Triangle Strategy, análisis del RPG táctico de Nintendo Switch con una historia única repleta de intrigas políticas

Sin comerlo ni beberlo, el 2022 se ha convertido en un año fantástico para los amantes del género de estrategia táctica y es que nos hemos juntado con unos cuantos lanzamientos de renombre que aportarán un soplo de aire fresco a la veterana fórmula.

Metal Slug Tactics, Mario + Rabbids Sparks of Hope o Advance Wars 1+2: Re-Boot Camp se perfilan en el horizonte, pero ya os vamos anticipando una cosa, van a tener que esforzarse para situarse a la par de Triangle Strategy.

Square Enix regresa con la esencia que definió la era de los SRPG en 16 y 32 bits, gracias a una propuesta que dejó muy buen sabor de boca cuando se presentó en 2021 bajo el nombre de Project Triangle Strategy.

Con un equipo que seguro que os suena por haber participado en desarrollos destacados y relacionados como Octopath Traveler o Bravely Default, Artdink y Square Enix firman un juego que aspira a convertirse en toda una referencia bajo el liderazgo de Tomoya Asano. ¿Lo conseguirá?

A un día de su lanzamiento, en este análisis de Triangle Strategy para Nintendo Switch, por fin podemos contaros cuál ha sido el resultado final de este exclusivo de Nintendo Switch que os va a hacer leer y darle al coco durante unas cuantas horas.

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Ya lo señalábamos en nuestras impresiones finales, el juego hace honor a su nombre y basa su estrategia, para camelarse a los interesados, en tres pilares fundamentales: narrativa, rol táctico y estética. Empecemos contando una historia...

Y por ello, os vamos avisando, no compréis ningún libro durante los próximos días, porque con Triangle Strategy vais a tener lectura para dar y regalar ("mucho texto", como decía el viejo meme). La narrativa es la gran apuesta de este juego y sobre la que se asienta su atractivo.

La trama de Triangle Strategy gira en torno a las tres facciones que habitan en el particular continente de Norselia.

Fraguahelada y su meritocracia, Dunálgida con su particular fervor religioso y Glaucoburgo (desconocemos si sus habitantes tienen algún problema ocular), próspero reino comercial, han estado en guerra por el control del continente y sus materias primas (la sal y el hierro).

Treinta años después, nos ponemos en la piel de Serinoa Wolffort, heredero de una de las tres casas nobles de Glaucoburgo, quien debe casarse con Frederica, sobrina del Archiduque de Fraguahelada. Los tres reinos han firmado un pacto para la cooperación, una alianza esperanzadora... 

Pero todos ocultan secretos y a medida que avance la trama comprobaremos que muchas cosas no son lo que parecen. Triangle Strategy se esfuerza por traernos un discurso mucho más adulto... y lo consigue.

Salvando las distancias, encontramos inspiración en obras como Juego de Tronos, donde las intrigas palaciegas, las traiciones y las ganas de darse para el pelo son una constante.

A lo largo de los capítulos vamos conociendo a pintorescos guerreros, magos, políticos y todo tipo de personalidades que cuentan con sus propios arcos narrativos, pero que no acusan los problemas más comunes del JRPG tradicional.

Las historias secundarias, por ejemplo, nos permiten conocer qué está pasando en otras regiones y lanzan información muy valiosa para entender futuros encuentros entre nuestro grupo de héroes y otros personajes. Los cabos quedan atados porque todos forman parte de un gran conflicto geopolítico. 

Y pese a que el arranque del juego pueda resultar algo denso, una vez transcurren las primeras horas, vas a quedar atrapado o atrapada por su premisa, aunque debemos reconocer que hemos estado algo indecisos acerca de cómo valorar que Triangle Strategy se haya centrado tanto en el apartado narrativo. 

La trama avanza sin escenas cinemáticas y constantemente tienen lugar extensas conversaciones y diálogos que pueden llegar a abrumar dada su duración. Al basarse todo en sprites, el "acting" de los personajes es espeso, aunque esa es parte de la esencia tradicional del juego.

Más de una vez nos hemos sorprendido por llevar media hora simplemente pulsando "A" para seguir leyendo y avanzando en la trama de Triangle. Esto hace que te preguntes si estás ante una novela visual o un juego de rol. 

Entendemos que la ausencia de estímulos interactivos en algunos momentos pueda pasar factura a quien acuda a Triangle Strategy buscando una aventura trepidante llena de acción, pero tenemos que deciros una cosa... las cosas de palacio van despacio y el guión es realmente interesante.

Esperad un juego de 35-40 horas (depende de vuestra destreza en combate) y más de 100 si vais a buscar el New Game + y los diferentes caminos que se pueden llegar a recorrer. Hay material para rato.

Se nota mucho que sus creadores han confiado en el poder de la historia de Triangle Strategy y la apuesta ha salido bien. Square Enix ha tomado una decisión y justamente esto es lo que eleva la calidad de la narrativa del juego, las decisiones.

No son las habilidades lo que demuestra lo que somos, son nuestras decisiones

Triangle Strategy no sería NADA sin el sistema de decisiones que ha implementado. A lo largo de la historia podremos ser partícipes de conversaciones en apariencia triviales que, dependiendo de las respuestas que demos, tendrán su importancia más tarde.

El sistema de convicciones de Serinoa se verá reforzado teniendo en cuenta tres vías diferenciadas: libertad, pragmatismo y moralidad. Estas tres opciones se darán en diferentes diálogos y permitirán entablar mejores relaciones con los miembros del grupo o servir a un propósito mayor.

Y es que, Triangle Strategy nos hace tomar importantes decisiones en momentos clave de la trama. Estas elecciones no son moco de pavo, ya que marcarán el devenir de los acontecimientos y nos acercarán a uno de los diversos finales que ofrece el juego.

En estos episodios, el heredero de la casa Wolffort sacará su Balanza de la convicción, que se usará para votar qué camino se prefiere tomar de entre varias opciones. Cada personaje del grupo tendrá sus propios ideales, pero el jugador puede influir y tratar de hacer que se cumplan sus designios a la hora de votar.

Es aquí donde confluyen las conversaciones de las que hablábamos antes. Si hemos recabado información previamente tendremos más oportunidades para convencer a los miembros que difieran de nuestro plan, aunque esto depende también de lo acertados que estemos.

Lo cierto es que al comienzo de la historia esas decisiones parecen un tanto triviales, pero a medida que avanzábamos, capítulo a capítulo, nos dábamos cuenta del tiempo que tardábamos en decidirnos sobre cuál era el camino que debíamos tomar. 

En numerosas ocasiones hemos estado más de 10 minutos simplemente meditando qué era lo que queríamos hacer, algo que no suele suceder a menudo en esta industria y que ha sido uno de los puntos más positivos del juego. 

Aunque es verdad que el juego hace algunos malabares narrativos que son imposibles de tener en cuenta. Una truquillo que puede decepcionar y sorprender positivamente a partes iguales.

Pero Triangle en ningún momento te plantea cuál es la mejor idea o el camino más idóneo, lo que encumbra aún más ese sistema. Toda acción tiene sus consecuencias y tendremos que ser responsables para aceptarlas. En eso consiste ser un líder.

¡A las armas!

No solo tendremos que leer y servirnos de la diplomacia. En Triangle Strategy hay sitio para la guerra y las batallas estratégicas que nos ha regalado Artdink son otro de sus puntos fuertes.

Tomando como base juegos tan icónicos comoFinal Fantasy Tactics, la fórmula táctica de este título es precisa y extremadamente pulida. El gameplay de Triangle acompaña perfectamente a esa parte narrativa de la que tanto hemos hablado.

Aproximadamente tendremos una batalla por capítulo y todas ellas suponen un reto a la altura (hemos jugado en dificultad normal y más de un enfrentamiento lo hemos perdido). Con una duración de unos 20 a 40 minutos, estos combates son realmente variados y cada uno nos presenta un reto distinto.

Pese a que al principio puede apabullar un tanto con todos los sistemas que ofrece, especialmente a los novatos, rápidamente se le pilla el truco. Aquí los sistemas RPG también dan grandes toques de profundidad al combate por turnos.

Constando de tres fases principales, cada unidad del campo de batalla podrá moverse, atacar y posicionarse.

El escenario también es importante y las casillas marcarán diferentes mecánicas de las que servirnos. La altura, los golpes por la espada o que una unidad esté rodeada de enemigos generarán bonus de daño.

Cada personaje tiene un gran impacto en el terreno... Frederica, por ejemplo, es una maga experta en hechizos de fuego y es que los ataques elementales también forman parte del combate y lo que es mejor, afectan al terreno creando casillas incendiarias, charcos letales si se lanza un hechizo eléctrico, etc.

También hay que tener en cuenta los cambios de estado, el uso de objetos, técnicas conocidas como las Astucias o el aumento de estadísticas. En resumidas cuentas, no os vais a aburrir con las grandes posibilidades que ofrece el combate.

Todo forma un cóctel profundo y consistente que deja muy buen sabor de boca. Además, la trama nos llevará por todo tipo de escenarios, lo que aporta gran variedad. No es lo mismo luchar en una plaza de un castillo que realizar un abordaje a un galeón o batallar en una helada cordillera.

Además, antes de cada pelea, podremos escoger qué personajes queremos enviar a la batalla y su disposición en el "tablero". Por elecciones que no se diga. Las opciones son inmensas.

Progresión, pesquisas y demás investigaciones

Tampoco dejamos de lado la progresión, que es la parte más rolera del juego. En el mapamundi podremos ver las misiones o episodios que tocará afrontar, pero también tendremos a nuestra disposición un campamento.

Este lugar nos permite mejorar nuestras armas a cambio de dinero y materiales, que obtendremos ganando batallas y recorriendo escenarios (ahora os hablamos de esto), "evolucionar" a cada personaje, farmear experiencia en combates extra, ampliar el lore con documentos y mucho más.

Y nos quedan las pesquisas, unas fases del juego en donde controlamos libremente a Serinoa por los distintos escenarios para poder hablar con los lugareños, recabar información, realizar compras, buscar objetos y evaluar lo que podría ser un campo de batalla en el futuro.

Estas pesquisas consiguen añadir algo de variedad y libertad al juego en relación a esas escenas que no dejan tomar el control al jugador en ningún momento, pero no esperéis gran cosa.

Ni por asomo Triangle Strategy se parece a Fire Emblem Three Houses en ese aspecto, aunque tampoco pretende serlo.

Tomaros las pesquisas como una forma de conseguir valiosos materiales e información, además de para apreciar la belleza de cada escenario, aunque tenemos que decir que el control tridimensional de la cámara y el personaje, tanto en estas fases, como en los combates, no nos ha convencido del todo.

Pequeños, bellos y nostálgicos dioramas

¿Os gusta el "pixel gordo"? Pues con Triangle Strategy lo vais a gozar pero bien. El HD-2D de Square Enix (con el que planea resucitar clásicos de SNES) vuelve a perfilarse como una de las decisiones estéticas más acertadas para introducir en un videojuego a día de hoy.

Puede que en lo técnico Triangle no destaque demasiado, pero el juego consta de un bellísimo estilo artístico. Switch no es una consola que se venda por su potencia, aunque ya nos ha quedado claro que, con un equipo de diseño adecuado, se pueden hacer maravillas.

Tirando de Unreal Engine, lo nuevo de Artdink y Square Enix es precioso y logra la comunión perfecta entre los bellos sprites pixel art 2D de los personajes y unos escenarios tridimensionales que actúan como pequeños dioramas, bellos "tableros de ajedrez" en donde se disputan partidas a vida o muerte.

Todo hay que decirlo, hemos podido jugar en una Nintendo Switch OLED y en modo portátil, el espectáculo de vívidos colores enriquecía sumamente la experiencia de juego.

Y nada malo se puede decir de las ilustraciones de Naoki Ikushima y su trabajo como diseñador de personajes. Quien ya dio vida al mundo de Octopath Traveler y Bravely Default regresa ahora como el creador de más de una treintena de personajes únicos que enriquecen la historia en todas sus formas.

Tampoco queremos cerrar este análisis sin mencionar la correcta localización de los numerosísimos textos al castellano (el juego viene doblado al inglés y al japonés), aunque hay algún que otro gazapillo y a una banda sonora que, pese a no impresionar tanto como el resto de apartados, sí que deja su huella en diferentes momentos.

Triangle Strategy pone toda la carne en el asador mediante un guión que cala más de lo que esperábamos. Apuntando alto con su narrativa y decisiones, preciso en su gameplay táctico, completo en su identidad RPG y estéticamente hermoso, Triangle Strategy nos ha convencido sobradamente.

Ya sea porque aguardáis con ganas un juego táctico de gran premisa o si queréis sumergiros por primera vez en este género, en Triangle Strategy os espera una aventura épica con la que quedaréis atados a los destinos de unos personajes que recordaréis por mucho tiempo.