The House of the Dead Remake Análisis del clásico de los recreativos para Nintendo Switch

En 1996, The House of the Dead era la estrella de los salones recreativos. Aquella máquina de disparos "sobre raíles" era la reina absoluta del arcade. Gracias a la placa Model 2 de Sega, la misma que se utilizó en Virtua Fighter o Daytona USA, pudimos experimentar en primera persona los enfrentamientos contra oleadas de zombies en 3D. 

Gran parte de su atractivo estaba en el hardware, un impresionante mueble, en que estaban enfundados dos pistolas de plástico, en colores rojo y azul. Los jugadores de The House of the Dead no sólo sufrían la presión de los no muertos acercándose hacia la pantalla. También estaba la presión de demostrar su puntería a todos los mirones que se arremolinaban alrededor de la máquina.

Ahora tenemos la oportunidad, gracias al estudio polaco Megapixel y Forever Entertainment, de recuperar aquellos momentos con The House of the Dead Remake para Nintendo Switch. En este análisis os vamos a contar cómo le han sentado las mejoras visuales, los nuevos modos de juego y los diferentes sistemas de control al clásico de Sega. 

¿Recordáis esa sensación de disparar a la pantalla? Si tenéis nostalgia de aquellas partidas, aquí os dejamos un reportaje con los mejores juegos de pistola en máquinas recreativas. 

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Viejos zombies con nuevas caras

Lo primero que nos llama la atención es el lavado de cara de The House of the Dead Remake. Han pasado más de 25 años desde que jugamos al original, y aquellos zombies necesitaban pasar por "maquillaje". La actualización de los diseños y escenarios es muy correcta. 

Su principal virtud es que respeta mucho el material original. No sólo disfrutamos de un desarrollo "calcado" a la recreativa, sino que los monstruos y cada una de las zonas de la mansión se han actualizado. Están más detallados,  mejor iluminados y tienen unas animaciones más fluidas, pero queda claro cual es el material de referencia.

Además, The House of the Dead Remake es uno de los pocos juegos para Nintendo Switch que nos permite escoger modos gráficos: un modo resolución, más detallado y un modo rendimiento, a 60 FPS (si jugamos en la TV conectados con el dock). 

Dicho esto, llega el momento de desenfundar y que empiece la carnicería... Podemos escoger entre dos modos de juegos, el original (un "shooter on rails" que conserva los diferentes caminos y finales de la máquina) y un modo horda, en que repetimos el mismo desarrollo pero con más enemigos. 

Para darle más "vidilla" a estos modos se ha implementado un sistema de continuaciones bastante interesante. Contamos con 10 créditos de inicio (suficiente para acabar los 4 capítulos de juego después de un par de rondas) pero podemos comprar más con los puntos que vayamos ganando. 

Es una forma de premiarnos por la precisión, por encontrar las monedas ocultas y rescatar a los científicos que han quedado atrapados en la mansión . Si jugamos en multijugador local, estos créditos se reparten entre los dos jugadores para ajustar mejor la dificultad.

Sin pistola y sin puntería

El "elefante en la habitación"es que Switch no cuenta con una pistola de luz. Es un problema que hemos sufrido en las consolas desde que llegaron las TV de 100 Hz, y que casi ha acabado con este género. 

Tenemos diferentes sistemas de control; manejando un punto de mira con el stick analógico (lo que le quita gran parte de la gracia) o usando el sensor de movimientos del joy-con. El problema es que no resulta tan preciso como la pistola, ni siquiera como el control por infrarrojos de Wii, que usamos en The House Of The Dead Overkill.

Hemos pasado bastante tiempo ajustando la sensibilidad del sensor, la zona muerta, la ayuda al apuntado y ni aún así hemos sido capaces de tener una experiencia satisfactoria. 

Apuntar con el sensor es un "suplicio", que requiere reiniciar constantemente la posición del punto de mira. Y esto es más evidente en un juego que premia la precisión de los disparos a la cabeza o que nos coloca frente a enemigos finales que sólo tienen un punto débil.

Se trata de un problema enorme. The House of the Dead se apoya completamente en la mecánica de apuntar y disparar, y si esto está mal resuelto, afecta a todos los aspectos del juego.

Por otro lado, la mecánica de recarga se limita a presionar un botón, de forma que tampoco se penaliza agotar el cargador: podemos preparar nuestro arma sin dejar de apuntar (recordad que en la recreativa había que disparar fuera de la pantalla). 

Dicho esto, The House of the Dead Remake se puede terminar en menos de una hora, pero incluye coleccionables y extras que nos invitan a repetir. Tenemos a nuestra disposición una galería de monstruos, dos sistemas de puntuación y un sistema de trofeos y de mejoras de arma que añaden bastante profundidad.

Y como ya hemos mencionado antes, se han implementado dos modos multijugador local, el clásico cooperativo y uno competitivo, en que tratamos de superar la puntuación del segundo jugador. 

En cuanto a lo técnico, nos encontramos con un apartado gráfico acertado, tanto por los modelos como por el rendimiento. Sin embargo, incluso en modo 60 FPS, con menor resolución, nos hemos encontrado ralentizaciones que se notan especialmente en el modo horda. 

Es cierto que la dirección artística, en su estilo "naif" nos sigue gustando, y es sorprendente que un juego sobre raíles tenga tantos elementos destructibles, secretos y vías alternativas. Además de lo satisfactorio que resulta hacer pedazos a los zombies dependiendo del lugar de los impactos.

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También se agradece que se haya conservado la banda sonora del original (con las voces originales y el anuncio de "reload" que no nos podemos quitar de la cabeza después de la primera partida).

También tenemos numerosas opciones de configuración, como ajustar el color del punto de mira, o eliminar el interfaz para que sea más inmersivo.

Pero en general tenemos la sensación de que se podía haber hecho algo más. Por ejemplo, el uso de la linterna está totalmente desaprovechado y el movimiento prefijado de la cámara nos hace algunas "trampas" y nos coloca frente a enemigos cuyo primer mordisco es inevitable.

Eso, en la era de las recreativas (cuando tenían que "sacarnos los cuartos") podría parecer razonable, pero en un desarrollo como este queda como un detalle algo molesto.

El valor nostálgico no es suficiente

Personalmente, he cargado este juego en mi Switch con muchísimas ganas. Yo era uno de aquellos chavales que jugaba (y sobre todo veía jugar) a la recreativa, y esperaba recuperar aquellas sensaciones en la consola. 

Tenía tantas ganas de ver una versión actualizada de The House of the Dead que hasta lo introduje entre los juegos de terror más esperados de 2022.

No me importaba que el apartado técnico -realizado con motor Unity 3D- fuese demasiado puntero. Pero la clave en un juego de disparos está en la precisión del arma, y éste es precisamente el principal fallo de The House of the Dead Remake. 

Se agradecen los extras y nuevos modos, incluso la edición física con unos bonus muy interesantes, pero si falla el pilar principal del juego, todo lo demás queda en segundo plano.