Cada una de las entregas de Watch Dogs nos ha mostrado una versión diferente del futuro. Si el primer juego (uno de los "sandbox" que inauguró la generación actual de consolas) nos presentaba una ciudad de Chicago controlada por los hackers, y en el segundo Ubisoft apostaba por un estilo mucho más colorido, en San Francisco, Legion se decanta por una visión más oscura y decadente.
Nos trasladamos a Londres en un futuro cercano. Una ciudad que ha sufrido brutales atentados y que se encuentra bajo el control de la corporación militar privada SIRS. Es casi un estado fascista, en que las autoridades controlan los movimientos de la población por métodos brutales, mientras unos pocos se rebelan. Entre ellos, la organización DedSec -acusada injustamente de los atentados- cuyos integrantes se mueven encubiertos por toda la ciudad.
Y lo podemos decir en sentido literal, porque Watch Dogs Legion hace una apuesta muy arriesgada; se trata de la primera vez en que no controlamos a un personaje principal, sino que podemos reclutar a cualquier ciudadano para que se una a la organización, y utilizarlo cuando lo necesitemos. Todos pueden aportar algo en la lucha para recuperar la libertad. Ya no se trata de seguir un argumento "personal" como en otros juegos de mundo abierto, ahora nuestra historia es la de DedSec.
Todos los integrantes de la organización tienen habilidades para "hackear" los elementos electrónicos, como cerraduras, cámaras de seguridad o controles de tráfico, pero cada uno de ellos cuenta con posibilidades únicas, que dependen de su profesión civil. Por ejemplo, el trabajador de la construcción es capaz de llamar un dron de carga en cualquier momento (y puede utilizarlo para desplazarse), mientras que un agente secreto cuenta con una pistola con silenciador, un reloj capaz de bloquear las armas enemigas y un deportivo armado, como los de 007, y con dispositivo de camuflaje óptico. Un bobby pasará desapercibido en los lugares controlados por la policía (además de ir armado con la porra reglamentaria y tener la posibilidad de efectuar detenciones) y un artista callejero será capaz de aturdir a los enemigos con una pistola de paintball y hacer pintadas en lugares emblemáticos.
Estos prototipos se unen a las tres clase que ya conocíamos: enforcer (dedicado al combate y con la habilidad de usar bombas adhesivas). Infiltrator, que puede utilizar un sistema de camuflaje de realidad aumentada y es una clase centrada en el sigilo y en el combate cuerpo a cuerpo, y por último el hacker, que puede usar un dron araña y es una clase híbrida, más versátil. Pero no sabemos cuántas clases habrá en el juego definitivo.
Son un ejército oculto, formado por ciudadanos, y cada uno de ellos tiene una "vida" diferente. Esta es una característica que ya aparecía en los juegos anteriores, pero ahora cobra mucho más sentido. Nuestro teléfono nos permite "escanear" a las personas que nos cruzamos por la calle, y descubrir sus intereses, y también cómo están conectados con otros personajes de Londres.
Cada individuo tiene motivaciones diferentes para unirse a DedSec, va a ciertos lugares y se encuentra con otras personas, aunque no sean relevantes en nuestra partida. Podemos ayudar a cualquiera, o convertirlo en nuestro enemigo (incluso pueden volverse miembros de Albion o de un organización criminal si les empujamos a ello). Y si los eliminan durante una misión, no regresarán, ya que el juego cuenta con un sistema de "permadeath".
Junto a ellos hemos tenido la oportunidad de jugar 4 misiones de la historia y el prólogo, a lo largo de tres horas muy intensas, en las que sólo hemos podido "rascar" las superficie de este mundo abierto que, según sus creadores, también está inspirado por los eventos más actuales.
El primer aspecto que nos llama la atención es la cantidad de posibilidades que nos ofrece para afrontar cada misión. Antes de lanzarnos a por Nigel Cass, uno de los objetivos de la historia, que dirige la corporación Albion, debíamos reclutar a uno de sus empleados. Como es de esperar, no todos los ciudadanos están dispuestos a unirse a la resistencia fácilmente. Para convencer a este "topo" primero hemos tenido que hacerle un favor... es una buena muestra de lo que ofrecen las misiones de Watch Dogs Legion.
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Saber másSin entrar en spoilers sobre el argumento, el objetivo combinaba secuencias de sigilo, hackear terminales para conseguir información confidencial, robar vehículos y dar esquinazo a nuestros perseguidores... la clave está en que cada una de estas secciones cambia dependiendo del personaje al que controlamos.
Algunos lo tienen más fácil para colarse sin ser vistos en los cuarteles enemigos, y con otros, podemos apostar por una confrontación directa (con armas de fuego o no letales). Todos ellos son capaces de intervenir instalaciones y armar trampas que se disparan al paso de los centinelas, controlar drones de exploración y resolver sencillos puzles para acceder a la información, porque en el mundo futuro, la información es poder.
La recreación de la ciudad es otro de los aspectos únicos de Watch Dogs Legion. Londres es perfectamente reconocible -no faltan misiones en que tenemos que visitar lugares emblemáticos como el Parlamento, Trafalgar Square o la Torre de Londres- pero junto a la arquitectura tradicional encontramos elementos únicos, como los drones patrulla, el tráfico de coches eléctricos, controles holográficos de la policía y zonas en que los ciudadanos han organizado manifestaciones. El tamaño del mapa será similar al de Chicago o San Francisco en los juegos anteriores.
A medida que el juego avanza, podemos ver cómo la "city" se transforma, las paredes se llenan de pintadas en contra de este sistema autoritario (es una de las posibilidades de nuestros artistas urbanos) y se derriban los símbolos de la opresión. Es una forma de añadir profundidad a la progresión en el juego; cada uno de los personajes (hasta 20 a la vez en la organización) se puede personalizar y subir de nivel, y simultáneamente la organización DedSec va aumentado sus redes.
En nuestra partida, la ciudad nos ha parecido llena de vida, con una buena ejecución (y mayor verticalidad en el gameplay), aunque nos morimos por saber cómo lucirá en las consolas de nueva generación, PS5 y Xbox Series X, con la iluminación por Ray Tracing confirmada. Pero como decimos, tres horas no son suficientes más que para hacerse una idea de todo lo que ofrecerá el juego.
Hemos realizado misiones secundarias de entrega y participado en minijuegos como los dardos -en el pub que sirve como tapadera a la organización- o dar toques a un balón de fútbol. Pero aún no sabemos cómo funcionará el modo multijugador online cooperativo para 4 ni la cantidad total de personas únicas que pueblan el mapa.
En su momento, Ubisoft aseguró que aprovecharía el retraso de Watch Dogs Legion -previsto inicialmente para el pasado 3 de marzo- para mejorar aspectos generales del juego y conseguir una experiencia inmersiva e innovadora. Después de estas tres horas de juego hemos podido apreciar el progreso, y resulta muy prometedor.
En los aspectos puramente jugables, nos hemos encontrado con una evolución de lo que habían mostrado los dos juegos anteriores, pero tanto el planteamiento de la historia como la posibilidad de cambiar de personajes, y el hecho de que todos sean únicos, son elementos revolucionarios en el género. Hemos tenido que jugar en modo remoto, debido a las condiciones especiales de la demo, y aún así el juego nos ha dejado también una buena impresión en lo que respecta a los aspectos técnicos, aunque nos hemos quedado con las ganas de ver cómo lucirá con las prestaciones de la nueva generación.
Watch Dogs Legion llegará a PS4, Xbox One, PC el próximo 29 de octubre y consolas de nueva generación PS5 y Xbox Series X durante los próximos meses, cuando estén disponibles. La versión de Xbox Series X contará con smart delivery, de modo que no será necesario comprarlo de nuevo si ya tenemos la versión de la consola actual; se actualizará de forma automática y sin coste adicional.
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