El amor es el motor de nuestra vida. No importa cuántas vueltas quieras darle a la existencia o cuántos sentidos quieras buscarle a nuestra pertenencia en este planeta condenado a la extinción. Solo somos amor. Amor por los nuestros, sí, pero también por todo lo que nos rodea, desde un pasatiempo hasta el sabor de una cerveza.

Recientemente, tuve la suerte de presentar una novela gráfica titulada ¿Y si sale mal? Esta obra de los hermanos Franco Benito abordaba la historia de uno de ellos y de su mujer. Más concretamente, del aborto obligatorio de un hijo.

El final de la novela gráfica viene a decir que el amor es capaz de superar cualquier frontera que nos encontremos. El mayor dolor imaginable, como la pérdida de un hijo (en este caso, nonato), se afronta desde una perspectiva de unidad y amor. Pues este sentimiento es capaz de todo, porque, en resumidas cuentas, es lo que somos.

En ese sentido, no debería sorprenderte que las historias románticas tengan un público tan amplio. Históricamente, se ha considerado como un género femenino. Pero con el cambio generacional la realidad se ha abierto paso y estas narrativas románticas han encontrado un espacio predominante dentro de la cultura popular de masas.

Pero no solo en materia cinematográfica y audiovisual, con películas tan emblemáticas como El diario de Noa (2004) o la adaptación a la gran pantalla de la saga de Crepúsculo. Las historias románticas también han logrado un apoyado más que considerable en el mundo de la novela. Y en nuestro país hay pocas autoras que vendan tanto y tan bien como Elísabet Benavent.

Hablando de adaptaciones y de Elísabet Benavent, casi podemos afirmar que Netflix y la escritora española tienen un matrimonio exitoso que ya ha parido tres proyectos diferentes y casi de manera consecutiva. Y es que a Valeria (2020) y Fuimos canciones (2021) le tenemos que sumar ahora el estreno de Un cuento perfecto.

La subversión del arquetipo es muy interesante, a pesar de fallar al final

Dirigida por la prácticamente inexperta Chloé Wallace, Un cuento perfecto en Netflix es la adaptación televisiva en formato miniserie de la novela de Elísabet Benavent. Está protagonizada por Anna Castillo y Álvaro Mel, aunque también destacan figuras tan reconocidas de nuestro panorama como Ana Belén e Ingrid García Johnson.

La historia de Un cuento perfecto narra la historia de amor entre Margot y David. Parte de la base de uno de los clichés más manidos de las narrativas románticas, que es el hecho de que los protagonistas parten de dos mundos diferentes y, básicamente, imposibles de entrelazar. Pero en esta ocasión las diferencias no son el obstáculo a superar, sino todo lo contrario.

La miniserie española de Netflix subvierte el arquetipo y nos ofrece, por el contrario, la clásica historia en la que dos personajes se encuentran por puro azar y, en un momento de necesidad, forjan una inesperada amistad que los lleva a descubrir partes de sí mismo que ni ellos mismos conocían. Y… Bueno, ya nos entiendes. La chispa y esas cosas.

Una broma termina convirtiéndose en una casualidad y una casualidad, en un mensaje evidente de dios, o los dioses, o el destino, ¡o lo que sea! Los dos protagonistas acaban montándose en un avión y descubriendo que, si escribes la palabra amor al revés, el resultado ya no es Roma. Ahora amor al revés significa Grecia.

Puede que Un cuento perfecto de Netflix no invente absolutamente nada ni aporte frescura al género, pero tampoco va de eso la cosa. Esta miniserie tiene una única voluntad: sacarte una sonrisa de oreja a oreja gracias a unos protagonistas carismáticos y divertidos, que están entregados en cuerpo y alma a un amor puro y sincero.

Desde mi punto de vista, Un cuento perfecto es una miniserie casi perfecta. Y digo casi perfecta porque tengo la sensación que no termina de definir bien las fronteras narrativas de su clímax, y falla en la ejecución de la conclusión. Estoy convencido de que la novela, la cual no he tenido la fortuna de leer, mejora ostensiblemente ese final.

Pero, a pesar de que el final no esté bien ejecutado, su mensaje sí consigue calar entre los espectadores. Empleando el recurso audiovisual de Mis dos vidas (2022), película también de Netflix protagonizada por la maravillosa Lili Reinhart, la historia se desdobla y nos ofrece un what if romántico que, desgraciadamente, no existe en la vida real.

Películas de netflix con giros de guion

Si eres todo un amante de los finales sorpresa e inesperados, aquí te dejamos algunas películas de Netflix con giros de guion que no te ves venir.

Descúbrelas

Como dice el protagonista de la novela gráfica de la que te he hablado al inicio de la crítica, “la vida es complicarse la vida”. David y Margot, los protagonistas de Un cuento perfecto, deciden complicarse la vida porque la vida es, efectivamente, querer complicarse la vida una, y otra, y otra vez. Y así hasta que no quede nada de nosotros, salvo el amor.