Crítica de Kung Fu Panda: El Caballero del Dragón - Po llega a Netflix con una nueva misión

El verano siempre es una época en la que las producciones de animador hacen, y no pretende ser una broma, su agosto.

En Netflix no quieren bajar el ritmo y han traído algunas producciones muy interesantes, como la película El monstruo marino, que llegaba hace unos días.

Pero, también tenemos una nueva serie de Dreamworks Animation que trae de vuelta a Jack Black como Po, el panda más dicharachero del audiovisual.

Hoy, en Hobby Consolas, os traemos nuestra crítica de Kung Fu Panda: El Caballero del Dragón. Preparaos porque nos espera una búsqueda del tesoro para toda la familia.

PO EL PAJE

Empezamos con la premisa. Kung Fu Panda: El Caballero del Dragón se ambienta después de los eventos de las tres películas de la saga.

Durante uno de los viajes gastronómicos de Po por China, una serie de incidentes llevan al robo de un arma legendaria y la caída en desgracia de nuestro panda favorito, que se convertirá en un proscrito en busca y captura.

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Pero no todo será malo: en su desgracia conocerá a una caballera de la Corona de Inglaterra que persigue a las dos comadrejas (literalmente) que han robado una de las cuatro armas legendarias.

Juntos, se embarcarán en una aventura por toda la nación para recuperar el arma y poner a los ladrones bajo el foco de la justicia. Aunque, ella no está muy interesada en tener ayuda del legendario Maestro del Dragón.

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Kung Fu Panda: El Caballero del Dragón nos propone una búsqueda del tesoro con tintes de buddy movie.: la dinámica entre Po y Espada os va a recordar a todos esos compañeros "condenados a entenderse".

En cuanto a la búsqueda del tesoro, se va alternando con las distintas tramas, pero tiene ciertos ramalazos a filmes como Indiana Jones: En busca del arca perdida.

Las dos comadrejas, Veruca y Klaus Dumont, dan bastante juego y son tan esquivos como pueden parecer de entrada. La historia, además, les dará un trasfondo interesante.

También se irán conociendo diferentes secretos y personajes a medida que avancemos, con algunos giros inesperados que llegarán en los capítulos finales.

ENTRETENIDA, PERO, QUIZÁ, UN PELÍN LARGA

Con 11 episodios de unos 25 minutillos cada uno, Kung Fu Panda: El Caballero del Dragón es una serie muy entretenida para pasar un buen rato con la familia disfrutando de las aventuras de Po.

Quizá, le sobra un episodio: no como tal, sino en fragmentos que se añaden en algunos capítulos y los alargan en exceso. Al final, es algo que casi no se nota, pero si maratoneáis la serie si sentiréis que algunos episodios podrían ser más cortitos.

Hay buena ración de humor y las escenas de acción están muy logradas, en la línea de la franquicia. Sí que se nota que se ha escatimado un poco en los entornos, no en todos, pero algunos paisajes quedan más simplificados que lo que tenemos interiorizado de las películas.

El doblaje en versión original se beneficia de recuperar a Jack Black como la voz de Po, así como a James Hong como el señor Ping (el padre de Po). A sus 93 años, Hong sigue añadiendo créditos a su extensísima filmografía.

En cuanto al doblaje en castellano, se vuelve a echar en falta la voz de Florentino Fernández como Po. No desmerecemos, en absoluto, el fantástico trabajo de Carlos Di Blasi, que ya ha prestado voz al personaje en Kung Fu Panda: Los secretos del pergamino y Kung Fu Panda: Las zarpas del destino.

En definitiva, es una serie muy veraniega para disfrutar. Los adultos captarán algunos chistes que los más pequeños no pillarán: ya sabéis que Dreamworks suele meter esos guiñitos más gamberros.

¿Si se perfila una segunda temporada os preguntáis? Eso es algo que dejaremos que descubráis en su undécimo episodio.