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Análisis de QUBE 2, la aventura de puzzles en primera persona

QUBE 2
Los juegos de puzzles siempre apetecen, incluso aunque te encuentres en otro planeta. Toxic Games vuelve a la carga con su saga QUBE, en la que los cubos son la clave para llegar a la salida. Tus neuronas volverán a practicar "fitness" con QUBE 2.

En el mundo de los videojuegos de puzzles (como en cualquier otro género) hay sagas más o menos renombradas, pero otras pueden quedar en un discreto segundo plano y seguir siendo notables. Tal fue el caso de QUBE (siglas de Quick Understanding of Block Extrusion), un juego lanzado en 2011 que quedó inevitablemente a la sombra del excepcional Portal 2. En él, la mecánica consistía en utilizar cubos de diferentes propiedades para llegar a la salida de cada mapa: unos nos hacían saltar, otros podían apilarse... A base de aprovechar la física y las propiedades únicas de cada cubo, conseguíamos avanzar.

7 años después,los chicos de Toxic Games traen QUBE 2 a consolas y PC para presentarnos un planteamiento parecido, pero con un punto más complejo. Somos Amelia, una arqueóloga que, tras un accidente, despierta en lo que parece ser un extraño entorno extraterrestre. Gracias a las comunicaciones con Emma, otra superviviente, aprenderá a moverse por este enorme edificio, que está dividido por salas con una salida aparentemente inaccesible. Ahí es donde entra nuestra materia gris, para utilizar las herramientas que haya en cada sala y alcanzar la meta.

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A nadie se le escapa el parecido con esa película de nombre casi idéntico, Cube de Vicenzo Natali, ¿verdad? Sin embargo, aquí no podemos morir de forma horrible. El desafío está puramente en encontrar la forma de salir. Pero, como decíamos, la cosa se ha complicado un poco en esta secuela. Si en la primera parte, los cubos de diferentes propiedades tenían una ubicación determinada, en QUBE 2 tenemos "cubos en blanco" a los que podemos asignar una de las tres propiedades disponibles. Al principio, solo podemos asignar la propiedad azul, que hace que rebotemos al tocar ese cubo. Más adelante, adquirimos la propiedad naranja (el cubo se puede estirar hasta un cierto punto) y la verde (cae un pequeño cubo al suelo). Buena parte del enigma de cada sala estará en descubrir qué color asignar a cada cubo en blanco.

QUBE 2

Pero esos no son los únicos elementos interactivos de este juego de puzzles. También hay botones para rotar plataformas y otros que las desplazan. Más adelante, incluso tenemos que aprovechar el fuego o el impacto de los objetos para abrir puertas. Y, por supuesto, las leyes de la física (aprovechar la fuerza de la gravedad, tener en cuenta la inercia) son cruciales en la mayoría de los retos.

La protagonista está equipada con unos guantes especiales que permiten activar los cubos a distancia. Como jugamos siempre en vista subjetiva, solo necesitamos que un interruptor o cubo esté en nuestro campo de visión para poder activarlo. Y ya que estamos en el tema, el control es de lo más sencillo. Amelia solo puede desplazarse o saltar (la tía vaga ni siquiera empuja objetos), mientras que los gatillos sirven para otorgar la propiedad a los cubos en blanco y activarla. Así, con un gatillo volvemos al cubo naranja y con otro lo estiramos. Por último, el "shoulder button" derecho (R1 o RB, según consola) sirve para cambiar el color del guante y, por tanto, prepararlo para dar esa propiedad al siguiente cubo.

QUBE 2

Como veis, en realidad hay muy pocas propiedades asignadas a los controles, pero a veces resulta confuso aplicarlas contra reloj en un juego de inteligencia como este. Cambiaréis de color un cubo cuando en realidad queríais activarlo, por ejemplo. Es cuestión de mantener la concentración, pero a veces resulta un pelín frustrante. Y es que en los primeros momentos del juego, los puzzles se pueden resolver con calma, asignando cada propiedad a su lugar y luego avanzando del tirón; pero, más adelante, debemos asignar propiedades al vuelo, aprovechando los pocos segundos que tarde una esfera en recorrer un camino o antes de que un objeto incendiado se apague.

A pesar de que QUBE 2 llega a ser razonablemente difícil en sus últimos retos, nunca tenemos la sensación de que sea injusto o innecesariamente críptico. Todo está ahí, delante de nosotros. Solo tenemos que mirar hacia todos lados para asegurarnos de que no dejamos un cubo o botón por descubrir. También es importante entender que, quizá, dos objetos actuando a la vez no funcionen igual que por separado. La práctica hace al maestro.

QUBE 2

Para que la resolución sea más cómoda, se ha mantenido la estética aséptica y clara del primer QUBE, con paredes enormes y planas, que al principio son solo de color blanco, pero más adelante muestran enormes fachadas verdes o rojas. Hay algo en esas estructuras minimalistas que resulta muy atractivo, a lo que hemos de sumar pequeños detalles salpicados por el escenario que apoyan tanto a la ambientación (la sensación de decadencia del lugar, con plantas naciendo donde no deberían o bancos de arena  invadiendo la base) como a la propia resolución de los puzzles: mirad bien dónde van los cables, para entender qué activa cada interruptor.

Aunque estéticamente es más rotundo que el primer juego (está optimizado para Xbox One X, por cierto), también es verdad que arrastra ciertos errores que resultan molestos. El más evidente es el microscópico tamaño de los subtítulos, ese mal de la generación HD. Las voces (hay bastantes, aunque contribuyen más a descubrir la trama que a superar los puzzles) solo están en inglés, así que si no domináis el idioma os veréis obligados a sacar un catalejo y mirar unas palabras absolutamente enanas en la base de la pantalla. También "petardea" el refresco de la pantalla, lo que nos lleva a algún que otro tirón de frame rate, especialmente cuando giramos la cámara.

QUBE 2

En cuanto a la historia y la ambientación, QUBE 2 sigue intentando escapar de su estigma de "clon de Portal" con una trama seria y misteriosa, que intenta jugar sus cartas hasta un final que seguramente os sorprenderá. Otra cosa es que la historia resulte original (que no lo es), pero al menos todo tiene un aire de misterio que resulta interesante y os proporcionará cierta intriga durante las 8 ó 9 horas que tardaréis en completar la aventura.

Después de eso, no os queda nada más. No hay retos extra, ni modo multijugador, algo que habría venido de perlas en un título como este. Aún así, teniendo en cuenta que sale a la venta por 25 euros (con un 10% de descuento en Steam), supone una tentación que los fans de los puzzles deberían probar. Sin duda, la diversión más poliédrica desde Los Cabecicubos de Superlópez.

VALORACIÓN:

La franquicia sube un peldaño con una entrega que tiene algo más de personalidad y una mecánica sólida, que nos reta sin resultar frustrante.

LO MEJOR:

Sabe ir de menos a más en cuanto a la intensidad y atractivo de los retos.

LO PEOR:

Bastantes errores gráficos que impiden al juego brillar como debería. Los subtítulos os van a dejar cegatos.

Plataformas:

PC,

PS4,

Xbox One

Versión comentada: Xbox One

Hobby

80

Muy bueno

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