Crítica de El Bebé Jefazo 2: Negocios de familia, la secuela fuera de temporada

Ya ha comenzado la temporada de cine veraniego para toda la familia. El inicio del verano nos ha dejado algunos estrenos de películas infantiles con un apartado especial para secuelas como Peter Rabbit 2: A la fuga y Space Jam: Nuevas leyendas. 

Agosto tampoco se hace de esperar con las secuelas animadas familiares y este 6 de agosto llega El Bebé Jefazo 2: Negocios familiares, la continuación de la película de 2017 de DreamWorks Animation. La aventura animada original seguía a Tim, un niño de siete años, y a Ted, su hermano pequeño y quien en realidad es un ejecutivo encubierto de una agencia secreta formada por bebés.

En esta nueva película de animación las cosas han cambiado un poco para los hermanos Templeton. Los dos ya han crecido y Ted es un ejecutivo agresivo, mientras que Tim es un amo de casa que dedica todo su tiempo a criar a sus hijas Tabitha y Tina.

Con el paso de los años, ambos se han distanciado...  Aunque cuando la hija pequeña de Tim resulta ser una agente bebé encubierta al igual que su tío Ted en su día, los dos hermanos deberán cooperar y poner a un lado sus diferencias para sacar adelante una nueva misión. Gracias a una pócima especial, Tim y Ted vuelven a ser niños durante 48 horas, con lo que están listos para infiltrarse en una escuela regentada por un genio malvado y desbaratar sus siniestros planes de dominación mundial.

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De entradaEl Bebe Jefazo 2 arranca con algunas ideas interesantes que no solemos ver en secuelas de animación, como el hecho de que los protagonistas ahora sean adultos y sus vidas estén en lugares muy diferentes, con un salto temporal muy grande desde la primera película. 

Tanto Tim como Ted han crecido como personajes, aunque manteniéndose fieles a sus personalidades, y vemos cómo son sus nuevas vidas.  A pesar de las diferencias con su antecesora, el centro de esta secuela animada sigue siendo la familia, la importancia de mantener los lazos entre hermanos y cómo no hay que vivir de cara a las expectativas de otros. 

Con esto esta base, por desgracia caemos en demasiados clichés de películas familiares sin que se nos llegue a aportar nada nuevo en este frente. Hay varios momentos emocionales bien medidos, sobre todo centrados en la nueva generación de hermanas Templeton, pero que quedan demasiado diluidos entre toda la acción. 

Porque parece que para que no nos aburramos y los peques de la sala no se queden dormidos, necesitamos tener escenas de acción desmesuradas y gags de humor físico extremos sin casi tiempo para respirar.  Muchos de estos gags aterrizan bien, pero también se nos queda un sabor artificioso a medio camino entre la historia de familia emocional, navideña y sentida, y una comedia slapstick con ninjas y subidones de azúcar. 

Sí que es cierto que aunque el ritmo y el humor puede mantener a los más pequeños de la casa entretenidos, pero se puede puede hacer cuesta arriba para los acompañantes más mayores.

En la versión original, El Bebé Jefazo 2: Negocios de familia cuenta con las voces de Alec Baldwin, James Marsden, Amy Sedaris y Jeff Goldblum. En castellano los encargados de doblar a los hermanos Templeton son Nicolás y José Coronado, quien repite su papel de la primera película. 

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Aunque seguimos con la moda de contar con actores o famosos para doblar en lugar de actores de doblaje profesionales, el resultado de las voces españolas no es tan desastroso como otros que hemos tenido que sufrir últimamente. Los dos Coronado cumplen bien en sus papeles y en general consiguen una entonación muy natural, pero todavía se nota demasiado contraste entre sus voces y entre las de actores de doblaje más curtidos en el medio.

Después de todo este vapuleo, ahora tenemos que ir a lo bueno. Y es que lo mejor de esta película de DreamWorks es su apartado visual y su increíble animación. Llevando todavía más al extremo detalles que hemos ido viendo en Trolls 2: Gira Mundial o Los Croods: Una nueva era en los que se han creado más matices en las expresiones faciales, con mucha más sutileza y expresividad. 

No solo eso, si no que la animación en las escenas de acción también brilla en cada fotograma, haciendo funcionar los momentos de humor más planos. Los escenarios están llenos de creatividad, con paletas de colores mágicas y coloridas que enfatizan la importancia de la creatividad infantil, así que funcionan a la perfección para la historia que el director Tom Grath quiere contarnos.

En muchos frentes El Bebé Jefazo 2: Negocios de familia termina aterrizando como una secuela innecesaria con un mensaje navideño y familiar fuera de temporada. Es una pena que la calidad de la historia caiga tan detrás del departamento artístico, pero puede ser suficiente como plan veraniego para entretener a los pequeños de la familia.