Final Fantasy XVI se despide con un rugido marítimo: análisis del DLC The Rising Tide

Desde hoy está disponible en PS5 The Rising Tide, el segundo y último contenido descargable para Final Fantasy XVI. Hace unos meses, en diciembre, el juego de acción de Square Enix daba la bienvenida a Echoes of the Fallen, primer y breve DLC (si sentís curiosidad, os dejamos nuestro análisis).

Y ahora, con The Rising Tide, Final Fantasy XVI se despide para siempre (salvo sorpresa) con una nueva aventura en la que el eikon Leviatán es el gran protagonista y que promete ser muy superior a la del primer DLC, al menos en lo que a contenido propiamente dicho se refiere.

Nosotros hemos estado jugado desde esta mañana y ya hemos derrotado a Leviatán, obtenido sus poderes, completado misiones secundarias, actividades opcionales y mucho más, y estamos aquí para contaros si merece la pena darle una oportunidad.

Análisis de The Rising Tide, segundo DLC para Final Fantasy XVI

The Rising Tide nos lleva hasta Mysidia, una nueva región situada al norte de Tormentia, junto a la famosa "ola congelada" que se puede ver desde Northreach en el juego principal. 

Si bien no se trata de una localización de gran tamaño y su diseño de niveles repite los errores del mundo de FFXVI (es decir: es muy simple y plano), esto ya supone un plus respecto a Echoes of the Fallen, que sólo añadía una nueva mazmorra.

Pero lo más interesante es que, debido a motivos argumentales, Mysidia ha evitado los efectos de Primogénesis, el hechizo que provoca que los cielos de Valisthea adquieran un monótono color morado. 

Gracias a esto, el espectáculo visual que nos deja Mysidia es uno de los puntos positivos de este DLC: hemos "quemado" el botón de capturas en todas las zonas. La ola congelada siempre en el fondo de la acción, unida al verdor de sus bosques y el azul cristalino del mar y el cielo, dan lugar a estampas de una gran belleza.

Como Echoes of the Fallen, The Rising Tide también añade nuevos objetos, entre los que destacan una serie de accesorios que alteran los efectos de las destrezas eikónicas (las habilidades que se realizan con el botón círculo). Por ejemplo, el del Fénix aumenta la distancia recorrida con el impulso ígneo.

También encontramos novedades entre los enemigos, donde destacan los Tomberi. Estos enemigos, que son de los más reconocibles e icónicos de la saga Final Fantasy, no estaban presentes en la historia principal de XVI, pero aquí vuelven con un aspecto más tétrico y los cuchillos más afilados que nunca.

Sin embargo, el añadido estrella es Leviatán: Clive obtiene los poderes del eikon perdido, ganando un nuevo estilo de combate. En lo jugable, Leviatán es literalmente una pistola de agua que nos permite disparar potentes chorros. Además, añade una nueva esquiva que cubre mayor distancia. Por lo tanto, es perfecto para un estilo de juego más seguro centrado en los ataques a distancia.

En lo relativo a la historia principal, The Rising Tide repite la jugada de Echoes of the Fallen: se trata de un DLC extremadamente breve, que en unas dos o tres horas se puede completar, pero que nos deja un auténtico espectáculo de combate final, demostrando una vez más que los jefes son el punto fuerte de Final Fantasy XVI.

Por cierto, se nota que han tomado buena cuenta de las críticas a la excesiva facilidad de la historia principal, pues en The Rising Tide asistimos a los enfrentamientos más complicados de Final Fantasy XVI con diferencia. El jefe final nos ha hecho sudar de lo lindo...

Ahora bien, además de la historia principal, hay cerca de diez misiones secundarias opcionales que aumentan la duración. Tras terminar, se desbloquea el portal de Kairós, un desafío de combate con recompensas propias muy interesantes. También hay una sorpresita que no nos esperábamos y nos ha encantado. En total, y si hacemos todo lo que se puede hacer, The Rising Tide dura unas 10 horas.

La historia no está mal: los nuevos personajes y todo el nuevo lore que añade son interesantes y encajan muy bien con Valisthea, que ya destacaba por la construcción narrativa del mundo. Sin embargo, nos ha parecido muy decepcionante el papel de Jill. 

La dominante de Shiva estaba llamada a tener un papel prominente en The Rising Tide, solventando así su escasa participación en la historia principal. Sin embargo, y pese a que tiene algunos momentos, al final vuelve a quedar relegada a un papel insignificante. 

Lo más doloroso es que esta era la ocasión perfecta para profundizar en su historia, su pasado y su conexión con los territorios del norte, pero se ha desaprovechado por completo.

Por último, destacar una vez más la magnífica banda sonora compuesta por Masayoshi Soken. Si habéis seguido la trayectoria de Final Fantasy XVI desde su anuncio, os va a complacer escuchar por fin cierta canción que sonaba en uno de los tráileres...

¿Merece la pena The Rising Tide?

The Rising Tide está bien; nos ha gustado, pero es inevitable sentir cierta decepción. El principal problema es que prometía bastante respecto a Echoes of the Fallen, pero pese a incluir más contenidos están prácticamente al mismo nivel.

El problema se agrava cuando tenemos en cuenta el precio: Echoes of the Fallen costaba 9,99 €, mientras que The Rising Tide cuesta 19,99 €, un precio un tanto elevado para nuestro gusto si tenemos en cuenta lo que incluye.

Así que nuestro consejo es que si Final Fantasy XVI os dejó buen sabor de boca, podéis ir sin miedo a por el pase de expansión, que incluye ambos DLCs por un precio de 24,99€. 

Si, por el contrario, Final Fantasy XVI no terminó de convenceros, The Rising Tide difícilmente va a haceros cambiar de opinión.