Crítica del episodio 1 de Dreamland, la nueva serie original de SkyShowtime protagonizada por Freema Agyeman

Dreamland es la nueva apuesta de SkyShowtime para nutrir el catálogo de su plataforma de streaming con series exclusivas. La comedia llegó a las Islas Británicas a principios de año y esta semana aterriza finalmente en España completamente doblada al castellano.

Por ahora sólo se ha estrenado el primer episodio de Dreamland, de los seis que compondrán su primera temporada, y cada miércoles se añadirá un capítulo nuevo a la plataforma, lo que provocará que el final de la temporada nos llegue casi en Navidad. 

Una fecha un poco rara para estar viendo esta serie, puesto que su ambientación veraniega en la localidad costera de Margate, a no ser que tengas nostalgia del verano, no encaja mucho para disfrutarla en invierno.

Además, la estrategia de estrenar un episodio semanal de Dreamland en vez de publicarla entera es un poco molesta para una serie de estas características -con tan pocos capítulos y tan cortos, cada uno tiene una duración aproximada de 22 minutos-, ya que invita bastante a que te hagas una maratón y la veas entera del tirón.

Ahora bien, habiendo visto el primer episodio tal vez deje de doler tanto no poder lanzarte a por el resto, porque si hay que esperar otros siete días para una comedia que no termina de funcionar en sus primeros compases es posible que te evites la tentación de seguir con ella.

Freema Agyeman protagoniza la mejorable Dreamland

Dreamland empieza por todo lo alto, con escenarios muy saturados y unos personajes cuyas identidades están bien marcadas desde el vestuario y el maquillaje hasta las interpretaciones, buscando ser reconocible en cada uno de sus fotogramas. A pesar de todo, en sus primeros 22 minutos no da tiempo para que encajemos a esta familia en el árbol genealógico. 

Pero su mayor problema se asoma cuando expone su historia, planteando una serie de conflictos que no parece que se vayan a desarrollar fuera de lo anecdótico. Algunos son interesantes y otros no me queda claro lo que son.

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Dreamland nos cuenta la historia de Trish, encarnada por Freema Agyeman, una joven que va a ser madre y lo primero que se le ocurre hacer para celebrarlo es una cosa que ha bautizado como “nena festival”, una especie de fiesta de revelación de género que, en lugar de revelar el género del bebé, sirve para manifestar su deseo de que sea niña.

La fiesta está cargada de clichés, tanto en el momento de señalar los genitales como de resaltar otros estereotipos asociados a la mujer. Un par de personajes de entre quienes asisten a ese "nena festival" hacen algún comentario, pero ninguno lo suficientemente interesante como para crear un contrapunto o fomentar otras ideas. 

Podría ser simplemente la forma en que se ha querido retratar a Trish, pero cuando está en el hospital y el médico hace chistes asociados al género ella no se ríe, así que la serie parece simplemente un reflejo ignorante de la sociedad actual.

Luego introduce una pareja de lesbianas mayores, y nos presenta un breve discurso en el que Trish expresa cómo las mujeres negras son, entre otras muchas cosas, menospreciadas por el sistema sanitario, sin dejar de indicar el dolor que aún la acompaña por sus abortos anteriores.

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Si Dreamland pretende tener algún tipo de discurso feminista, cojea y pierde el foco. Aunque habría que ver cómo evoluciona la serie en sus siguientes episodios para comprobar si se redondea lo que ha pincelado en este primer capítulo.

Parece que los siguientes episodios se centrarán en enseñarnos el contraste entre Trish y su hermana reaparecida Mel, encarnada por Lily Allen, así como el de las diferentes generaciones de la familia. Quizá consiga brillar más al desarrollar estas relaciones interpersonales.

El primer episodio de la serie Dreamland se ha estrenado en SkyShowtime el miércoles 21 de noviembre, y cada semana tendremos uno nuevo. A día de hoy, la comedia todavía no ha sido renovada para una segunda temporada.