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Review de Star Wars Consecuencias: El Fin del Imperio

Jesús Delgado

Review de Star Wars Consecuencias: El Fin del Imperio
Star Wars Consecuencias: El Fin del Imperio es la novela que cierra la trilogía de Chuck Wendig de Star Wars Aftermath. En ella asistimos a la batalla de Jakku. De este modo se atan todos los cabos del nuevo canon entre películas.

Hemos llegado al final del camino y al principio de uno nuevo. Star Wars Consecuencias: El Fin del Imperio finalmente se ha publicado en nuestro país. Esta es la última novela de la trilogía Star Wars Consecuencias (Star Wars Aftermath) que comenzó a publicarse en 2015 al calor del estreno de El despertar de la Fuerza, y que tenían como el de sustituir el viejo Universo Expandido iniciado en Heredero del Imperio e Imperio Oscuro en los años 90. 

De esta manera, Star Wars Consecuencias: El Fin del Imperio cierra la historia del conflicto entre Norra Wexley y la Gran Almirante Rae Sloane, ahora caída en desgracia. Tras el atentado de Chalindra, ambas mujeres parten hacia el planeta Jakku por sendos caminos, para detener la amenaza del Consejero Gallius Rax. Rax, el último y más siniestro agente del Emperador Palpatine, prepara en el remoto y desértico planeta el plan de contingencia previsto por el Lord Sith en caso de que la Batalla de Endor fuera un fiasco.

En Jakku, empero, se decidirá el destino de la Galaxia, revelándose como el escenario final de la Guerra Civil Galáctica entre el Imperio y la Alianza Rebelde, ahora la Nueva República. Sin embargo, no será el único campo de batalla que se nos mostratá, ya que la maquinaria burocrática del Senado ha vuelto a funcionar, revelando la podedumbre y anquilosamiento que afecta a esta nueva democracia, que ha heredado de caído imperio una compleja situación política. 

¿El final malogrado de un principio malogrado?

No nos engañemos. La trilogía de Star Wars Consecuencias quería ser el equivalente de la trilogía de Thrawn para ser el pistoletazo de salida de la nueva trilogía. Sin embargo, ni Chuck Wendig es Tymothy Zahn, ni Star Wars es una tábula rasa sobre la que el autor pueda escribir libremente. Sobre todo con hordas de fans reaccionarios y recalcitrantes que van a buscar la más mínima errata para exigir la quema en la hoguera de los responsables de la profanación de su dios con sable láser y bombona de oxígeno.

Desde el principio, Chuck Wendig se ha encontrado en la difícil tesitura de presentar una historia de Star Wars que estaba llamada a llenar los vacíos argumentales de la descanonización del viejo Universo Expandido (historias contadas libros, videojuegos, cómics, etc...), que expandían a su vez las historias de Star Wars. Y el material para hacerlo no han sido ni Han Solo ni la familia Skywalker, un clan que hace pasar por normales a la dinastía de Edipo de Tebas, ni mucho menos a los Jedi que supuestamente "sobrevivieron" a la purga del Emperador. 

En su lugar, Wendig tuvo que crear una serie de personajes para su relato, basándose en la línea editorial de la nueva directiva. Esto es, basándose en arquetipos que introdujeran a su vez minorías étnicas y sociales. Algo que no sería un desacierto, sino fuera porque los personajes presentados son más bien planos y dados al cliché. Esto, claro, ha hecho que a lo largo de tres libros el lector tenga dificultades para coger cariño a un grupo de elementos prefabricados, cuya cohesión como grupo no se ha definido del todo bien y que en este tercer libro acaba por ser muy inconsistente, difusa, casi etérea. 

Quizá, en esta misma línea, el fracaso de la trilogía Star Wars Consecuencias  sea su ausencia de villano o antagonista real. Si bien, Rae Sloane se postula como una heredera digna de Thrawn, como personaje imperial atractivo y con matices, su posición de no ser una malosa como tal, sino una mera enemiga, hace que el relato adolezca de una presencia amenazadora tangible. En este sentido el misterioso Gallius Rax (AKA "El Operador"), que muchos pensaban que iba a ser Snoke, resulta un jarro de agua fría, dibujándose como un enemigo de chichinabo, poco impresionante y más bien prescindible. 

Por otro lado, el actual y maniqueo discurso de Lucasfilm / Disney de despersonalizar a los antagonistas imperiales como nazis de pega, que a veces parecen salidos de los delirios más salvajes de los guionistas de Wolfenstein, resta también bastante interés al bando imperial. Cada vez más retratado como una panda de degenerados, dementes y débiles mentales, sin detenerse a mostrar otra lectura, encontramos unos enemigos que difícilmente sostienen la idea de representar un decadente sistema opresor y totalitario que, realmente, logró perpetuarse durante más de dos décadas hasta el fiasco de Endor.

Prueba de ello es el devenir de la cacareada Batalla de Jakku, donde no se aprecia la gran batalla que la mitología del nuevo canon nos sugirió y que pudimos vivir en nuestras carnes durante Star Wars Battlefront y Star Wars Battlefront 2. Más bien, se dibuja como un enfrentamiento entre una flota y un ejército eficiente y unos maleantes que apenas saben como maneja sus naves. Lejos de dibujarse como uno de los grandes escenarios y la conclusión épica de la guerra que se nos prometía, se nos muestra un final más bien tibio. 

Además, Wendig cae en el error de la ratificación intelectual enciclopédica. Esto es, seguir la tendencia actual de que todo tiene que estar atado y bien atado, haciendo guiños a todos los periodos históricos que ni siquiera tienen una relevancia directa con la historia: menciones a Thrawn (oficializado y rescatado del olvido gracias a Star Wars Rebels) y otros personajes y localizaciones parecen llamadas a aplacar al fan "que se lo ha leído todo" antes que a formar una historia atractiva.

Con todo, se ha de reconocer que Star Wars Consecuencias: El Fin del Imperio establece la punta de lanza que faltaba para desarrollar el origen de algunos elementos y responder a algunas cuestiones que habían quedado en el aire. Como, por ejemplo, de dónde surge la Primera Orden o por qué Armitage Hux es como es, y una larga serie de etcéteras. En este sentido, es una fuente narrativa de información que nutrirá bastante bien a quien busque convertirse en una enciclopedia viviente de La Guerra de las Galaxias

Además, hemos de decir que si no se es muy exigente, se debe leer Star Wars Consecuencias: El Fin del Imperio como un mero entretenimiento, llamado a nutrir de sustitutivo a su droga a los fans entre película y película, y no alta literatura de Ciencia Ficción o de ensayo bélico.

Star Wars Consecuencias: El Fin del Imperio

Star Wars Consecuencias: El Fin del Imperio ya se encuentra disponible en tiendas de cómic y grandes superficies. Con ella acaba la serie de historias que dibujan el escenario del nuevo canon más allá de las películas. Su precio es de 20 euros. 

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