Crítica de El Castillo de Takeshi, el nuevo Humor Amarillo que puedes ver en Prime Video

Humor Amarillo, el mítico programa de televisión emitido en los 90 y los 2000, ha vuelto con una nueva versión, llamada ahora El Castillo de Takeshi, en ocho episodios que se estrenan hoy en Amazon Prime Video.

En el mundo del entretenimiento todo es cíclico: en el mismo verano que TVE recupera el Grand Prix del Verano, también regresa Takeshi's Castle con la misma esencia de siempre... aunque ahora con humor "de ningún color en particular".

Esta nueva versión de El Castillo de Takeshi es una producción totalmente nueva de Amazon Prime, rodada en las mismas localizaciones y con Takeshi Kitano como maestro de ceremonias, pero como es lógico, la versión española cuenta con personalidad propia y nuevas (y viejas) voces que recontextualizan todo lo grabado en Japón.

¿Quién presenta esta nueva versión de Humor Amarillo, perdón, El Castillo de Takeshi?

El nuevo Castillo de Takeshi ha sido producido en España por Encofrados Encofrasa, la misma productora que La Resistencia, de ahí que Jorge Ponce, conocido por ser colaborador del programa de Broncano, sea uno de los nuevos locutores de El Castillo de Takeshi.

Le acompañan Dani Rovira y Eva Soriano, pero no están solos. Fernando Costilla y Paco Bravo, los locutores de la segunda etapa de Humor amarillo en 2006, también ponen voz a dos personajes, así como el youtuber Míster Jagger, aunque menos de lo que nos gustaría.

¿Y en qué consiste El Castillo de Takeshi? Aquellos que nunca hayan visto Humor amarillo, tanto en la primera etapa en los noventa en Telecinco como en su segunda y más popular etapa en Cuatro (o la versión tailandesa de Comedy Central), se encontrarán con un programa... peculiar.

La premisa es que el conde Takeshi (que está interpretado por el influyente cómico, actor y director Takeshi Kitano) desafía una legión de valientes concursantes (cerca de 300) a llegar a su castillo y retarle a un duelo, aunque para eso tienen que pasar toda clase de pruebas físicas.

Estas incluyen clásicos del programa y novedades. Por ejemplo, no faltan las zamburguesas, saltar de piedra en piedra sobre el agua... y tener suerte de pisar las sólidas y no las que se hunden.

Pollo al curling, una de las novedades más injustas y también más divertidas, es un juego de precisión brutal: hay que impulsarse cabeza adelante por una rampa y parar en un punto exacto... o les echarán al agua. Parece completamente imposible, ¡pero hay alguno que lo consigue!

No faltan los rodillos, puertas y plataformas móviles, bolos y tablas de surf, matrioskas y champiñones, espuma por todas partes, mascotas disfrazadas y en algunas pruebas ninjas que les pintan la cara de una sustancia azul asquerosa si no llegan a tiempo. 

Y claro, muchos leñazos, que es por lo que todos estamos aquí, aunque a veces ocurren cosas en la emisión original japonesa (incluyendo "tongos" en algunas pruebas) que resultan incomprensibles, y se echa de menos más variedad en las pruebas: rotan aleatoriamente por igual desde el primer al último capítulo.

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¿Merece la pena el nuevo Castillo de Takeshi?

Aunque los programas de este estilo siempre son divertidos por ver las asombrosas habilidades físicas de algunos concursantes (del 5% que no se la pegan), la gracia de Humor Amarillo en España siempre ha sido la recontextualización de esta "japonesada" por los dobladores españoles.

Y eso se mantiene en El Castillo de Takeshi de Prime Video: Ponce, Soriano y Rovira juegan todo el rato a inventarse "historias" de cada concursante, algunos con continuidad a lo largo de los programas: no sabemos qué dicen en la versión original... y a nadie le importa.

No está el chino cudeiro o Pinky Winky, aunque hagan referencias a él, pero en su lugar tenemos a recién divorciado, al hombre pixelado o una "fan" de Ayuso, y a algunos concursantes españoles (pero estos no suelen tener mucho éxito).

Aunque el montaje original de cada programa, de media hora de duración, es el japonés, nuestra versión está llena de gráficos y rótulos originales y algún número musical de Vengamonjas: se nota que se han dejado dineros para que no sea un simple doblaje y tenga identidad propia, aunque técnicamente sea una producción internacional.

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Un tema que puede preocupar a muchos es si el tipo de humor de este programa (popularizado en los 90 y en 2006) se ha "suavizado" por la corrección política. El cambio de nombre del programa, aunque probablemente tenga que ver por razones de licencia y unificación de marca, es un síntoma evidente.

Pero no hay nada que temer: los locutores de El Castillo de Takeshi siguen teniendo carta blanca para dar caña a los participantes y humillarlos sin piedad (y no solo por las leches que se dan), riéndose con frecuencia de las tendencias de la sociedad moderna: no es un humor bestia, pero sí bastante pícaro sin peligro de que nadie se vaya a sentir ofendido.