Ya sabíamos que Viggo Mortensen era una suerte de genio polifacético, pero en Hasta el fin del mundo (The Dead Don't Hurt), su segunda película después de Falling, se ha multiplicado para encargarse de la producción, el guión, la dirección y la interpretación, además de ayudar a la composición de la banda sonora original y ayudar al cuidado de los caballos del set de rodaje.

Lo bueno de esta situación es que todo lo hace bien y sabe rodearse de talento para conseguir que todo encaje de maravilla: el fichaje de Vicky Krieps (La emperatriz rebelde) es un acierto absoluto al punto de que es ella la verdadera protagonista de la historia y la que introduce un elemento de novedad en la historia, al ser su vida el hilo conductor de la trama.

Es una historia es, además, muy personal para el propio cineasta en la medida en la que está dedicada a su madre: Grace Gamble Atkinson, con quien ese personaje principal tiene algunos paralelismos, según él mismo nos ha contado en una entrevista que os ofreceremos en breve.

Vientos de guerra

Hasta el fin del mundo nos presenta a una mujer poco corriente para mediados del siglo XIX: Vivienne Le Coudy desafía a la sociedad de la época al alejarse de las costumbres imperantes. Se niega a casarse, quiere ganar su propio dinero para no depender de nadie y escoge como pareja a un hombre que está al margen del resto. Él es Holger Olsen, un inmigrante danés a quien conoce en San Francisco.

A pesar de no estar dispuesta a ceder su independencia, Vivienne accede a viajar con él para establecerse en las inmediaciones del tranquilo pueblo de Elk Flats, que empieza a prosperar, y donde comienzan una vida juntos.

Sin embargo, Olsen decide tomar partido en la Guerra de Secesión alistándose en el Ejército de la Unión para luchar por la libertad de los esclavos del sur, dejando a Vivienne sola en un lugar controlado por el poderoso ranchero Alfred Jeffries y su violento y descarriado hijo Weston Jeffries con la complicidad del corrupto alcalde Rudolph Schiller.

Los problemas no se hacen esperar: aunque Vivienne cuenta con apoyos en su entorno, se ve bastante sola cuando es agredida por Weston, a quien todo el mundo teme.

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Hasta el fin del mundo - Galería de imágenes (4 imágenes)

Hasta el fin del mundo nos propone una narración sosegada en la que el tiempo fluye de una manera especial: de alguna manera afloran multitud de referencias estéticas y leit motivs del western más clásico pero Mortensen ha sabido introducir en la película elementos que le dan un aire mucho más moderno.

Así vamos desde una concepción del tiempo no lineal (con abundantes saltos temporales que ocasionalmente pueden ser un poco confusos) hasta el enfoque de la protagonista, cuyo periplo es el que define toda la trama principal.

Normalmente, la historia seguiría al hombre fuera del hogar como vector de la acción para mostrar los horrores de la guerra pero, en lugar de eso, asistimos a una elipsis en la vida de Holger para quedarnos con Vivienne y ver desarrollados otro tipo de conflictos.

Por lo demás, es una obra que rezuma el ADN de Mortensen en cada plano porque ha amalgamado en la película muchas de sus áreas de interés: el mestizaje, tan propio de una época en la que las ciudades se nutrían de migrantes, los juegos de palabras, la importancia de la literatura (Holger aparece leyendo constantemente) y la simbiosis del hombre con los caballos.

Como en cualquier western que se precie, la naturaleza es un personaje más: la complicada orografía define los espacios pero también acaba transmutada en metáfora de las dificultades que atraviesan los personajes que, entre otras cosas, terminan luchando por una tierra que en principio ni siquiera es suya y construyendo un hogar en un lugar inhóspito.

Así que, al margen de que ésta sea una película de amor, trasciende el romance central para hablar de otras formas de amor: la que lleva a un hombre a una larga guerra de cuatro años por sus valores humanos, la que lleva a una mujer a abrazar una maternidad forzada o la que, en suma, puede llevar a alguien a los confines de su mundo para buscar nuevos caminos que transitar con su hijo.