Crítica de Asesinato en el fin del mundo: la inteligencia artificial llega al whodunit

Este es el fin, sin seguridad ni sorpresas. El final. La mítica canción de The Doors abre la escena inicial de Asesinato en el fin del mundo, la nueva miniserie de Disney+ firmada por Star que ya tiene dos episodios disponibles en la plataforma que vamos a analizar.

La serie viene bajo el brazo de Zal Batmanglij y Brit Marling, creadores de The OA, que se han sacado de la manga un nuevo thriller donde la incertidumbre reina soberana en una pieza contemporánea de lo que Agatha Christie y Sir Arthur Conan Doyle son sus grandes artífices: el «Whodunit».

Ya sea con las fórmulas tradicionales de clásicos como Asesinato en el Orient Express (Sidney Lumet, 1974), la maravillosa y reciente Misterio en Venecia (Kenneth Branagh, 2023) o con enrevesadas propuestas como Broadchurch (Chris Chibnall, 2013), todas comparten el mismo corazón narrativo: ¿Quién es el culpable?

Asesinato en el fin del mundo utiliza la fórmula para presentar un thriller introspectivo con el que reflejar anhelos e inseguridades en el que nos resultará inevitable no rememorar Black Mirror por la poderosa trascendencia que otorga a la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías.

Entre Black Mirror y Heridas Abiertas

Darby Hart (Emma Corrin, que deja la corona de Diana en The Crown por un corte estilo bob más cercano a la cultura emo) es una joven escritora de «true crime» a la que ya han apodado como «la Sherlock Holmes de la Generación Z». Su libro, La cierva plateada, es una historia autobiográfica. La de su juventud con Bill (Harris Dickinson) y cómo atraparon a un asesino en serie de mujeres.

Darby es una hacker inteligente, a la vez valiente e introvertida, cuyo trabajo se ha visto influenciado por Lee Andersen (Brit Marling), una pionera en el campo que desapareció de las redes para casarse con Andy Ronson (Clive Owen), un multimillonario tecnológico.

Su trabajo narrativo llamó lo suficiente su atención como para invitarle a una reunión de cerebritos en la fría y remota Islandia, donde se reencontrará con su viejo amigo Bill. Y aquí empezará la fiesta del misterio.

Además, su química con Harris Dickinson es simiplemente deliciosa. En el arranque del primer episodio, Darby narra algunas líneas de su libro y la serie juega con los flashbacks para destapar fragmento a fragmento la personalidad y las heridas que la conforman. Con Harris Dickinson complementando su trabajo el pasaje se vuelve real, palpable y atractivo.

Sumado a su reflexión sobre el impacto de las nuevas tecnologías y su invasión no sólo en nuestra actividad social, sino en nuestra propia evolución personal, Asesinato en el fin del mundo entrelaza el misterio con una exploración íntima sobre los dilemas morales y existenciales del siglo XXI.

Emma Corrin carga con el peso dramático fundamental de la serie, pero el apoyo y la experiencia de Clive Owen otorgan una dimensión más atractiva tanto para el espectador como para la credibilidad de su discurso.

Además, su química con Harris Dickinson es simplemente deliciosa. En el arranque del primer episodio, Darby narra algunas líneas de su libro y la serie juega con los flashbacks para destapar fragmento a fragmento la personalidad y las heridas que la conforman. Con Harris Dickinson complementando su trabajo el pasaje se vuelve real, palpable y atractivo.

Melancolía narrativa y rítmica

Asesinato en el fin del mundo despliega la melancolía como un espectro dual, ofreciendo profundidad emocional, pero también un desafío de compromiso para los espectadores.

Los dos primeros episodios, repletos de retos de introspección y resortes para llamar a la reflexión tecnológica, se tambalean bajo el peso de su propio pesadumbrismo, perdiendo parte de su atracción narrativa en el proceso.

La serie trenza hábilmente el Whodunit con la oscura realidad que se esconde bajo la punta del iceberg de la inteligencia artificial. Y el timing es fenomenal. Pero la limitada disponibilidad de episodios puede ser una barrera demasiado imponente para justificar el compromiso semanal.

No todos las producciones se benefician del lanzamiento escalonado; Asesinato en el fin del mundo, con su clima y sus objetivos, es uno de esos casos.

En el viaje personal de Darby descifraremos el asesinato, pero eso no es lo importante. La ética tecnológica y la exploración filosófica emocional son sus armas desenvainadas que, una vez superado el bache inicial, tiene opciones para convertirse en una valiente demostración del potencial del género.