Fireproof Games lleva unos cuantos años dando forma a la serie The Room, una serie de aventuras, mitad puzle, mitad escape room, en las que debemos resolver todo tipo de puzles para avanzar en su historia. Puzles que suelen invitarnos a interactuar con todo tipo de mecanismos y cajas, conseguir objetos que nos ayuden en otros puzles y así poder ir tirando de la cuerda.
The Room VR: A Dark Matter - Trailer
Y justo eso, como vamos a ver en el análisis de The Room VR: A Dark Matter, es lo que ofrece esta entrega para realidad virtual, que llega a los principales visores del mercado, es decir PlayStation VR, Oculus Quest y los visores de PC.
Su trama no deja de ser un poco "típica": somos un detective que está investigando unas extrañas desapariciones, y casi desde el primer minuto se introduce un elemento "paranormal": visiones, una materia oscura extraña que se interpone ante nosotros (por ejemplo, para abrir una caja fuerte), extraños artefactos y misterio en general se dan la mano para arrastrarnos a una interesante colección de puzles.
Pronto la trama y los escasos personajes que pululan por ella pierden el interés para que lo realmente importante acapare los focos: los puzles. Se reparten a lo largo de 3 zonas (un museo cerrado, una iglesia...), y otras dos más pequeñas y, como hemos adelantado, son una suerte de escape room, que nos invita a movernos por puntos concretos teletransportándonos (no tiene movimiento libre), para interactuar con los objetos que hay en cada zona.
Hay mecanismos que son cajas que podemos rotar, y con interruptores; hay cerraduras que requieren de objetos como una daga o combinaciones que tendremos que averiguar; no faltan los libros que nos dan algunas pautas... y puzles que requieren observar el entorno para descubrir, por ejemplo, algún número que nos pueda faltar y que está "medio borrado".
Si nos quedamos pillados, contamos con un sistema de ayudas que nos puede reorientar para saber por donde tirar. Incluso tenemos una especie de lente que, en momentos concretos, gracias a su filtro especial nos permite ver huellas y otros detalles más fantásticos.
La variedad de puzles no esta mal, aunque presentan algunos problemas, como no diferenciar de ninguna manera qué partes son interactivas y cuales no (puedes estar girando una especie de edificio sin saber qué partes se pueden mover), lo que sumado a que muchos elementos del entorno ni se pueden coger, nos hará perder más tiempo del deseado para descubrir qué hacer.
No es nada desesperante... pero si en una mesa hay un cenicero o un resto arqueológico, quizá, lo más interesante sería que lo pudiéramos coger, algo que a menudo no es posible... Y es una sensación rara, sobre todo después de haber jugado a Half Life: Alyx, que es el paradigma de la interactividad en mundos virtuales. Los objetos clave que recogemos se almacenan en un inventario, que en cualquier momento podemos abrir para sacar lo que necesitemos.
No obstante, pese a estos detalles, The Room VR consigue sorprender con algunos imaginativos y fantásticos puzles, que por ejemplo nos convierten en un diminuto ser para abrir una cerradura desde dentro, empujando las distintas partes del mecanismo o crear una suerte de puente con distintos resortes dentro de una caja cerrada.
Por desgracia estos puntos, que son los mejores del juego, no son especialmente abundantes, pero cuando llegas a ellos, no es difícil sentir que son los momentos donde el juego da el do de pecho y donde justifica su salto a la realidad virtual.
Todo ello, con el control habitual, que permite jugar tanto con el DualShock 4 tanto con dos mandos Move, que es donde realmente el juego resulta mucho más inmersivo, siempre y cuando la detección no falle o tu zona de juego no sea demasiado pequeña. Lo hemos probado también en Oculus Quest, y lo cierto es que la detección funciona mejor... pero en ambas plataformas es perfectamente jugable.
Gráficamente es correcto, con algunos detalles interesantes en la ambientación, aunque no es un juego que lleve a ninguno de los sistemas en los que está disponible, PC incluido, al límite. Es un en el que los gráficos están al servicio de los puzles y poco sin más, y que consigue meterte en su oscura atmósfera, pero que no te desencajará la mandíbula. Cuando veas "al malo", incluso te sacará alguna carcajada...
Lo peor de todo es que The Room VR es efímero a más no poder. Es una experiencia que, aun quedándote atrancado en algún punto, no te llevará más de 2 horas, 3 a lo sumo si te atascas en algún momento y juegas sin ayuda, por lo que la experiencia se hace muy corta a todas luces, y sin demasiadas opciones de rejugarla.
Si a esto añadimos que cuesta 29,99 euros en PS4, lo cierto es que es fácil pensar que hay propuestas mejores en la realidad virtual... y es cierto. Pero si te van los puzles y los escape rooms, estamos hablando de una de las propuestas más divertidas. Lástima que deje con la miel en los labios, porque con otras 2 o 3 horas de juego más al mismo precio, estaríamos hablado de un título a tener en cuenta.