Crítica de Un héroe, el conmovedor drama kafkiano de Asghar Farhadi

Hay una pregunta que nos hemos hecho de forma reiterada a lo largo del tiempo... ¿Qué es un héroe? ¿Es simplemente una persona que hace el bien de forma desinteresada? ¿Somos acaso los seres humanos tan puros como para ser capaces de realizar actos del todo altruistas? ¿Y nuestro entorno es capaz de celebrar de forma sincera a los héroes anónimos o los pervierte al sacarlos a la luz?

Éstas son solo algunas de las preguntas que se hace Asghar Farhadi (Todos lo saben) a lo largo del metraje de Un héroe, un drama costumbrista con ciertos toques de intriga en el que vemos el ascenso y caída de un hombre cuya situación precaria apenas cambia a pesar de las diatribas por las que tiene que pasar.

Ganadora del premio del jurado en la pasada edición del Festival de Cannes, la película fue nominada a mejor película de habla no inglesa en los Globos de Oro, los Critics Choice Awards y los Satellite Awards si bien ha quedado fuera de la recta final para alzarse con el Oscar a mejor película internacional.

Lo que ha recibido un mayor reconocimiento generalizado ha sido por una parte el guión de Farhadi y por otra parte la interpretación principal de Amir Jadidi, que da vida a un hombre separado que cumple condena por no haber pagado una deuda en Un héroe.

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Pintor y calígrafo, durante su estancia en prisión Rahim se dedica a pintar murales y a participar en los talleres culturales, pero su gran obsesión es pagar lo que debe para poder estar con sus hijos y contraer matrimonio con la mujer a la que ama. Sin embargo, esto parece muy improbable dado que su acreedor se siente muy agraviado y no está dispuesto a perdonarle de ninguna forma.

Cuando sale en un permiso de dos días se ve en la disyuntiva de tener que decidir qué hacer porque ha encontrado un bolso lleno de monedas de oro de gran valor: si las vende podría llegar a pagar y salir libre, pero también es cierto que quien las haya perdido debe estar buscándolas con desesperación.

Rahim irá entablando diálogos con familiares, amigos y conocidos que irán ejerciendo una influencia decisiva en cada una de las decisiones que tome y que le llevarán a ser considerado un héroe por la comunidad y como una fuente de celos tremenda también.

Aunque no es ni un santo ni un demonio, este hombre normal y corriente tomará atajos que lo llevarán a trazar círculos y a verse inmerso en un montón de intereses cruzados que, al final, tendrán que ver más con el honor que con la búsqueda de la verdad.

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Un héroe es una película que se va enmarañando poco a poco. Como es evidente el contexto social de Irán es determinante en el devenir de los sucesos dado que imperan allí unas normas y usos particulares, pero a fin de cuentas, lo que Farhadi quiere contar es consuetudinario al ser humano. Es decir, que el mensaje es plenamente universal y actual.

Uno de los aspectos que toca es el de volubilidad de las masas y lo fácil que es ejercer una influencia decisiva mediante la tecnología y las redes sociales. Y la generación de las corrientes de opinión tienen consecuencias directas y devastadoras en la vida de las personas.

En efecto, las interpretaciones son magníficas y el guión es muy potente. Quizás el mayor problema de Un héroe sea la duración, sobre todo en el arranque de la película: Farhadi alarga secuencias de forma injustificada desde el comienzo de la película mientras que cuando lo hace al final, parece tener más sentido.

Es una de esas cintas que te deja pensar a la vez que la estás viendo, pero el arranque se hace algo pesado e ineficiente para enganchar.

A medida que gana tensión narrativa, consigue también que se estreche el vínculo de empatía con Rahim y su entorno inmediato, así que es una pena que el arranque no sea más dinámico porque recortándole 15 minutos de información insustancial sería una película mucho más redonda.

Con todo y con eso, es de las que golpea y te deja pensando. El mundo no está hecho para las buenas personas... probablemente ni siquiera para la mayoría de ellas, las que consideramos normales, que tienen sus recovecos y defectos.