Crítica de Hacia la libertad: Will Smith conquista el alma de Apple TV

Decía Germaine de Staël que la libertad es incompatible con el amor porque un amante es siempre un esclavo. Es curioso que Hacia la libertad (Emancipation), la película de Will Smith en Apple TV, aúne en su corazón narrativa ambas parcelas, pues la familia no es otra cosa que el amor más puro y sincero, casi tanto como el dolor que puede provocarte.

Últimamente, la palabra "familia" y Will Smith han tenido una relación un tanto... tóxica, podríamos decir. No solo por los problemas conyugales que ha sufrido el actor y el impacto que éstos han provocado en sus hijos, sino también por lo que todos los ojos del planeta pudieron ver hará (ahora) camino de un año.

Cómo pasa el tiempo, ¿verdad? Parece que fue ayer cuando Will Smith le cruzó la cara a Chris Rock en la gala de los Premios Oscar, los galardones de la Academia de Cine. Probablemente, nunca podremos olvidarlo. Se ha quedado grabado a fuego en nuestras retinas y seguirá resonando con virulencia en nuestra memoria.

Y todo fue por la familia, ¿sabéis? La familia puede sacar lo mejor y lo peor de nosotros, pero, en última instancia, es nosotros. Hacia la libertad es, sin lugar a dudas, un extraordinario y sobrecogedor relato acerca del precio que pagaríamos por ser libres y cómo la familia ocupa siempre el primer lugar de las cosas más importantes en nuestra vida.

Este drama sureño de Apple TV está contextualizado en el siglo XIX y pone el foco en la esclavitud. Antoine Fuqua, director conocido por la saga de The Equalizer, el western de Los siete magníficos y, sobre todo, la aclamada Training Day, se ha basado en hechos reales para contar una historia escalofriante y conmovedora.

La historia está cargada de corazón, pero es nuevamente Will Smith quien pone todo de su parte para que Hacia la libertad sea una cinta brillante y no una amalgama de secuencias emocionales que tratan de emular éxitos recientes como ese 12 años de esclavitud que rindió la preciada estatuilla de oro a los pies de un Hollywood en sus albores modernos.

Evidentemente, hablamos de una serie de tópicos que casi hacen que la película de Apple TV acabe siendo una anodina experiencia que hemos consumido en espiral, especialmente en los últimos diez años, cuando la industria ha virado bruscamente su tradición histórica para abrir espacio a nuevas generaciones de afroamericanos.

Más allá de Will Smith, de la crudeza con la que ha filmado la película Antoine Fuqua y la dureza que conlleva una historia de estas características, Hacia la libertad en Apple TV no mejora los precedentes ni tampoco come en la misma mesa. Pero sí tiene la suficiente personalidad como para no depender de la existencia de las otras.

Eso sí, Will Smith se carga la película a las espaldas. Hacia la libertad es una de esas cintas, como Joker, que dependen exclusivamente de su protagonista para brillar. Fuqua no es virtuoso ni arriesgado, como lo ha sido otras veces; sencillamente, se limita a contar la historia con una mirada descarnada y sin ningún tipo de compasión.

De hecho, este filme de Apple TV podría haber significado una nominación a los Oscars 2023 si no fuera por la penosa imagen que mostró al mundo Will Smith el pasado año. Una imagen que estará asociada por siempre a la figura del actor y que pone de manifiesto que, quizás, solo quizás, Germaine de Staël tenía razón.

Porque si la libertad es incompatible con el amor, si el amor nos hace esclavos... No hay mayor esclavitud, mayor amor, que las cadenas que nos atan a nuestras familias. Unas cadenas que iluminan nuestros corazón y nuestra alma, pero pueden volverse contra nosotros en cuanto les damos la espalda.

Pero, como diría mi querido Visión, ¿qué es el dolor sino el amor perseverante? Pues eso.