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Crítica de Las ilusiones perdidas, la genial película que opta a 15 premios César y honra la obra maestra de Balzac

Las ilusiones perdidas

Crítica de Las ilusiones perdidas (Illusions Perdues), la adaptación de Xavier Giannoli del texto de Honoré de Balzac nominada a 15 premios César. Estreno el 25 de febrero de 2022.

En contadas ocasiones de una obra maestra sale otra obra maestra: cuando tienes el listón muy alto, dar la talla es complicado, pero Xavier Giannoli lo consigue adaptando "Las ilusiones perdidas" con gran acierto. No en vano, le permite retomar algunos de los leit motiv de su filmografía como la soberbia, la lealtad y la dicotomía mentida/verdad.

La novela de Honoré de Balzac fue publicada en tres partes entre 1836 y 1843 tituladas "Los dos poetas", "Un gran hombre de provincias en París" y "Eva y David". El contexto, en el marco general de su obra, era el de formar parte de sus "Escenas de la vida provinciana", es decir que eran piezas de lo que llamaba un estudio de costumbres dentro de "La comedia humana".

En otras palabras menos engoladas, a Balzac le interesaba la forma de vida de sus coetáneos y era lo que trataba de plasmar en sus novelas. Seguía una de las máximas que le aconsejan a cualquier creativo: "habla sobre lo que conoces".

Será por ello que consigue radiografiar de una forma magistral a un joven provinciano que parte a hacer fortuna a París, donde fracasa en su objetivo, algo inocente, de vivir de la literatura. Habiendo idealizado el mundo de las artes y las letras, se topa de bruces con la realidad más descarnada y aprende, de la peor forma posible, hasta qué punto la hipocresía gobierna el mundo.

Las ilusiones perdidas se estrenará el 25 de febrero, el mismo día en el que se celebra la gala de los premios César en los que parte como gran favorita con 15 nominaciones entre las que destaca la de mejor película y mejor dirección. Esperemos que no siga la estela del título y que sus ilusiones no solo no se vean perdidas sino que sean colmadas, porque la película lo merece.

Como punto de partida, nos presenta al humilde Lucien Chardon, que trabaja en una imprenta mientras alimenta su pasión por la poesía inspirándose en la baronesa Louise de Bargeton, su amante y mecenas.

Dune

Buscando la fama, publica sus poemas utilizando su apellido materno: Rubempré y se atreve incluso a huir a París con sus ahorros para iniciar una nueva vida junto a ella.

Sin embargo, su primera aparición pública es un escándalo y cae en desgracia muy pronto. Abandonado por su gran amor, Lucien tendrá que buscarse la vida para ganar un sueldo que le permita llevarse alimento a la boca, algo que consigue a duras penas hasta que conoce a Etienne Lousteau, un joven que trabaja para un periódico satírico y liberal.

Lousteau le muestra cómo funcionan las cosas y lo acoge como escritor y amigo. Así conoce a Coralie, una actriz de teatro por la que pierde la cabeza. Lucien aprende deprisa y medra hasta alcanzar cierto estatus social, desde el cual trata de retomar su verdadera vocación de literato. Para entonces se ha granjeado tantos enemigos que nadie desea verlo triunfar.

En una producción de estas características es esencial que el diseño de producción esté a la altura para "introducirnos" en la época y no hay departamento que no haga una labor excelente: desde la fotografía hasta el diseño de arte, el vestuario, la peluquería o la banda sonora.

Eso sí, donde Las ilusiones perdidas resulta más arrebatadora es en el plano interpretativo, comenzando por el protagonista, Benjamin Voisin, que debutó en 2017 y pese a su reducida experiencia carga sobre sus hombros con la mayor parte del peso de la película con asombrosa naturalidad.

Está muy bien acompañado por Vincent Lacoste y Cécile de France pero también por el director canadiense Xavier Dolan (It: capítulo 2), Jeanne Balibar y Salomé Dawaels además de contar con Gérard Depardieu en el papel de un reputado aunque inculto editor. 

Las ilusiones perdidas
AContracorrriente Films

Lo que realmente hace mella en el espectador del siglo XXI es el hecho de que la historia, que comenzó a escribirse ni más ni menos que hace 186 años, es tan aguda que puede aplicarse al mundo en el que vivimos. Ni que Balzac hubiera visto el futuro por un agujerito... o acaso la sociedad moderna se edificó con cimientos tan sólidos que no hay quien los desplace.

El texto no ha envejecido ni cinco minutos: seguimos viviendo en una sociedad materialista en la que se crean necesidades, el mercado rige y las voluntades se compran. Todas y cada una de las denuncias que se alzaban contra la corrupción política, el tráfico de influencias o la polarización interesada de la opinión pública son aplicables punto por punto a nuestros días.

En resumidas cuentas, Las ilusiones perdidas es una de esas películas imprescindibles, actuales, planificadas con esmero y ejecutadas con pasión. Es una obra inspiradora que conmueve y sin lugar a dudas el estreno destacado de la próxima semana. No hay que dejar de volver los ojos a los clásicos: lo son por muchas razones, la más importante es que nos hablan de cómo somos desde la distancia.

VALORACIÓN:

Giannoli confirma que la obra de Balzac sigue tan viva y vigente como el día en que se escribió. ¡Qué poco hemos cambiado! ¡Qué fino hiló sus palabras para arrastrarnos en su torrente de emociones contrapuestas! Las ilusiones perdidas le hace justicia al texto (que no es poco), a la par que recrea con todo lujo de detalles la época. Imprescindible.

LO MEJOR:

Al margen de ser una magnífica adaptación en todos los sentidos, el discurso es plenamente vigente a día de hoy: la obra de Balzac es visionaria.

LO PEOR:

Hay que esforzarse para encontrarle pegas, es una película prácticamente redonda. Quizás algún personaje secundario ligeramente por debajo del nivel.
Hobby

92

Excelente

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