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Crítica de Misterio en Venecia - Poirot da un sensacional giro al terror en su nueva aventura

Misterio en Venecia

Crítica de Misterio en Venecia (A Haunting in Venice), la tercera entrega de las aventuras del Hercules Poirot de Kenneth Branagh inspirada en Hallowe'en Party. Estreno el 15 de septiembre.

¡Cómo filma nuestro amigo Kenneth Branagh! Después de Asesinato en el Orient Express y de Muerte en el Nilo, regresa delante y detrás de las cámaras en Muerte en Venecia (A Haunting in Venice), una película con la que se desmarca de las anteriores metiéndose de lleno en el terreno del terror. Y la jugada le sale de perlas.

Lo primero y más meritorio de la película es la creación de una ambientación siniestra desde el primer plano que se muestra de una Venecia pesadillesca, convertida ya desde un primer instante en un personaje más, ominoso, que se crece en cada imagen y sonido que nos va sumergiendo en el misterio.

Abundantes planos aberrantes nos introducen en una ciudad en la que se subraya el carácter amenazador de lo que está a punto de suceder una vez que Poirot, detective escéptico por naturaleza, sea empujado a hacerse cargo de un caso que le hará replantearse sus creencias sobre el más allá. Las palomas en la plaza de San Marcos, las campanadas, la lluvia, las góndolas...

Nos situamos en el día previo a la noche de Halloween de 1947, en la ciudad de los canales, para descubrir que la apacible vida de retiro de Poirot está a punto de verse perturbada por una visita inesperada.

La escritora Ariadne Oliver (Tina Fey) le propone asistir a una fiesta en honor a los huérfanos de la ciudad en el palazzo de la diva de la ópera Rowena Drake, tras la cual habrá una sesión de espiritismo liderada por la médium Mrs. Reynolds (Michelle Yeoh).

Ella tratará de contactar con la hija de Rowena, fallecida en un desafortunado accidente que la llevó a precipitarse por el balcón y morir ahogada.

 

Tras la fiesta, los niños se retiran y arrecia una tormenta que hace que los invitados a la sesión queden atrapados en el interior de la construcción, sobre la que pesa una leyenda negra. Un grupo de niños fueron conducidos a los sótanos y abandonados para morir a su suerte, de modo que se cree que sus espíritus buscan venganza y se manifiestan en la noche.

Al poco de dar la medianoche, Poirot es asaltado y se produce un crimen inexplicable. Aislados y acechados por presencias fantasmagóricas, los asistentes a la velada tendrán que esclarecer quién o qué es el asesino mientras se suceden toda clase de sucesos espeluznantes.

Misterio en Venecia

Disney

La noche más larga de Poirot

Quien busque una narración muy fiel a los thrillers policiacos de Agatha Christie puede sentirse desalentado por la fórmula que utiliza Branagh en esta ocasión porque hunde los pies en el terror de una forma inusitada.

La historia se presta a ello y da la sensación de que el cineasta se lo ha pasado de rechupete rodando esta película de una manera que le ha permitido jugar con cada uno de los aspectos de la puesta en escena: impecable diseño de producción y tremenda riqueza de planos: cenitales, picados, contrapicados, a menudo planos holandeses, inclinados, para hacernos sentir inestabilidad y desasosiego...

Pero no solo acude a estas herramientas para componer la narración, también en alguna ocasión rueda con la cámara atada al cuerpo componiendo una perspectiva mareante y se vale tanto de una iluminación tétrica como de elementos del atrezzo y la decoración que casi de forma subliminal nos están constantemente poniendo en alerta (estatuas, sábanas, objetos en segundo plano...).

Misterio en Venecia

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El colaborador habitual de Branagh, Haris Zambarloukos, es una de esas bazas seguras haga lo que haga. Su trabajo brilla en Belfast como en la saga de Poirot, siendo cada cual un ejercicio de estilo completamente distinto.

Si a esto le añadimos un montaje muy dinámico, en el que la acción se precipta y no cesan los ruidos estridentes y los sucesos inesperados, podemos decir ya que Misterio en Venecia es un tren de la bruja fantástico. La banda sonora de Hildur Guðnadóttir (Tar) también suma.

El guión de Michael Green (Logan) vuela libre respecto a la novela de Agatha Christie Hallowe'en Party, traducido en España como Las manzanas. El fruto del pecado original, eso sí, es uno de los leit motiv temáticos de la película subrayando la tentadora atracción de dejarse llevar por la superstición. 

Misterio en Venecia

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En Misterio en Venecia no solo cambia sustancialmente el argumento, sino que también lo hace la ubicación de la historia, con fines dramáticos y de creación de atmósfera más que justificados. Con el permiso de nuestro gran Álex de la Iglesia y su Veneciafrenia, Branagh ha conseguido extraerle el jugo a la ciudad de una forma que solo se puede aplaudir.

En suma, son 103 minutos de goce absoluto para los amantes del terror y de los whodunit en los que te sientes tú mismo atrapado y a merced del director. Estupenda película y perfecta para ir inaugurando el otoño.

VALORACIÓN:

¿Quién nos iba a decir que íbamos a pasar miedo viendo una película de Poirot? La planificación del rododaje, el montaje, la banda sonora, los efectos de sonido... Todo está al servicio de ponernos los pelos de punta mientras que disfrutamos de un whodunit de primera categoría.

LO MEJOR:

El inusual tono de terror de la película, la espectacular ambientación y el pulso para rodar de Branagh. Muy disfrutable.

LO PEOR:

La presentación de algunos personajes secundarios y la dosificación de la información. Es fácil predecir los giros aunque no hayas leído la novela.
Hobby

85

Muy bueno

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