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Crítica de Kingdom, la serie de zombis coreana de Netflix

Kingdom Netflix
Crítica de Kingdom, la nueva serie de Netflix dirigida por Kim Seong-hoon. La segunda producción coreana de la plataforma nos adentra con su primera temporada en un apocalipsis zombi que tendrá lugar durante la era de la dinastía medieval Joseon, en Corea. El reparto lo lideran Doona Bae, Ju Ji-Hoon Ju o Seung-ryong Ryu, entre otros. Su estreno en Netflix España es el 25 de enero de 2019.

Había ganas de zombis en Netflix. En la plataforma parecen haberse solapado con el lanzamiento de Resident Evil 2 Remake y es que un resurgir del género les vendría a las mil maravillas para explotar su último estreno: Kingdom, la nueva serie coreana que ya tenemos disponible en streaming, basada en el cómic original de The Kingdom of the Gods.

La ficción está dirigida por Kim Seong-hun, en quien han confiado para hacer triunfar a la que ya es la segunda producción original coreana de Netflix, junto a un reparto en el que destacan los nombres de Doona Bae, Ju Ji-Hoon Ju o Seung-ryon Ryu. Nos tendremos que remontar al periodo medieval durante el reinado de la dinastía Joseon en Corea para adentrarnos en un mundo en el que el príncipe heredero del imperio no sólo tendrá que enfrentarse a aquellos que se niegan a su reinado, sino que también tendrá que lidiar con salvar a su pueblo del apocalipsis zombi. Que no se diga que Train to Busan va a luchar por el género en Corea en solitario.

En Netflix han confiado ciegamente en su éxito; tanto es así que la segunda temporada de la serie fue confirmada meses antes de su estreno. Con un presupuesto aproximado de dos millones de dólares por capítulo, la temporada 1 de Kingdom tiene todo el atractivo necesario para convertirse en nuestra próxima maratón seriéfila: la convergencia del género zombi con la cultura ancestral asiática, dirigida por una fotografía conmovedora y unos personajes que pueden hacer de ella una de las fijas en el plantel de la plataforma.

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Lo primero que llamó nuestra atención cuando nos decidimos a ver la serie es su duración: apenas seis capítulos de 50 minutos aproximadamente. Sea como fuere, la serie no puede arrancar mejor. Nos presentan una secuencia de prólogo que sirve como un anticipo maravilloso de todo lo bueno que está por venir: dos sanadores caminan por los crujientes tablones de madera del castillo del Emperador, quien parece ser el primer portador del virus. Lo hacen rodeados de unos escenarios que encandilan, un vestuario exquisito con el que no dejaremos de deleitarnos a lo largo de la temporada y una mezcla hipnótica entre la fantasía y el terror.

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Kingdom también basa la construcción de su trama alrededor de un recurso archiconocido en el género: homo homini lupus; el hombre siempre será la principal amenaza, por mucho muerto viviente hambriento que persiga a los protagonistas. En este caso, al príncipe Chang (Ji-Hoon Ju) y su fiel escolta, quienes tendrán que enfrentarse a la doble amenaza de la plaga zombi y la tiranía del clan que los persigue.

Como decíamos, el gran acierto de la nueva serie de Netflix es la creatividad con la que han sumado el género zombi y la Edad Media coreana, que demuestra un gran contraste con la modernidad a la que estábamos acostumbrados. Su director ha ensalzado, precisamente, la libertad creativa que le han permitido desde la plataforma para adaptar el cómic original sin tapujos. Tendremos violencia, sangre y también niños zombis con una crudeza que está lejos de ser un tabú.

En Kingdom han mimado cada detalle de la producción. "Que no se diga que no aprovechamos el exceso de presupuesto", se habrán dicho. Y la consecuencia es un despliegue extraordinario de vestuario: todo tipo de armas, armaduras y ropajes que nos permiten distinguir a la perfección entre los diferentes estamentos en los que está segregada la sociedad que conforma esta Corea medieval, e incluso entre las costumbres de las diferentes regiones del país. En serio, podéis hacer apuestas y contar la infinita variedad de cascos y sombreros que lucirán desde personajes secundarios a protagonistas.

El reflejo del trabajo de producción no sólo queda en lo visual, sino que también los diálogos nos abren las puertas a descubrir una cultura que distingue entre quienes visten de seda y quienes se cubren con los pocos harapos que han podido encontrar. Hay un trabajo excelso para trasladar la férrea jerarquía que asumía la sociedad medieval coreana y cómo su obediencia es, en parte, su perdición. Una sumisión absoluta, un desprendimiento visceral del yo para rendirse a las doctrinas propias del confucianismo. Tampoco desaprovechan la oportunidad para hacer sorna de algunos personajes de poder que parecen caricaturas del manga por su histrionismo perfectamente medido.

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Todo este contexto confluye mientras descubrimos más sobre los orígenes de la epidemia zombi y seguimos el periplo del príncipe heredero en su objetivo de recuperar el trono que le han arrebatado. La serie tira de épica para narrar como en un cuento ancestral asiático la llegada del héroe a reinar sobre un pueblo que se va ganando escaramuza tras escaramuza y gesto tras gesto, incrementando el ritmo a cada capítulo para que la velocidad de sus zombis (sí, estos corren como demonios) no sea la única que propulsa la trama.

Pero no todo son alabanzas; en su contra pesa el tiempo. Del poco que tienen para desarrollar la trama en los seis capítulos de la primera temporada de Kingdom a lo mucho que tarda en llegar la acción que todos estamos esperando. Tampoco aprovechan este ritmo inicial más pausado para construir un contexto rico en matices, ni para profundizar en detalles de sus principales protagonistas más allá de lo que permita explicar el curso de los acontecimientos.

Si bien los paisajes, su fotografía, el detallismo minucioso con el que construyen las relaciones y jerarquías del reino son fabulosos, no destacan tanto en la construcción de unos personajes a los que le falta esa chispa de carisma que termine de ganarnos para su causa. Lo mismo ocurre con Doona Bae, cuyo personaje parece francamente desaprovechado dado el talento que la actriz nos demostró en Sense8.

La segunda temporada de esta producción original de Netflix promete. Si mantienen el estándar de calidad, aupado por un presupuesto atípicamente elevado, la serie podría ofrecernos un lavado de cara maravilloso para el género de zombis. Algunas licencias mediante, Kingdom ha construido los cimientos para que los amantes del género tengan un resquicio al que agarrarse tras el desgaste de The Walking Dead. Si consigue solventar algunas carencias de sus personajes, tenemos serie para rato.

VALORACIÓN:

Teníamos ganas de zombis en Netflix y Kingdom es la respuesta: una combinación muy efectiva de terror, fantasía y épica para renovar la cara de un género que parecía de capa caída.

LO MEJOR:

El detallismo: escenarios, vestuario y contexto conforman el envoltorio perfecto para este idilio entre géneros.

LO PEOR:

Doona Bae está francamente desaprovechada. Necesitaremos algo de paciencia para que se dispare la acción.
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