevo brazo derecho de Link le da acceso a nuevos poderes

En primer lugar está la combinación, un poder que, como su nombre indica, nos permite combinar dos objetos con diferentes resultados... Hay muchísimas posibilidades, pero al final este poder nos ha parecido algo limitado comparado con el resto. Su verdadera función, en realidad, es solventar otro aspecto de Breath of the Wild que no convenció a muchos jugadores: el deterioro de las armas.

Y la solución ha sido... hacer que todas las armas se rompan con más facilidad. Suena absurdo, pero nos parece una idea brillante: al combinar las armas oxidadas con partes de monstruo o con otros materiales, se obtienen armas más poderosas, resistentes y con nuevos efectos, de manera que el juego nos invita continuamente a probar y descubrir combinaciones nuevas.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

En segundo lugar tenemos la infiltración, un poder que nos permite atravesar techos para alcanzar posiciones elevadas o llegar a la cima de una montaña sin necesidad de escalar. Al principio nos dio la impresión de que se trataba de una habilidad muy situacional, pero nos ha sorprendido la gran cantidad de usos que tiene, especialmente en mazmorras y santuarios.

En tercer lugar tenemos el retroceso, una habilidad que nos permite hacer que un objeto retroceda en el tiempo (¿otra referencia a Ocarina of Time? Otra referencia a Ocarina of Time). Aunque más bien deberíamos decir que es la habilidad que permite "romper" el juego por completo.

Hemos perdido la cuenta de las veces que hemos resuelto puzles gracias a este poder de una manera que claramente no era la adecuada. Y no decimos esto como algo malo: todo lo contrario. Se nota que después de ver cómo los jugadores "rompían" Breath of the Wild, en Tears of the Kingdom han querido darnos aún más herramientas para ese fin. Y no veáis lo satisfactorio que resulta.

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Dejamos para el final la que sin duda es la habilidad que va a revolucionarlo todo: la Ultramano. El poder para construir cualquier cosa que se nos ocurra: desde apoyos para sujetar un letrero... hasta vehículos de combate. Puede que sobre el papel no suene muy espectacular, pero es tan increíble y las posibilidades son tan absurdamente gigantescas... que nos cuesta expresarlo con palabras.

Pese a ser un sistema que puede llegar a presentar cierta complejidad, Tears of the Kingdom se asegura de que lo dominemos introduciendo continuamente situaciones que requieren su uso. La gran mayoría de puzles giran en torno a la Ultramano, por poner un ejemplo.

Pero lo más importante es que se nos invita a ser creativos; a volvernos locos y fabricar auténticas majaderías para superar los obstáculos. Incluso aunque penséis que lo de construir no es lo vuestro o que no os apetece poneros a conducir en un Zelda, os aseguramos que lo vais a hacer y vais a disfrutar como enanos. Y os vais a reír como desquiciados cuando veáis de lo que sois capaces.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Han cogido la pregunta que tantas veces nos hicimos jugando a Breath of the Wild, «¿qué pasaría si probase a hacer eso?», y la han convertido en una mecánica de juego con potencial ilimitado en Tears of the Kingdom. Estamos convencidos de que la comunidad se va a volver loca con esto.

El único aspecto negativo es que al tener acceso a tantas acciones diferentes, los controles pueden ser un poco liosos. Especialmente si le dedicasteis muchas horas a Breath of the Wild, pues han cambiado el botón de acceso a las habilidades (ahora hay que mantener pulsado L en lugar de arriba) y nos hemos pasado gran parte del juego pulsando el que no era.

Al progresar en la aventura también vamos obteniendo una serie de poderes con efectos bastante útiles que no queremos detallar demasiado para evitar destripes, pero los mencionamos debido a que su uso nos ha parecido un tanto incómodo.

Un Hyrule, tres reinos

Tears of the Kingdom coge todo lo que había en Breath of the Wild y construye encima. Armas, atuendos, objetos, enemigos, melodías, el complejo sistema de física y de acción-reacción... Todo lo que contenía el reino de Hyrule (y el propio reino) está presente en Tears of the Kingdom

Inevitablemente, esto significa que desde el principio hay una importante sensación de familiaridad: vais a tener que volver a superar santuarios para aumentar la salud o la resistencia, vais a tener que resolver minipuzles para encontrar a los kolog, vais a cocinar, vais a buscar postas y atalayas al explorar y vais a tener que fotografiar absolutamente todo para completar la enciclopedia.

Siendo honestos, no creemos que fuese necesario recuperar tanto contenido. O quizás sería más acertado decir que se podría haber gestionado de una mejor manera. Por ejemplo, nos habría gustado ver más novedades en lo que a atuendos se refiere durante las primeras horas. Y tampoco habría estado mal que se introdujesen armas con nuevos sets de movimientos.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Tiene sentido a la hora de darle una continuidad, pero cuando los cofres más raros del juego nos recompensan con los atuendos que en Breath of the Wild se obtenían escaneando amiibo, se siente menos como continuidad y más como una forma de reaprovechar el contenido. 

Y no le hace ninguna falta: en Tears of the Kingdom hay novedades suficientes como para llenar no uno, sino dos nuevos juegos. Pero tampoco podemos culparles o ver como algo negativo que se hayan recuperado tantos elementos de Breath of the Wild porque es... en fin, Breath of the Wild. 

Así que la sensación de aventura, de descubrimiento constante y de libertad para explorar siguen muy presentes. Y para qué engañarnos: volver a recorrer las verdes llanuras de Hyrule mientras escuchamos evocadoras melodías de piano pone los pelos de punta.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Pero Tears of the Kingdom no sólo recupera muchos elementos y sensaciones, sino que también los mejora. Si cada paso que dábamos en el Hyrule de Breath of the Wild suponía un nuevo descubrimiento, en el de Tears of the Kingdom supone dos. O tres. O incluso más. Se las han apañado para que un mapa tan gigantesco como este sea sorprendentemente denso. 

Puede que veamos una atalaya en la lejanía y al acercarnos nos topemos con una posta. En la posta nos encargan una nueva misión secundaria (que resulta muy llamativa) y escuchamos rumores sobre un misterio que se ha divisado al sur de allí. Antes de irnos de la posta nos topamos con un pozo... y cuando salimos de explorar el pozo vemos un santuario a unos metros de distancia...

...Y todavía no hemos alcanzado la atalaya, que era nuestro objetivo inicial.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Puede que estéis pensando: «eso ya lo hacen otros juegos de mundo abierto» o «eso ya pasaba en Breath of the Wild». Pero la naturalidad con la que sucede en Tears of the Kingdom y el magnetismo que tiene para alejarnos de cualquier objetivo que nos marquemos es algo que nunca antes habíamos visto. Hay TANTAS cosas por hacer y son todas TAN interesantes...

Para invitarnos a explorar continuamente, el Hyrule de Tears of the Kingdom ha cambiado por completo. Incluso después de haber pasado cientos de horas recorriendo este escenario en Breath of the Wild, hemos tenido que consultar carteles y escalar colinas para orientarnos y averiguar cómo llegar a una ubicación de sobra conocida. Es como redescubrir Hyrule.

Y, por supuesto, las novedades del escenario también tienen una parte importante de culpa a la hora de motivar la exploración. Ya hemos hablado de los pozos, pero también hay cuevas. Muchísimas cuevas. Cientos de cuevas. Y todas únicas: algunas grandes, otras pequeñas, algunas tienen puzles, otras tienen enemigos y otras son laberintos que se pierden en las profundidades del reino.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Hasta el momento en este análisis hemos mantenido los pies en la tierra, pero como bien sabéis una de las grandes novedades de Tears of the Kingdom se encuentra en los cielos

El diseño de este segundo mapa, compuesto por islas flotantes, es completamente diferente. En lugar de tener que sortear un río o decidir si escalamos una montaña o la bordeamos, debemos descubrir cómo alcanzar la siguiente isla aprovechando los poderes de Link y los artilugios zonnan a nuestra disposición, lo que hace que la exploración sea un puzle en sí mismo.

Visualizadlo de esta manera: en lugar de un mundo abierto en las nubes, lo que presenta Tears of the Kingdom son niveles flotantes, con un recorrido más marcado pero que sigue ofreciendo un gran nivel de libertad y momentos de creatividad. Al recorrerlos, es inevitable pensar que para diseñarlos han tomado algo de inspiración de cierto fontanero.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Pero ahora viene lo mejor: al mostrar novedades sobre Tears of the Kingdom, Nintendo ha estado en todo momento señalando al cielo... cuando en realidad, la gran sorpresa se encuentra bajo tierra. Nos encantaría hablar en profundidad sobre esto, pero es una de esas cosas que creemos que merece la pena descubrir y experimentar por vosotros mismos. 

Lo único que vamos a decir es que en Tears of the Kingdom hay, en esencia, tres mapas diferentes. Y que este tercero es bastante más abierto y extenso que el cielo, que es el más sorprendente y que también tiene un diseño que rompe radicalmente con los otros dos. 

¿Es difícil The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom?

Como decíamos antes, Zelda Tears of the Kingdom conserva la base jugable de Breath of the Wild, pero hay una serie de cambios no demasiado evidentes a primera vista que tienen como objetivo hacer que sea un juego mucho más desafiante.

Las primeras horas de Breath of the Wild infundían respeto por lo nuevo que resultaba todo, pero una vez superábamos esa barrera era relativamente sencillo abrirse paso entre los enemigos sin despeinarse. 

En Tears of the Kingdom no es así. Desde el principio del juego y hasta el final, el nivel de desafío es muy elevado; los enemigos golpean con fuerza y ni la protección de las grandes hadas es capaz de evitar que nos arranquen un buen puñado de corazones. Pero no se ha recurrido únicamente a aumentar el daño, también han rediseñado una serie de aspectos para mejorar el combate. 

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Hay nuevos tipos de enemigos (los centaleones son un chiste al lado de los griock), algunos llevan protecciones que nos obligan a cambiar de arma o a aprovechar las propiedades elementales, los mandobles y las lanzas no interrumpen continuamente los ataques de los enemigos (de los más poderosos, al menos) y la ventana para hacer "parrys" y esquivas perfectas es mucho más reducida.

Sigue siendo posible parar la acción en cualquier momento para restaurar salud a base de comida o potenciar los atributos de Link temporalmente, pero también han pensado en eso y se han sacado trucos nuevos de la manga para complicarnos las cosas. En definitiva: Tears of the Kingdom es uno de los Zelda más difíciles.

¿Cuántas horas dura la historia de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom?

En Nintendo estiman que completar The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom centrándonos en la historia principal puede llevarnos unas cincuenta horas aproximadamente. Pero creemos que es un dato poco realista, pues en estos momentos nuestra Nintendo Switch indica que hemos jugado durante 115 horas (o más).

Ya os hemos explicado el motivo: es imposible seguir el camino principal sin desviarse porque siempre va a haber algo que llame nuestra atención. Siempre.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Y por supuesto no estamos ni remotamente cerca de haber visto todo lo que ofrece Tears of the Kingdom, pues aún tenemos una tonelada de misiones secundarias pendientes, cerca de la mitad de santuarios por completar y una infinidad de zonas de los mapas que aún no hemos visitado. 

Si tenéis pensado completar Zelda Tears of the Kingdom al 100%, aquí hay juego para meses.

Gráficos y sonido de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

En lo que al apartado gráfico se refiere, Zelda Tears of the Kingdom supone un salto respecto a Breath of the Wild. No es un salto de gigante, pero es una mejora evidente. Donde más se aprecia es en la distancia de dibujado, pudiendo contemplar con más claridad elementos lejanos del escenario. 

También hay algún efecto nuevo (como las gotas de agua cuando Link se lanza a un cuerpo de agua), una leve mejora en las texturas y puede que un aumento general de nitidez. Quizás lo más impresionante a nivel técnico sea la ausencia de tiempos de carga, o mejor dicho, lo bien camuflados que están al cambiar entre los diferentes mapas.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Pero también es evidente que Tears of the Kingdom exprime Switch al máximo y que la consola, con sus seis años, no puede dar más de sí. El "popping" es constante, especialmente en el caso de enemigos y NPCs. Y pese a que la distancia de dibujado ha aumentado, sigue habiendo una capa blanquecina que cubre los escenarios lejanos, restándoles color y detalle.

Pero el problema más grave de Tears of the Kingdom es el rendimiento: desde las primeras horas se puede advertir que acciones como mover la cámara mientras usamos la Ultramano provocan pequeñas ralentizaciones. 

Y al avanzar en la aventura, llegamos a zonas de Hyrule con una mayor carga gráfica en las que las ralentizaciones son más graves y habituales. En ningún momento llega al punto de interferir con la jugabilidad, pero es un problema demasiado evidente como para pasarlo por alto.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Nos atreveríamos a decir que el rendimiento de Tears of the Kingdom es peor que el de Breath of the Wild de lanzamiento... Pero eso también nos da esperanzas, porque si corrigieron los problemas del primero, no hay motivos para pensar que no sucederá lo mismo con la secuela.

Pese a todo esto, una vez más la dirección artística se impone a la limitaciones técnicas y nos deja un juego que es sencillamente precioso. No tenemos claro cómo lo han conseguido, pero los atardeceres son aún más sobrecogedores que los de Breath of the Wild. Es imposible no pararse a admirarlos o contemplarlos maravillados mientras descendemos desde los cielos de Hyrule.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

La banda sonora de Zelda Tears of the Kingdom vuelve a apostar por composiciones minimalistas en los momentos de exploración, pero también sabe cuándo debe abandonar esos sonidos evocadores para dar paso a las melodías épicas e inolvidables. Y en ese sentido, tenemos canciones nuevas para el recuerdo y un uso excepcional de las melodías clásicas.

Los detractores de la banda sonora de Breath of the Wild quizás sigan sin estar satisfechos, pero nosotros podemos decir que hay unos cuantos temas de la banda sonora de Tears of the Kingdom que queremos volver a escuchar fuera del juego.

Precio y plataformas disponibles

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom se pone a la venta para Nintendo Switch el 12 de mayo de 2023 a un precio recomendado de 69,99 €.

También se ha puesto a la venta una edición coleccionista de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom a un precio de 129,99 €. 

Además de la caja con el cartucho de juego, esta edición incluye una caja edición coleccionista, un steelbook, un póster metálico ICONART, un set de cuatro pines y un libro de ilustraciones. 

Por desgracia la edición coleccionista es muy limitada, así que está agotada en todas partes desde los primeros días y en estos momentos es muy complicado hacerse con ella.

Perfeccionando la perfección

Seguro que muchos recordáis el tráiler de Breath of the Wild que se mostró durante el evento de presentación de Nintendo Switch, en enero de 2017. 

Y no exagero ni un poco si os digo que he perdido la cuenta de las veces que lo he visto... Y que lo vuelvo a ver hoy y se me empañan los ojos. Porque es increíble; absurdamente épico.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

Y aunque siempre voy a ser un firme defensor de la historia de Breath of the Wild, más centrada en los personajes y en su desarrollo, es cierto que apenas hubo momentos en todo el juego que despertasen en mí las mismas emociones que ese tráiler.

Con Zelda Tears of the Kingdom, Nintendo ha repetido la jugada: hace tres semanas, publicaron un tráiler que estaba cortado exactamente por el mismo patrón: increíble, épico y con un saxofón capaz de elevar los niveles de expectación por encima de las nubes.

La gran diferencia es que Tears of the Kingdom -el juego- me ha puesto los pelos de punta con sus situaciones épicas, ha hecho que gritase a la pantalla con sus sorpresas y ha conseguido que se me empañasen los ojos en los momentos más emocionantes. Exactamente como con el tráiler.

Y creo que por encima de todo, por encima de la apabullante cantidad de contenido, por encima de los mapas y las mazmorras con un diseño digno de ser estudiado y por encima de las mecánicas de las que van a surgir vídeos con locuras impensables durante los próximos cinco años, esa emoción es lo que buscamos en The Legend of Zelda y es lo que hace grande a Tears of the Kingdom.

VALORACIÓN:

Tears of the Kingdom reúne el poder de las aventuras, la sabiduría de la libertad y el valor de la creatividad, sin olvidar en ningún momento lo que hace tan especial a The Legend of Zelda: los momentos épicos y la capacidad para emocionar. No se equivocaban al decir que el título es un spoiler: hemos derramado lágrimas de alegría.

LO MEJOR:

Es épico hasta decir basta. Las nuevas habilidades y cómo potencian la libertad de acción. La sensación de aventura y el diseño de los escenarios.

LO PEOR:

El rendimiento es muy mejorable.Ha perdido el efecto sorpresa.

Plataformas:

Nintendo Switch

Versión comentada: Nintendo Switch

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98

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