Análisis Los Pitufos Operación Vilhoja, uno de los mejores juegos para niños de estas navidades

Quien más y quien menos seguro que ha oído hablar alguna vez de la obra más conocida de Peyo, el dibujante belga que creó a Los Pitufos. Unas criaturas de color azul que han saltado de las páginas a la tele, los videojuegos o películas, como la reciente Los Pitufos y la Aldea Escondida.

A los videojuegos llegaron en los años 80, y desde entonces se han paseado por una gran variedad de sistemas (desde Atari 2600 a Game Boy, PlayStation o Wii), en busca del público más joven. Algo que, como vamos a ver en el análisis de Los Pitufos: Operación Vilhoja, siguen haciendo.

Como si de una historieta más de estos pequeños personajes se tratara, la historia comienza en las páginas de un libro, y nos cuenta que el malvado Gargamel ha liberado una planta venenosa que está infectando el bosque, con el fin de acorralar a la aldea de Los Pitufos y atrapar a sus habitantes.

Una historia sencilla que nos mete en la piel de diversos pitufos, quienes deben usar la pitufumigador, una suerte de aspiradora para limpiar este desaguisado y salvar a los pitufos atrapados

Una herramienta que, todo sea dicho, nos ha recordado a la infame aspiradora de Luigi's Mansion 3, porque aquí también sirve para despejar el camino de plantas y abrirnos paso.

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Se trata de una historia sencillota, pero que gracias a detalles como una narración en rima o un profesional doblaje en castellano, hacen que los más pequeños (y cualquiera) puedan disfrutarla más fácilmente.

Estamos hablando de una aventura que nos invita a recorrer cinco "areas" o grandes niveles a los que podemos volver, y en los que no faltan zonas de plataformeo puro, momentos acción o búsqueda de secretos y coleccionables... Vamos, la clásica aventura plataformera de toda la vida.

Por decirlo mal y pronto, Los Pitufos: Operación Vilhoja no hace nada que no hayamos visto antes en otras aventuras de corte similar... pero lo que hace, lo hace bastante bien, y con un tono que los más pequeños pueden disfrutar.

Cuenta con tres niveles de dificultad, dependiendo del grado de experiencia del jugador, lo que hace que sea todavía más "ajustable" según la habilidad del jugador. Pero ojo, aun con este detalle, quizá resulte un poco complicado para los jugadores más menudos.

En todo momento se nos indica en pantalla a donde ir con un indicador amarillo: perderse no es una opción, aunque siempre hay margen para explorar y encontrar y limpiar todas las zonas infectadas con las plantas tóxicas o desentrañar sus muchos desafíos.

Así, podemos recoger coleccionables, aunque muchos de ellos están protegidos por pequeños puzles, como activar una serie de plantas antes de que se acabe el tiempo o saltar desde una zona elevada para dar un culetazo y activar varias de estas plantas especiales al mismo tiempo. 

Del mismo modo, llegar hasta ciertos puntos de los niveles, puede requerir un poco de habilidad, al tener que combinar distintos tipos de acción. Pero nada que con un poco de práctica no se pueda superar.

Por ejemplo, recogiendo objetos podemos mejorar el pitufumigador, que abren nuevas posibilidades, como son planear (mantenernos unos instantes en el aire) o realizar un deslizamiento, además de poder potenciar habilidades como el salto con culetazo o mejoras de vida.

Pues bien, algunas secciones plataformeras pueden exigir bastante precisión, teniendo que combinar acciones como saltar, deslizarnos para llegar a una seta que nos catapulta para después planear hasta la plataforma a la que debemos llegar.

La acción por su parte es sencilla, y con distintas criaturas infectadas que requieren unos patrones de ataque distintos: nada difícil, dado que las primeras veces que nos cruzamos con cada una de ellas se nos explica como derrotarlas.

El control, por regla general es bastante bueno, y responde como se espera en un plataformas aunque insistimos: algunos momentos requieren precisión para encadenar, por ejemplo, varios saltos seguidos en zonas con peligros como caer al agua.

Donde no podemos reprocharle prácticamente nada es en la parte audiovisual: es un juego que entra por los ojos, con una colorida y magnífica recreación de los Pitufos y los agrestes escenarios por los que se mueven, como la aldea pitufa.

El doblaje es de calidad, como ya hemos dicho, aunque tanto "pitufar" puede acabar hartando, y algunas expresiones, como al saltar, se repiten más de lo que nos gustaría

Pero en el apartado técnico, sí hay un par de puntillos mejorables: aunque el juego se suele mantener a 30 fps constantes durante la mayor parte del tiempo, si es cierto que hay momentos puntuales en los que esta tasa cae por debajo en Nintendo Switch, la plataforma donde hemos jugado para este análisis.

Del mismo modo, Los Pitufos: Operación Vilhoja en Nintendo Switch cuentan también con unos tiempos de carga algo generosos. Únicamente son largos al cambiar de área o zona, y no se suceden constantemente. Los menús también van con algo de retardo.

Pero, en ningún caso, rompen la experiencia de juego o hacen que sea injugable. Por eso, si estás buscando una aventura asequible tanto para pequeños (pero igualmente disfrutable por adultos) Los Pitufos: Operación Villahoja no es una mala opción.