Crítica de Bruja Escarlata y Visión, capítulo 8. Revelaciones a go-go

Todo llega a un final y Bruja Escarlata y Visión está a punto de concluir. Ya tenemos aquí el capítulo 8 de WandaVision (el penúltimo) y, a estas alturas, era necesario colocar las cartas sobre la mesa. Después del aplastante descubrimiento, con canción incluida, del episodio 7, era necesario entender las motivaciones de ese personaje pero, sobre todo, hacía falta comprender de verdad a Wanda.

Este episodio de Bruja Escarlata y Visión gira por completo en torno a ella, pero desde la perspectiva del flashback. Gracias a ellos, comprenderemos prácticamente por completo el gran misterio que nos ha tenido pendientes de Disney Plus desde el capítulo 1. Para ello, habrá que bucear en los humildes orígenes de Sokovia o en la conexión con los acontecimientos pre Era de Ultrón que se nos han insinuado constantemente.

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Darse de alta

Hay que decir que, aunque este episodio ya no sigue la fórmula de imitar una sitcom (ya en el anterior llegamos hasta el "presente", así que el chiste se terminó), sí hay un tremendo mensaje en torno a la televisión como fórmula para evadirnos hacia una realidad mejor o, al menos, no tan dolorosa. El hecho de que se homenajee directamente a clasicazos como Malcolm o El show de Dick Van Dyke (algo que ya estaba en los episodios previos, pero no tan explícitamente) no solo ablandará el corazón del seriéfilo de toda la vida, sino que además, ahonda en nuestra capacidad para compadecernos de Wanda.

En todo este tiempo, hemos llegado a dudar sobre si de verdad era una villana, sobre si tenía oscuras intenciones o sobre cuál era el verdadero alcance de su poder. Aunque hay muchas respuestas aquí, lo más importante desde el punto de vista narrativo es que por fin entendemos su dolor, el terrible pasado que ha tenido que soportar y, claro, de forma implícita se nos lanza la pregunta: ¿qué habrías hecho tú en su lugar?

¿Qué es la pena, sino amor perseverante?

Visión tiene poca presencia en pantalla en esta ocasión, pero basta y sobra para aplastarnos con su importancia en toooodo este entramado. Paul Bettany tiene un papel sutil, pero sabe transmitirlo con una elegancia que nos hace contagiarnos de esa nostalgia, esa pena de Wanda.

Pero, por supuesto, una vez más tenemos que quitarnos el sombrero ante una Elizabeth Olsen que ha asumido casi toda la responsabilidad de la serie y lo hace con un talento interpretativo enorme. Su desesperación y su pena son totalmente creíbles y sigue sorprendiendo cómo es capaz de adaptarse a cualquier registro en una serie con episodios tan cambiantes como esta.

El personaje de Kathryn Hahn también tiene mucho peso en esta ocasión, si bien reconocemos que su faceta más "dramática" nos ha parecido un poco sobreactuada. Es cierto que debe de ser muy difícil ponerse en la piel de "ese personaje", pero desde luego nos gustaba más su faceta cómica.

Al margen de las actuaciones, el capítulo 8 de Bruja Escarlata y Visión es fundamental por sus múltiples revelaciones. Algunas, simplemente cierran el círculo sobre esos chocantes primeros episodios orientados a la sitcom, pero otras tienen raíces más profundas en el Universo Cinematográfico Marvel, hasta el punto de que alteran nuestra noción acerca de cómo funcionan ciertos superpoderes en él. Hay muchas más cosas, algunas de ellas REALMENTE importantes (y hasta históricas) en torno a Wanda y otras que nos hacen dudar si nos han troleado sobre esa gran sorpresa que llegó al final del episodio 5, pero no podemos hablar de ellas sin meternos en el terreno del spoiler.

Así pues, es mejor que disfrutéis del episodio por vosotros mismos. Por cierto, es el más largo hasta ahora, con 45 minutos. Su tono dramático casi al 100% no es el que más nos ha gustado de la serie, pero desde luego supone un pilar para lo que está por venir. Está claro que están teniendo "Visión" de futuro... Vale, perdón.