Crítica de El cuerpo en llamas: El true crime español triunfa en Netflix

El true crime está viviendo su edad de oro. Hemos tenido grandes clásicos del género, tanto en cine como en televisión, pero nunca habíamos vivido una proliferación audiovisual tan intensa, con tanta oferta y tanta demanda como ahora. Desde luego, cabe preguntarse por qué tanta fascinación.

Lo fácil sería decir que las historias de crímenes reales confrontan directamente con la innegable fragilidad de la existencia, que nos hacen reflexionar sobre la mortalidad, nuestra propia vulnerabilidad y la precariedad de la vida humana. Pero esa efimeridad no es algo exclusivo.

El interés por el true crime va mucho más allá, y podría estar arraigado en la propia naturaleza del hombre como un ser vivo que desea entender la complejidad de su realidad. Quizás no haya nada más complejo (y, por tanto, interesante) que la psique humana y todos sus misterios.

Analizar los motivos, comprender los patrones, descubrir las motivaciones de los criminales… Todo ello parece enfocarnos a una misma dirección: desentrañar los misterios más oscuros de la mente humana. En estos relatos, el bien y el mal se difuminan como si el humo de un cigarrillo entre la niebla. Y Netflix sabe muy bien cómo sacarle partido a esto.

Una serie española que no quiere seguir los pasos ‘yankees’

Esa búsqueda de significado en lo oscuro y lo inquietante, en lo extraño y lo misterioso, es lo que quizás ha llevado a Laura Sarmiento a crear, dirigir y escribir El cuerpo en llamas, un true crime a la española en Netflix que asalta el catálogo en plena hegemonía internacional de One Piece.

Protagonizada por  Úrsula Corberó, Quim Gutiérrez y José Manuel Poga, entre muchos otros, El cuerpo en llamas es una serie de televisión española en Netflix que tiene una duración de ocho episodios y nos sumerge de lleno en uno de los casos más mediáticos de los últimos años.

Estamos delante de una adaptación del crimen de la Guardia Urbana que colapsó las redes sociales y copó los titulares de toda la prensa durante mucho tiempo. Viajamos hasta mayo de 2017. Hay un cadáver calcinado en el maletero de un coche, ubicado en el pantano de Foix (Barcelona).

Gracias a una prótesis, la policía identifica a la víctima. Su nombre es Pedro y era agente de la Guardia Urbana. Los principales sospechosos son Rosa, su pareja, y Albert, el exnovio y todavía amante de esta. Su relato no cuadra. Los testimonios son incoherentes. La verdad se esconde tras sus palabras.

Durante ocho episodios, Laura Sarmiento se esfuerza en formular el género del ‘true crime’ en la televisión y ofrecer una identidad a la española adaptando no solo un caso real de nuestro país, sino también los códigos, el lenguaje y el tono patrios. Todo se siente tan natural que asusta e inquieta.

Es adictivo ver El cuerpo en llamas en Netflix. Durante sus ocho episodios, la serie de televisión desarrolla la complejidad en las formas de las relaciones interpersonales, los misterios intrínsecos a la condición humana y la deplorable caída hacia el abismo cuando se desatan las pasiones.

Y todo ello lo hace sin rehuir a la patria ni buscar las fórmulas que otorgaron el éxito a precedentes estadounidenses dentro del true crime. El género sigue intacto, sin reformulación alguna, pero se mantiene vivo con y a pesar de la herencia española y el tratamiento narrativo de la misma.

Cabe señalar que Úrsula Corberó está portentosa en la piel de Rosa Perales. Su interpretación sostiene en gran medida una serie de televisión que a ratos se sumerge sin ambages en el thriller, otorgándole a la narrativa un ritmo adecuado y coherente, sin perder de vista a los personajes.

No creo que esté columpiándome cuando digo que es una de las mejores series españolas de los últimos años. En plena huelga de guionistas y actores de Hollywood, Netflix podría haber encontrado un filón en las producciones europeas para poder seguir llenando su catálogo.

Desde luego, si este es el camino a seguir, estoy convencido de que seguiremos teniendo un contenido de calidad y a la altura. Si algo ha demostrado El cuerpo en llamas es que, con carácter e identidad, sin copiar ni imitar, se puede hacer algo muy serio cuando hay una gran historia detrás.

El crimen de la Guardia Urbana tuvo mucho de chisme y prensa rosa. Corazón mediante, cuando se trata del amor es fácil caer en los amarillismos y la farándula. Pero la serie española de Netflix logra todo lo contrario, a pesar de no querer mojarse los pies con lecturas sociales y de género.

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Descúbrelas

En definitiva, El cuerpo en llamas de Netflix es una serie adictiva, frenética, atractiva y magnética. Una serie muy sencilla y cómoda de visualizar, perfecta para el catálogo de la plataforma streaming y con un trabajo muy pulido y exigente detrás. No va a dejar a nadie indiferente.