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Crítica de Curfew (Toque de queda) episodio 1, serie original de Sky

Curfew
Os ofrecemos la crítica de Curfew (Toque de queda), la nueva serie original de Sky protagonizada por Sean Bean, Phoebe Fox y Malachi Kirby y escrita y producida por Matthew Read disponible desde el 19 de marzo en la plataforma.

La serie Curfew (Toque de queda) es, en un amplio porcentaje, un ejercicio de nostalgia. Por su sinopsis, podría parecer una agobiante distopía futurista con un fuerte mensaje político y, sí, algo de eso hay en ella, pero vence su tono gamberro, que quiere remitirse más a películas ochenteras como Mad Maxo 2019, rescate en Nueva York, aunque con un fuerte sello británico. Nosotros hemos visto el primer episodio y os damos una primera impresión de este nuevo universo decadente.

De esta manera, no hay más que ver la estética de los títulos de crédito para darse cuenta que estamos ante una propuesta más juguetona que reflexiva (rótulos fucsia, simulación de velocidad...).

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¿Cómo arranca Curfew? Opta por una estructura circular para su primer episodio: nos muestra a la protagonista conduciendo su ambulancia hacia un lugar prohibido, pasado el toque de queda. ¿Cómo ha terminado ahí una mujer apacible e inteligente como Kaye? ¿A qué se deben las restricciones horarias? ¿Cuál es la recompensa por ganar la carrera suicida en la que va a participar? Eso es lo que vamos a ir descubriendo a lo largo de la hora que dura el primer episodio, en el que se nos aporta bastante información de trasfondo.

Por una parte, en esta serie de Sky descubriremos que una plaga es la responsable de que algunos individuos se hayan transformado en depredadores nocturnos y que Kaye, junto con su madre, fueron dos investigadoras que estuvieron a punto de descubrir una cura gracias a un paciente llamado Michael. Solamente un ganador se alza con el premio que es la libertad, pero para ello debe llegar a un destino muy alejado superando todos los obstáculos, entre los que se incluyen redadas policiales y, claro, el ataque de los infectados. 

Nadie sabe a ciencia cierta si existe, pero las esperanzas están puestas en alcanzar "la isla", un lugar en el que se supone que están buscando ese remedio a la infección. Kaye quiere llevar allí a Michael, con quien en el paso tuvo además una relación sentimental.

El toque de queda es una imposición por parte del gobierno como medida para proteger a los ciudadanos y se extiende desde el anochecer hasta el amanecer. Durante este tiempo, las fuerzas de seguridad disparan a quien ven por la calle (se supone que por temor a que se extienda la enfermedad, pero queda claro que nos escamotean información acerca de sus verdaderas intenciones).

¿Alguien recuerda a Pierre Nodoyuna, el protagonista de Los autos locos? Pues aquí tenemos un grupo heterogéneo de corredores, entre los cuales hay personajes tan extravagantes como algunos de los que poblaban la serie de animación de Hanna-Barbera, pero, claro está, con un tono más próximo al postapocalíptico de Mad Max. Entre sus exponentes, Jason Thorpe en el rol de "El capitano", Billy Zane como "Joker Jones" o Guz Khan como "Cheese".

El reparto de lo que, en principio, parece que se desarrollará como una road movie seriada, funciona bastante bien, con Phoebe Fox (Black Mirror) y Sean Bean (Juego de tronos) al frente del elenco, cada uno en un polo moral opuesto. La serie promete mucha acción y adrenalina en carretera.

Pero, ojo, por lo visto en el primer episodio, las persecuciones son menos fluidas de lo esperado y Curfew se toma su tiempo en arrancar para dar contexto a la sinfonía de muertes truculentas que se anuncia antes de que arranque la carrera. Es por ello que podemos decir que, como comienzo, es un tanto titubeante y no termina de mostrar sus intenciones hasta casi el final. Quienes esperen una serie con mucho punch desde el principio pueden encontrarse más intrigados que abducidos por la ficción, que resultará atractiva sobre todo a los que lean las referencias y sepan disfrutarlas con una mente abierta y desprejuiciada sabiendo que se sale de la fórmula típica de las series de acción estadounidenses a las que estamos más acostumbrados.

VALORACIÓN:

Gamberra distopía en la que se dan cita carreras de coches que recuerdan a Los autos locos con una historia de ciencia-ficción en la que un grupo de supervivientes trata de plantar cara a una plaga zombi.

LO MEJOR:

La estética Mad Max de algunos contendientes de la carrera y el tono postapocalíptico y misterioso de la propuesta.

LO PEOR:

Tarda lo suyo en arrancar y a veces, su tono premeditadamente cutre-ochentero puede resultar un pelín cargante.
Hobby

60

Aceptable

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