Realizar el análisis de MotoGP 20 ha sido una pequeña válvula de escape. El deporte es uno de los muchos placeres que el coronavirus nos ha escamoteado, pero, gracias a los videojuegos, podemos seguir disfrutando virtualmente de muchas de sus disciplinas.
Éste es un caso paradójico. Este año, Milestone decidió poner al máximo de revoluciones su fábrica para que el juego oficial del Mundial de motociclismo estuviera listo antes de lo habitual. En lugar de tener que esperar hasta junio, lo tendríamos en abril, coincidiendo con las primeras carreras de la temporada. Sin embargo, el certamen real se dio de bruces con el covid-19 y, de momento, no se ha podido celebrar ni un gran premio, con la salvedad del de Qatar, que sólo se pudo disputar en Moto3 y Moto2, pero no así en la categoría reina.
Así, lo que tenemos es el juego oficial de un campeonato que no sólo no ha empezado, sino que está suspendido hasta nuevo aviso, algo que puede repetirse con la Fórmula 1 cuando F1 2020 se ponga a la venta en julio. Pero no podríamos alegrarnos más de que los videojuegos permitan esta rareza, pues nos deja ver a Marc Márquez, Viñales, Dovizioso, Rossi, Rins, Quartararo y compañía compitiendo en nuestras pantallas, como si de una retransmisión televisiva se tratara.
Una licencia a estrenar
Si sois seguidores habituales de la saga y conocedores del modus operandi de la compañía italiana, lo que ofrece MotoGP 20 no os pillará por sorpresa. Hablamos de un juego muy continuista, que tiene carencias aquí y allá, pero que supone otro pequeño paso adelante y que, sin duda, satisfará a los fans de uno de los deportes más emocionantes y espectaculares que existen.

El contenido es el de congelada temporada 2020, de modo que están presentes todos los pilotos y equipos de las categorías de MotoGP, Moto2 y Moto3. Más adelante, se añadirán las motos eléctricas de MotoE y la Red Bull Rookies Cup, que no ha dado tiempo a incluir de serie, debido al coronavirus. Aparte, se ha incrementado el contenido clásico, de modo que este año hay 30 pilotos de la era de MotoGP de los cuatro tiempos (desde 2002 hasta 2012) y otros dieciséis de la era de los 500cc (desde 1992 hasta 2001).
En cuanto a los circuitos, están los veinte que originalmente se previeron en el calendario, a pesar de que, en la práctica, va a ser materialmente imposible que se disputen todos los grandes premios. Destaca el debut del trazado finlandés de Kymiring, que hemos visto por primera vez gracias al juego. Aparte, repiten las pistas clásicas de Donington Park y Laguna Seca, ya vistas otros años. Se habría agradecido que Milestone recreara otros escenarios icónicos del Mundial, como Suzuka, Paul Ricard o Estoril, por citar sólo tres ejemplos.

Rendimiento sobre la pista
Los juegos de motos de Milestone se han caracterizado siempre por ofrecer un buen manejo, y el que nos ocupa no es una excepción. La curva de aprendizaje está muy bien tratada, de modo que las Moto3 son muy dóciles y fáciles de meter en curva, para que nos vayamos acostumbrando antes de dar el paso a Moto2 y, sobre todo, MotoGP, donde no sólo hay que gestionar la mayor velocidad y las mayores distancias de frenado, sino también los trallazos que da la moto, que son una delicia. Y, para quien lo quiera, está el típico rebobinado, más útil que nunca, ya que se ha introducido un sistema de daños que afecta tanto a la estética como al rendimiento.
No obstante, el control de las motos clásicas nos sigue pareciendo un error. Para diferenciarlas de las modernas y en aras de recrear la ausencia de electrónica de la que hacían gala, resultan tremendamente técnicas y difíciles de meter en curva. Son tan bruscas que subirse en ellas da más sufrimiento que gusto, como si de un toro mecánico se tratara. No hay necesidad de ello en un "simcade" como éste, máxime cuando, en su día, los juegos de Namco, THQ, Capcom o la propia Milestone que protagonizaban estas mismas motos se manejaban perfectamente, sin tosquedades absurdas.

Como novedad, para que las carreras se asemejen más a las reales, se ha introducido un sistema de consumo de combustible, que permite jugar con el número de litros que metemos en el tanque. Además, este año se tiene en cuenta el desgaste asimétrico de los neumáticos, de modo que, gracias a un indicador de temperatura, vemos qué lado de la banda de rodadura se sobrecalienta y conviene cuidar en cada momento. En las carreras disputadas a distancia completa, esos dos factores acaban siendo determinantes.
También la recreación de la lluvia parece haberse retocado ligeramente. En años anteriores, aunque el asfalto estuviera mojado, no se penalizaban los movimientos bruscos. Esta vez, nos ha dado la impresión de que hay que ser más suave para no caerse a la mínima. Eso sí, seguimos echando en falta que la lluvia sea dinámica y que haya carreras ‘flag to flag’, es decir, con posibles pasos por boxes para cambiar de moto a medida que la pista se seca.

La IA, pese a los supuestos avances neuronales que se introdujeron el año pasado, sigue teniendo sus altibajos. Se puede configurar entre una amplísima horquilla de niveles (en los más altos, resulta imposible batirla), pero el equilibrio entre agresividad y paciencia no siempre está bien medido. Por ejemplo, a veces, en los niveles intermedios, los rivales parecen decelerar ligeramente en plena recta o, como poco, cuando la siguiente curva aún está lejísimos, lo que permite adelantar a varios de una tacada. Otras veces, nos chocarán por detrás y, sin comerlo ni beberlo, acabaremos por los suelos.
En cualquier caso, la sensación general es muy positiva, sobre todo con las MotoGP actuales, que, al fin y al cabo, son las que más apetece usar. Con ellas, podréis vivir duelos tan vibrantes como los de Márquez con Dovizioso, Rins o Quartararo.

Excursión por la grava
La oferta de modos de juego sigue siendo la misma de todos los años, con similares defectos. Apenas se han añadido novedades, y lo peor es que está a años luz de lo que ofrecen otras sagas de velocidad. Por un lado, están los modos que van al grano, es decir, Gran Premio, Contrarreloj y Campeonato. Por otro lado, encontramos los que sí conviene desmenuzar, como son Trayectoria, Modo histórico y Multijugador.
En el modo Trayectoria, hay que crearse un piloto propio y llevarlo a lo más alto, pero la sensación de progresión es escasa. No en vano, podemos empezar en la categoría que queramos, incluso en la clase reina. Podemos contratar personal para que gestione la evolución de la moto, así como pedirle a nuestro representante que negocie con otros equipos (hay detalles nuevos, como cláusulas de rescisión), pero se echan en falta una mejor ambientación o una sensación de progresión. Aquí, no hay ni motorhome, ni una sección de noticias, ni una evolución de parámetros del piloto, ni una Red Bull Rookies Cup que justifique nuestra llegada al campeonato… Curiosamente, son cosas que sí estuvieron presentes en la saga hace unos años.

El Modo histórico se ha replanteado… y resulta igual de anodino, o más, que el año pasado. Básicamente, ahora consta de carreras que se generan aleatoriamente a medida que las superamos o bien cada veinticuatro horas, en caso de que no seamos capaces de hacerlo. Podemos elegir entre tres niveles de dificultad, de modo que, si alcanzamos el podio, recibimos puntos con los que podremos comprar 46 pilotos clásicos y 41 motos.
Nos encanta volver a ver a Doohan, Crivillé, Stoner o Pedrosa, pero Milestone sigue sin ver el potencial que puede llegar a tener esta modalidad de juego. Sería genial revivir situaciones históricas y acompañarlas de vídeos de imagen real, habida cuenta del buen trato que tiene el estudio con Dorna, gestora del campeonato, pero, por desgracia, no es así. Y es curioso, porque es algo que sí se hizo hace unos años en Valentino Rossi: The Game. Si a eso le sumamos el tosco control de las motos clásicas, lo que queda es un trago de gasolina duro de pasar.

En el Multijugador, se echa en falta un modo a pantalla partida, pero lo que es la vertiente online cumple su cometido. Podemos crear tanto salas públicas como privadas para doce jugadores y, en general, las carreras que hemos disputado iban fluidas, gracias al uso de servidores dedicados. Adicionalmente, si os gusta la escena competitiva, volverá a celebrarse una edición más de la competición oficial de eSports.
Al trantrán audiosivual
En la parcela audiovisual, MotoGP 20 no está entre lo más granado del género de la velocidad, pero es un juego cumplidor. Éste es el tercer año en que Milestone usa el Unreal Engine 4, y eso se deja notar en un mayor nivel de detalle de los entornos, en la iluminación y en unas opciones de configuración que permiten priorizar la tasa de fotogramas (con lluvia, sufre un poco) o la resolución.

Hay que destacar la mayor atención a ciertos detalles de la licencia. Por encima de todo, destaca la recreación de los directores de equipo. Así,no sólo vemos a los principales responsables de MotoGP (como Alberto Puig, Gigi Dall’Igna, Lin Jarvis, Davide Brivio o Fausto Gresini), sino también a sus manos derechas (como Takeo Yokoyama o Paolo Ciabatti). Es verdad que las caras, igual que las de los pilotos (sólo los de la categoría reina), parecen de cartón piedra, pero los seguidores más fieles del campeonato agradecerán verlas en el corralito o en el podio.
Este año, también se ha prestado atención a ciertos detalles que criticamos en los análisis de otros años. Por ejemplo, por fin los mecánicos sacan pizarras de tiempos cuando pasamos por la recta de meta. También nos ha gustado que, esta vez sí, se tenga en cuenta que el Gran Premio de Qatar no se disputa de noche en todas las categorías. Adicionalmente, hay algunas animaciones nuevas, como que el piloto eche la mano hacia atrás para pedir disculpas tras algún toque. Y se ha rehecho la interfaz, más colorida, en la línea que pudimos ver en la retransmisión televisiva del GP de Qatar de Moto2 y Moto3.

Conviene resaltar también la presencia de un completo editor. Gracias a él, podemos personalizar ampliamente la apariencia del piloto, ya que hay herramientas para crear y compartir nuestros propios diseños de cascos, números o pegatinas. Además, en cada categoría, se han incluido algunos equipos ficticios cuyos colores también podemos modificar.
No obstante, sigue habiendo asperezas que se podrían cuidar más. La presentación virtual de las parrillas de salida ha dado un paso atrás, de modo que, ahora, no vemos las caras reales de los pilotos, sino sus cascos virtuales. En las carreras clásicas, ni eso, pues sólo sale el dorsal de cada piloto.

El apartado sonoro también renquea. El ruido de los motores no pasa de correcto, y el gran Ernest Riveras está muy desaprovechado como comentarista, pues se limita a decir una serie de frases hechas al principio y al final de los grandes premios, muchas de las cuales tienen ya sus años. Para más inri, nos ha vuelto a pasar algo que ya comentamos el año pasado y que parece que, una vez más, ningún tester ha tenido a bien reseñar: a veces, se cuela la voz de otro comentarista distinto (parece ser Keko Ochoa, que prestó su voz en MotoGP 13) sin venir a cuento, lo cual invita a pensar que es un sedimento debido al reciclaje de contenidos…
Conservador, pero con valor
Conociendo la trayectoria de Milestone y con la generación de PS4 y Xbox One a punto de echar el cierre, estaba claro que MotoGP 20 no iba a suponer un gran salto adelante, pero, aun así, se trata de un juego de velocidad competente. Flaquea en cuanto a la profundidad de los modos y tiene algunas abolladuras aquí y allá, pero lo cierto es que, cuando uno se sube a la Honda, la Ducati, la Yamaha o la Suzuki, se siente como un verdadero piloto. A falta de Mundial de motociclismo en la realidad, es una alternativa con un notable paso por curva.
VALORACIÓN:
Milestone sigue mejorando su saga estrella curva a curva. MotoGP 20 es un juego muy continuista, pero tiene nuevos apéndices aerodinámicos que le dan un plus de velocidad. Y este año tiene el encanto de ser un buen sustituto para el motociclismo real.LO MEJOR:
El manejo de las motos modernas y su curva de aprendizaje. Detallescomo la inclusión de los directores de equipo. El nuevo circuito de Kymiring.LO PEOR:
Las motos clásicas son inconducibles. MotoE y la Rookies Cup aún no están. La insipidez del modo histórico yTrayectoria. Las asperezas técnicas.Plataformas:
Nintendo Switch,
Stadia,
PC,
PS4,
Xbox One
Versión comentada: PS4
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