Análisis de Jotun Valhalla Edition para Nintendo Switch, PS4, PC y Xbox One

Jotun Valhalla Edition para Nintendo Switch es el mismo juego que Thunder Lotus Games lanzó hace casi dos años en PS4, Xbox One y PC, sin ningún añadido ni extra nuevo. Un juego indie que tanto entonces como ahora, destacó por dos cosas: su bellísimo apartado visual hecho a mano y su ambientación que, como el reciente God of War, se basa en personajes e historias de la mitología nórdica.

Su historia nos convierte en Thora, una guerrera vikinga que muere sin honor en un naufragio, lo que le cierra las puertas del paraíso o Valhalla. Pero, por suerte, los dioses le conceden una segunda oportunidad, en forma de nuevo desafío: derrotar a un puñado de gigantes de tamaño descomunal, para que pueda ganarse la gloria y con ella, el Valhalla.

Esa es, a grandes rasgos, la trama central de Jotun Valhalla Edition, una historia que además se narra a modo de cuento, con escenas animadas y voz en off en islandés, y que va ahondando en la historia de Thora. Y, como es uno de los encantos del juego, no ahondaremos más en su trama para no desvelar las sorpresas a quien no lo haya jugado aún. Pero, a grandes rasgos, la forma de contarnos la historia recuerda a un cuento.

Lo único que debéis saber es que, para poder acceder el Valhalla, Thora debe vagar por el Vacío, una especie de nexo que conecta con seis mundos (o niveles), en los que debe derrotar al gigante de la zona.

Cada uno de estos mundos o niveles tiene siempre el mismo esquema o estructura: un nivel, o un par en algunos casos, enfocado a la exploración, en el que debemos recoger runas, favores de los dioses (que en realidad son poderes adicionales) o ítems que mejoran a Thora, como manzanas de Idunn (que amplían su barra de vitalidad).

Las partes de exploración de Jotun Valhalla Edition pueden resultar algo planas y sencillas: se centran en avanzar por variados entornos, apenas sin acción salvo en uno de los niveles, en el que nos atacan grandes oleadas de enanos, aunque todos cuentan con mecánicas propias que logran que no caiga en la monotonía. Es algo presente en anteriores versiones, y también en esta de Nintendo Switch.

Tan pronto nos vemos avanzando por las ramas de un árbol gigante (partiendo algunas ramas para avanzar mientras evitamos los ataques de un águila gigante), como patinando sobre una fina capa de hielo de un enorme lago con criatura hostil incluida o evitando gélidos vientos tras unos parapetos de piedra. O incluso ecreando constelaciones con unos nodos eléctricos para abrirnos camino.

Además, como hemos dicho, debemos localizar las runas que abren la puerta para enfrentarnos al gigante, así como los mencionados favores, que nos confieren poderes con usos limitados, como por ejemplo, el martillo de Thor para causar más daño temporalmente en combate, o el señuelo de Loki para engañar a los enemigos con una réplica nuestra que acaba explotando (sin olvidar otros poderes más orientados a la curación, etc.).

Cada uno de estos poderes tiene un uso limitado en combate, por lo que no podemos abusar de ellos... aunque podemos recargarlos en unos estanques especiales mientras exploramos, reconocibles porque contienen la cabeza de Mimir (los que hayan jugado a God of War le conocerán, aunque aquí es menos parlanchín... por no decir mudo).

A pesar de esta sencillez jugable, a pesar de la aparente simplicidad de las mecánicas únicas de cada nivel, todos los mundos  de Jotun Valhalla Edition tienen "algo" especial, que va más allá de la puesta en escena. Es la conjunción de la narración y la historia de Thora con la banda sonora y unos planos super amplios y abiertos, en los que la cámara se aleja para mostrarnos la grandeza y detalle de los escenarios, los fondos y los mitos nórdicos a los que hace referencia.

Parte de este impacto se debe a que tanto gráficos como animaciones de Jotun Valhalla Edition se han hecho a mano, con un artesano resultado que poco o nada tiene que envidiar al visto en otras joyas jugables con gran énfasis en la animación como el gran Cuphead (aunque sin el efecto de ruido, ya que aquí no pretende emular una época o estilo). El resultado es francamente bueno, y se nota especialmente en los jefes finales.

Como hemos dicho, para abrir la puerta que nos permite enfrentarnos a ellos, primero debemos recoger las runas de cada nivel de exploración. Estos combates son, como casi todo el juego, una amalgama que recuerda a otros títulos importantes. En el caso de los combates, está claro que hay reminiscencias de Shadow of the Colossus (por la escala y tamaño, aunque no trepamos) y, muy de refilón, un regustillo a Dark Souls, por lo difícil que pueden resultar algunos de estos enemigos.

Sólo disponemos de dos botones de ataque (uno rápido y otro fuerte y lento), así como un botón para esquivar y un último para activar el poder seleccionado. Salvo los poderes, todo está disponible desde el principio. Pero, pese a esta sencillez, el juego es exigente, y nos obliga a calcular cada esquiva, a atacar aprovechando ciertos momentos y a estudiar y aprender los patrones de los enemigos.

No vamos a entrar en mecánicas específicas, pero, al igual que los niveles de exploración, cada jefe tiene sus propias mecánicas únicas... y nunca te puedes confiar. Casi todos cambian o introducen variaciones a medida que van perdiendo vida, y en ocasiones, no es raro acabar muriendo cuando parecía que teníamos el combate encarrilado.

Si eres de los que no te gustan los retos, o repetir varias veces un combate por su dificultad, quizá Jotun Valhalla Edition para Nintendo Switch no sea para ti. No llega, ni por asomo, a los niveles de exigencia de Dark Souls o Bloodborne, pero tampoco es un juego que nos lleve de la mano y nos lo ponga todo en bandeja.

Por suerte, si nos matan, comenzacemos al inicio del combate y con los poderes recuperados, lo que hace que el trámite y la repetición sea más llevadero. Porque, sin ningún tipo de duda, estos jefes son lo mejor del juego. Y no sólo por las mecánicas jugables.

Desde el punto de vista visual, todos los jefes lucen de verdadera fábula, son enormes y los efectos visuales y animaciones que los acompañan, de diez. Por si fuera poco, en la pantalla de Switch lucen aun mejor (estará disponible en la eShop de Nintendo a partír del 27 de abril por 14,99 euros).

Uniendo estas dos partes, la exploración y los combates con los jefes, Jotun Valhalla Edition se revela como un fiel seguidor del estilo de Shadow of the Colossus: un juego que pone en el énfasis en el viaje y la atmósfera, más que en la acción, y en unos duelos contra unas criaturas gigantes que, sin duda, son lo mejor del juego tanto por diseño como en concepto jugable.

Y si os preguntáis el porqué del "Valhalla Edition" de esta versión, pues resulta muy sencillo: se debe a un modo de juego que se añadió cuando se lanzó en consolas en 2016 y que a, grandes rasgos, se trata de un "Boss Rush" en el que nos enfrentamos a todos los jefes, pero con variaciones (como ventanas para atacarles más reducidas, que tengan más recursos para atacarnos... etc.).

No es que sea un gran añadido, pero permitirá seguir enganchado a su universo durante algo más de tiempo porque ése es, quizá, el gran problema de Jotun Valhalla Edition. Un jugador medianamente curtido dará cuenta de todos los gigantes y completará la historia en unas 3-4 horas, un tiempo algo reducido.

Otros errores presentes en anteriores versiones, como las ralentizaciones en momentos puntuales, han desaparecido casi por completo, y sólo son evidentes en momentos puntuales en niveles como el mencionado de los enanos, en el que nos atacan en grupos grandes (y suelen ser breves, y muy, muy puntuales).

Nada de esto logra empañar el resultado final de Jotun Valhalla Edition, que es notable. Su mundo es tan único, y su apartado visual tan impactante, que seguro volverás a jugarlo por el mero placer de disfrutarlo. Por eso, a poco que te hayas quedado con más ganas de mitología nórdica tras terminar God of War o, simplemente, disfrutar de un artístico juego, Jotun Valhalla Edition, pese a sus limitaciones jugables, tiene armas más que suficientes para atraparte.