No lo podemos negar. Nos hace mucha ilusión ver cómo avanzan los proyectos de los alumnos de los Masters de U-tad. A lo largo de estos meses hemos estado en contacto con ellos, hemos visto cómo sus ideas cobraban forma e iban evolucionando, tanto a nivel gráfico como en mecánicas. Seamantis Games nos sorprendió desde el primero momento con su homenaje a los shooters a pantalla partida, todo un clásico de los años 90, que ha dado como fruto el trepidante Rascal Revolt. Tras nuestra primera toma de contacto, el primer Diario de Desarrollo, y la evolución del juego de cara al segundo hito marcado por sus profesores, hace unos días tuvimos la ocasión de volver a vernos las caras con Axel, JM, Billy y Maki-Chan, los cuatro héroes de Rascal Revolt. Aquí podéis verles en movimiento...
El salto gráfico respecto a las anteriores versiones que habíamos visto, y probado, es brutal. El juego, como ya hemos dicho, es un homenaje a los modos versus de los shooters de los años 90 (a la cabeza nos viene el mítico GoldenEye de Nintendo 64), con la salvedad de que en el juego de Seamantis Games nuestro objetivo no es liarnos a tiros contra el resto de jugadores, sino trabajar en equipo para superar una serie de eventos dentro de un delirante parque temático, con distintas áreas bastante reconocibles entre sí (Medievo, Piratas, Espacio, el Far West y la Atlántida).
En cada partida de Rascal Revolt nos enfrentaremos a cinco eventos aleatorios (de entre 10 distintos), siempre luchando contra el crono y un ejército de criaturas absolutamente chifladas, que incluyen payasos y piñatas con muy mala leche. Al final del quinto evento (siempre y cuando hayamos completado con éxito tres de ellos), nos esperará el enfrentamiento contra un jefazo (de nuevo aleatorio). En nuestra partida nos vimos las caras con una piñata XXXL bastante agresiva (no paraba de embestirnos), aunque también existe la posibilidad de combatir a un payaso descomunal…y bastante terrorífico.
Cada uno de los cuatro personajes de Rascal Revolt posee habilidades especiales que debemos aprender a utilizar por el bien del equipo. El implacable acoso de los enemigos y la frenética mecánica del juego (que nos obligarán a correr de un lado a otro en busca del siguiente evento) hace que actuar en solitario sea prácticamente un suicidio, ya que es fácil perderse en el escenario, con la consiguiente pérdida de tiempo. Por suerte, pudimos jugar (a pantalla partida, por supuesto) junto a algunos de los componentes de Seamantis Games que, pacientemente, nos guardaron las espaldas mientras devorábamos caramelos y disparábamos contra todo quisque.
Rascal Revolt acaba de ser seleccionado como uno de los 20 juegos semifinalistas de la III Edición de los Premios PlayStation, y la verdad es que no nos ha extrañado en absoluto. A primera vista su estética infantil puede resultar un tanto chocante pero el objetivo de sus creadores era diseñar un juego capaz de reunir frente al televisor a padres e hijos. Y la verdad es que lo han conseguido. Es un juego tan frenético como divertido y puede aportar al catálogo de PlayStation una alternativa familiar a los violentos shooters bélicos.
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