Marte, el planeta rojo, es la última esperanza de la humanidad. Se trata del planeta más cercano a la Tierra del Sistema Solar (y si hacemos caso a la ciencia ficción, como en la novela The Martian, el primero que vamos a colonizar). Es un escenario perfecto para un juego de estrategia en tiempo real como Surviving Mars, en que nuestro objetivo es establecer la vida humana en su superficie.
Sus creadores son Haemimont Games, que ya han demostrado su saber hacer en el género con diferentes propuestas, desde la estrategia bélica de Tzar o Imperium III a la política en clave de humor con la saga Tropico. Esta vez se lanzan a por un viejo sueño del hombre: establecerse en otros planetas.

La vida en otros planetas no es fácil
Casi tan hostil como la superficie de Marte es el primer contacto con el juego. Nuestros primeros pasos van a ser determinantes para el progreso de los colonos, y la verdad es que no tenemos demasiadas pistas. Lo primero es escoger un área del planeta, escanearlo con una sonda para encontrar recursos y hacer que nuestra nave aterrice allí.

A partir de ese momento, desplegamos drones y vehículos de exploración, con los que llevar a cabo diferentes tareas como minería, construcción de plantas energéticas, y recolección de minerales, que nos van dando acceso a edificios que construir. Nada es sencillo en este planeta: podemos crear una planta extractora de material, pero debemos conectarla a una fuente de energía, y pensar dónde vamos a almacenar los recursos.

Y la cosa se complica aún más cuando tratamos de establecer a los primeros pobladores del planeta. Las ciudades se construyen bajo cúpulas (otro guiño a la ciencia ficción clásica) y necesitan suministro eléctrico, agua, oxígeno y alimentos. Así que el progreso es lento, y debe estar calculado con cuidado, porque un fallo en cualquier generador puede dejar a nuestros trabajadores en peligro.

Trabajadores, que por cierto, tendremos que solicitar desde la Tierra en costosas lanzaderas, y de los que podemos seleccionar edad, sexo, niveles de especialización... como se puede ver, hay muchos factores que influyen en el éxito de nuestra empresa, y ninguno debe quedar al azar.

La evolución de Surviving Mars
Pero poco a poco, gracias a nuestras labores de gestión, podemos hacer que el asentamiento crezca. Y la verdad es que disfrutamos bastante creando rutas de suministro, investigando nuevos yacimientos o haciendo ciudades cada vez más grandes. La estrategia gana todavía más profundidad a medida que progresamos.

Podemos escanear nuevos sectores para expandirnos, investigar tecnología (con un complejo árbol lleno de posibilidades) y llevar a cabo comercio con la Tierra, exportando metales raros o solicitando el envío de nuevos recursos. Por si fuera poco, no hay que perder de vista el estado de los pobladores, que pronto necesitarán instalaciones de recreo y expansiones para estar más cómodos (incluso escuelas para las nuevas generaciones).

Dicho así, la verdad es que parece fácil, pero nuestra experiencia con las colonias ha sido complicada. Si se nos va la mano con las construcciones al principio -en lugar de seguir un orden estricto de necesidades- podemos llegar a callejones sin salida que nos obliguen a iniciar el asentamiento de nuevo. Y cuando creamos que lo tenemos todo controlado, las instalaciones pueden empezar a fallar, o ser aplastadas por un meteorito, y frenar nuestro progreso. Aún así, es divertido intentarlo una y otra vez.

Un complejo sistema de control
El sistema de control (al menos en la versión de consola) es bastante duro. Hay que moverse por diferentes menús (algunos generales y otros que corresponden a cada edificio o a cada unidad), y la asignación de drones a cada tarea es engorrosa. Se agradece la posibilidad de acelerar el paso del tiempo y toda la información disponible (tenemos una enciclopedia con todos los elementos del juego). Sin embargo, el hecho de que esté en inglés -y tenga mucho texto- puede cohibir a alguno jugadores.
En cuanto a los aspectos técnicos, cabe destacar la banda sonora (con temas instrumentales muy adecuados al desarrollo) sobre un apartado visual bastante "plano". La superficie de Marte apenas tiene variedad: se trata de una inmensidad de arena roja, salpicada por algunos accidentes geográficos -cordilleras y cráteres- y resulta difícil encontrar diferencias entre sectores. Por su parte, los edificios, drones y vehículos tienen un diseño sólido que cumple su función (se puede distinguir perfectamente qué es una granja hidropónica de una torre de agua).

Pero todo el diseño del juego es más funcional que otra cosa, como corresponde al género de la estrategia desde los tiempos de Dune (que es una referencia que se nos ha venido a la cabeza en bastantes ocasiones mientras jugábamos a Surviving Mars).

Quizá no esté a la altura de otros grandes del género, pero tiene un planteamiento diferente, que nos ha hecho devanarnos los sesos hasta conseguir cierta estabilidad en el planeta rojo, que no es poco.

VALORACIÓN:
Tiene un planteamiento original, con estrategia a varios niveles: recursos, social y económica, pero el sistema de control es engorroso (al menos en consolas) y falta más variedad de situaciones.LO MEJOR:
La premisa de colonizar Marte. La estrategia a varios niveles: recursos, social, económica... Buena banda sonora instrumental.LO PEOR:
El control (al menos en consola) es engorroso. El apartado visual es muy simple y hay poca variedad de situaciones.Plataformas:
PC,
PS4,
Xbox One
Versión comentada: PS4
71
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