Chorus, análisis del simulador de combate espacial para PS5, PS4, Xbox One, Series X y PC

Todo lo que sé sobre el combate espacial me lo enseñó "El juego de Ender". En primer lugar, que en El enemigo está abajo. Una frase sencilla, que sirve para olvidarse de las referencias en el espacio, donde no tiene sentido usar los mismos parámetros que en un entorno con gravedad. 

El segundo consejo es que para derrotar al enemigo hay que conocerlo. En el momento en que lo conozco lo quiero y entonces, lo destruyo. La verdad es que el libro de Orson Scott Card es una obra excepcional (la película, no tanto). 

Y no sólo es una fantástica obra sobre combates especiales, sino que además cuenta una gran historia de ciencia ficción, algo que tiene en común conChorus. 

El juego de Deep Silver y Fishlabs también está basado en el combate espacial, y también encierra un buen argumento que recuerda a los clásicos. 

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Os hablamos de la historia de Nara, antigua piloto del Círculo (la fuerza opresora contra la que luchamos) y de su inteligencia artificial Forsaken. Son dos personajes que contrastan estupendamente, mientras que la piloto es un personaje atormentado, su IA es implacable.

Nara ha sido adiestrada como los pilotos de la Secta y posee una serie de capacidades sensoriales que le permiten, por ejemplo, "ver" recuerdos en el espacio, o escanear la zona en busca de objetos y puntos de interés. Además tiene una serie de visiones que nos dejan pistas sobre el argumento.

Por su parte, Forsaken está diseñado para el combate, y no para de recordarnos que la muerte es inevitable (sobre todo la de los pilotos enemigos). Realiza cálculos a gran velocidad para convertirnos en una herramienta de destrucción.

Ambos personajes comparten un pasado, que iremos descubriendo a lo largo de secuencias. Así como la historia del Profeta y el Coro, que da nombre al juego, y se refiere a la forma de combatir coordinada de los pilotos de la Secta.

Combates en el espacio abierto

Este argumento queda en segundo plano cuando montamos en nuestro caza (o una nave nodriza en determinadas misiones) y comienzan los enfrentamientos. Chorus es un juego de combate espacial, un género que en su momento nos brindó títulos como Elite, Colony Wars o Manticore (también de FishLabs).

Después de Star Wars Squadrons, desarrollado por Criterion (y enfocado sobre todo en el multijugador), nos encontramos con un juego más clásico, en que lo importante es una campaña para un jugador larga y plagada de misiones secundarias.

También es un juego más arcade, En primer lugar por la perspectiva más alejada; desde detrás de la nave, en lugar de la cabina. Y sobre todo por el sistema de control: armas, velocidad, maniobras evasivas y poderes de Nara se alternan de una forma muy sencilla. 

Ojo, hemos dicho que es más arcade, no que sea más fácil. Más adelante os hablaremos de los retos que esconde Chorus, y de lo exigente de sus combates. 

Chorus se desarrolla en una galaxia abierta, dividida en 6 diferentes sectores a los que podemos acceder desde unas puertas de salto. El espacio está repleto de asteroides, naves a la deriva o estaciones, de manera que nunca tenemos la sensación de atravesar grandes áreas vacías.

Y aunque todas las localizaciones se parecen entre sí, cada una de ellas cuenta con elementos únicos, como las cuevas de hielo, las tormentas eléctricas o la arquitectura enemiga. A medida que recorremos estos sistemas, Nara va descubriendo una serie de misiones. 

Los objetivos principales  (unas 15 horas de juego) son bastante variados: derrotar escuadrones de la Secta, escoltar a los aliados, someternos a ritos o explorar templos. Y en ellos es donde se apoya la historia de la que os hemos hablado. 

En cuanto a las misiones secundarias, hay de todo. Algunos arcos, como el de reclutar a los piratas para la resistencia, están bastante cuidados. Otras misiones, sin embargo, son simples "cazas" de recuerdos, combates aislados o recuperación de materiales. 

Pero merece la pena sumergirse en todas ellas, porque será el modo de acceder a nuevas piezas para modificar la nave: placas del casco, escudos, motor y tres tipos de arma: ametralladoras, láser y misiles.  

Estas opciones de personalización son sólo funcionales (no hay cambios en el aspecto de la nave) y se nos han quedado un poco cortas. 

Un combate exigente

El punto fuerte de Chorus está en unos enfrentamientos ágiles y desafiantes. La flota del Círculo resulta muy variada, y cada una de sus naves requiere una estrategia diferente. En algunos casos hay que eliminar los escudos con láser antes de usar la ametralladora. 

Otras veces nos encontraremos con naves de tamaño medio, que despliegan minas, o son sólo vulnerables desde cola. Y tampoco faltan las naves insignia, protegidas por múltiples torretas y que requieren que penetremos en su interior para destruir las células de energía. 

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Nuestro caza no cuenta con sistema de guiado de misiles, ni auto fijación de objetivos, y eso obliga a que los combates se superen por pura habilidad a los mandos, y el uso de las habilidades sensoriales de Nara.

El resultado es una curva de dificultad elevada (sobre todo en los enfrentamientos contra algunos jefes finales), a veces incluso injusta. Pero que hace que las victorias sean muy satisfactorias. Si nos creemos auténticos ases, podemos activar "permadeath" que nos obliga a reiniciar cada vez que Nara es destruída. 

Tecnología espacial

En cuanto a los aspectos técnicos, Chorus se luce en momentos puntuales, cuando hay muchas naves en pantalla en algunas zonas de Stega, o en algunos interiores, pero es irregular en otros puntos. Lo hemos jugado en PS5, que admite modo rendimiento y fidelidad.  

Aunque nuestra nave está sí está detallada (y cuenta con un diseño bastante cuidado con Forsaken en el centro del casco), los cazas de enemigos y aliados son muy simples, y con una dirección artística poco inspirada.

También hay fallos de iluminación (por ejemplo, los disparos y explosiones no se reflejan sobre las paredes de las cuevas), como tampoco hay reflejos sobre las superficies metálicas y se nota la carga de texturas en los entornos abiertos. 

Lo que sí nos ha gustado es la banda sonora y el doblaje (en inglés) de las constantes conversaciones entre Nara y Forsaken.

Una experiencia entretenida, que se queda corta

Chorus nos ha dejado algunos momentos muy buenos. Su dificultad y el control bien ajustado han conseguido que disfrutemos bastante de estos combates, un género que, además no se prodiga demasiado durante los últimos años.

La historia que vertebra el juego es bastante interesante, y toca temas clásicos de la ciencia ficción, como la relación con una I.A: o el condicionamiento de combate. 

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Sin embargo, se nos ha quedado corto en distintos aspectos. Los elementos de maestría y personalización de la nave son muy simples (hasta el punto de que llegado un punto del juego, ya no es necesario recoger los créditos que hay repartidos por el mapa) y no incluyen elementos visuales.

Tampoco el sistema de mundo abierto está muy aprovechado. Da la impresión de que los primeros sectores están repletos de actividades y zonas que explorar, pero a medida que avanzamos, los mapas parecen más vacíos y precipitados. 

Y por último, como ya hemos adelantado, el apartado técnico de Chorus, incluso en las máquinas de nueva generación, es irregular. Es una lástima porque el juego arranca muy bien, y sus combates enganchan. Si, como nosotros, estabais deseando volver a jugar un shooter espacial, seguro que lo vais a disfrutar.